¡°El putero sabe que hace da?o pero no le importa nada¡±
La abogada Gunilla S. Ekberg asesora a Gobiernos para regular la prostituci¨®n. ¡°No puedes defender la igualdad y permitir comprar mujeres¡±, defiende
¡°No puedes defender la igualdad y permitir a hombres comprar a mujeres¡±, considera Gunilla S. Ekberg. Abolicionista, abogada, feminista y experta en trata y derechos humanos. Hace m¨¢s de 15 a?os que esta mujer canadiense trabaja con gobiernos de todo el mundo sobre c¨®mo atajar la prostituci¨®n. Empez¨® como asesora especial con el Gobierno sueco, el primero que puso en marcha hace ya 20 a?os un modelo que persigue y penaliza al cliente. Le han consultado tambi¨¦n en Irlanda del Norte, Escocia, Estados Unidos o India.
En Espa?a particip¨® en debates hace m¨¢s de 10 a?os, cuando visit¨® Madrid y conoci¨® a las mujeres prostituidas en la Casa de Campo, uno de los rincones que m¨¢s le ha impresionado en su vida: "He visto muchos burdeles, pero pocos sitios tan s¨®rdidos como ese". Ahora aplaude que el nuevo Gobierno espa?ol, el que tiene m¨¢s mujeres de la historia y una n¨²mero dos al frente del Ministerio de Igualdad, se declare abolicionista.
¡°Defender la industria de la prostituci¨®n como hacen algunos en Espa?a es equivalente a decir que hay algunas mujeres que no tienen los mismos derechos que el resto, que pueden ser usadas y agredidas sexualmente¡±, se?ala en conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico d¨ªas antes de este domingo 23 de septiembre, cuando se celebra el D¨ªa Internacional contra la Explotaci¨®n Sexual y la Trata de Personas. ¡°La prostituci¨®n es otra forma de violencia contra las mujeres¡±.
En los distintos trabajos e informes que ha escrito, en los que incluye estad¨ªsticas y encuestas a los consumidores de prostituci¨®n, subraya que lo que mejor disuade a un cliente es saber que le persiguen y que le puede caer una multa. ¡°Los puteros saben que las prostitutas les odian, que es desagradable y que hacen da?o y no les importa una mierda¡±, reclama.
¡°Si quieres saber la verdad de la prostituci¨®n, entrevista a los clientes. Los hombres que compran servicios sexuales pueden ser muy transparentes sobre lo que piensan sobre mujeres en la prostituci¨®n, sobre todo en los pa¨ªses donde no es ilegal. Cuando terminan, ni siquiera se acuerdan c¨®mo era la cara de la mujer con la que hab¨ªan quedado. No les importa y no hay nada rom¨¢ntico en ello. Es un abuso serio¡±.
La prostituci¨®n es una actividad alegal en Espa?a. El Gobierno socialista quiere impulsar una ley contra la trata y la explotaci¨®n sexual para combatir el tr¨¢fico de mujeres, del que no hay cifras oficiales. Las estimaciones de la polic¨ªa aluden al 80% de las implicadas, pero no se sabe cu¨¢ntas mujeres la ejercen. El Parlamento Europeo tambi¨¦n ha dado estimaciones elevadas en un informe (entre el 60% y el 90%, seg¨²n el informe Explotaci¨®n sexual y prostituci¨®n y su impacto en la igualdad de g¨¦nero), pero igualmente sin cifras oficiales.
22.000 millones anuales
¡°Con una legislaci¨®n abolicionista menos hombres comprar¨¢n servicios sexuales¡±, defiende la abogada canadiense. Espa?a, a?ade, ¡°tiene una industria de la prostituci¨®n muy fuerte, es muy amigable para los traficantes, con muchos burdeles, muchas mujeres de otros pa¨ªses y tambi¨¦n hombres j¨®venes¡±. Avisa al Gobierno de que, si da el paso hacia el modelo abolicionista ¡°encontrar¨¢ mucha oposici¨®n¡±. ¡°Piense en todos los beneficios que se pierden los proxenetas y los propietarios de burdeles¡±.
Seg¨²n datos de la web sobre el mercado negro Havocscope que cita el Parlamento Europeo en sus informes, la prostituci¨®n mueve 22.800 millones anuales en Espa?a, la mitad del gasto educativo espa?ol. "Si el Ejecutivo pone el modelo abolicionista en marcha, los defensores de la prostituci¨®n usar¨¢n todos los trucos para tratar de convencer al Gobierno de que la idea es realmente mala. Y los pol¨ªticos tendr¨¢n que estar seguros, no dudar y ser fuerte cuando le lleguen argumentos del tipo: He sido prostituta toda mi vida y no quiero que destruyan mi posibilidad de ganar dinero".
El primer sindicato estatal de prostitutas, denominado Otras (Organizaci¨®n de Trabajadoras Sexuales), acaba de echar a andar en Espa?a despu¨¦s de que un ¡°error¡± del Ministerio de Trabajo permitiera su registro y publicaci¨®n en el Bolet¨ªn Oficial del Estado. Sus integrantes defienden que la pr¨¢ctica del trabajo sexual que hacen es voluntaria, que no tienen nada que ver con la trata de seres humanos y que bajo un sindicato sus derechos est¨¢n m¨¢s protegidos.
¡°Nunca he encontrado ning¨²n burdel en el que las mujeres est¨¦n reconocidas como trabajadoras¡±, subraya la abogada canadiense. Aclara que no conoce el caso concreto espa?ol, pero s¨ª ha seguido de cerca la creaci¨®n de sindicatos en pa¨ªses que apuestan por la prostituci¨®n como una actividad econ¨®mica m¨¢s, como Alemania u Holanda. ¡°No tienen derechos laborales, no son sus empleadores ni quieren tenerlas como trabajadoras porque tendr¨ªan que pagarles tasas, impuestos, asegurarlas. Eso no va a pasar. La explotaci¨®n nunca puede ser un trabajo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.