La austeridad que se ceb¨® con Genoveva
Los recortes obligaron a esta dependiente gallega con alzh¨¦imer a soportar una hora diaria de viaje para ir a un centro de d¨ªa. Ahora se queda sin asistencia a domicilio
Dos fuerzas castigan desde hace una d¨¦cada el anciano cuerpo de Genoveva Gonz¨¢lez Dosil: el alzh¨¦imer y la austeridad econ¨®mica. Las dos llegaron a la vida de esta gallega de 94 a?os, vecina de Costa da Morte, casi al un¨ªsono. Mientras la primera le ha ido robando el movimiento y la voluntad, la segunda le ha arrebatado las ayudas p¨²blicas que le corresponden. Para ella, el recorte de 4.600 millones en dependencia que se impuso en Espa?a desde 2012, seg¨²n datos de la Asociaci¨®n Estatal de Directoras y Gerentes en Servicios Sociales, signific¨® tener que recorrer cada d¨ªa durante cinco a?os unos 60 kil¨®metros en furgoneta para recibir cuidados en un centro de d¨ªa. Hoy, con su anatom¨ªa encogida y en peso muerto, aliment¨¢ndose ya solo por jeringuilla, no tiene siquiera asistencia a domicilio.
Genoveva, que reside en una aldea del municipio coru?¨¦s de Carnota de 80 habitantes llamada Quilmas, donde naci¨® y de la que emigr¨® a Argentina entre 1955 y 1986, ha vivido el alumbramiento y temprana recesi¨®n de la Ley de Dependencia. Su ¨²nico hijo, Xos¨¦ Manuel Casais, cuenta que el diagn¨®stico de la enfermedad le lleg¨® a su madre en 2008, al a?o siguiente de la entrada en vigor de la norma. Con su grado dos y bastante m¨¢s movilidad que ahora, la Xunta, gobernada entonces por PSOE y BNG, le otorg¨® un servicio de transporte p¨²blico especializado y gratuito, adem¨¢s de una plaza en un centro de d¨ªa de Carnota, a solo ocho kil¨®metros de su casa. La cuota total de ambos servicios que pagaba Genoveva con su pensi¨®n de 360 euros era de 47 euros al mes.
Para sus cuidadores, en aquel momento su hijo y la pareja de este, el programa Respiro Familiar les otorgaba un fin de semana de descanso al mes. A Genoveva se le adjudicaba una plaza en una residencia durante esos d¨ªas, que abonaba ¡°proporcionalmente a su pensi¨®n¡±.
Pero en 2009, tras el estallido de la crisis econ¨®mica, la vida de esta familia de Costa da Morte cambi¨® radicalmente. El nuevo gobierno auton¨®mico del PP, presidido por Alberto N¨²?ez Feij¨®o, abander¨® en Espa?a la avanzadilla de la austeridad. El centro de d¨ªa de su pueblo se cerr¨® en 2013 porque estaba en "malas condiciones", seg¨²n explica la Conseller¨ªa de Pol¨ªtica Social, y ella fue trasladada a otro ubicado en Muros, conden¨¢ndola a una hora de trayecto al d¨ªa entre la ida y la vuelta, cuenta su hijo. En el veh¨ªculo que hasta hace poco la recog¨ªa cada ma?ana a las 9.30 viajan otros compa?eros de ruta que residen en Fisterra y que soportan un tute diario de 135 kil¨®metros.
La medida tomada en los despachos de la Xunta no solo supuso para esta anciana con alzh¨¦imer una paliza diaria de 60 kil¨®metros, sino que el transporte dej¨® de ser gratuito y la cuota a pagar subi¨® de 47 a 125 euros, mientras el Gobierno central met¨ªa su exigua pensi¨®n en el congelador. La tijera presupuestaria alcanz¨® tambi¨¦n a sus cuidadores. El Respiro Familiar de un fin de semana al mes se qued¨® ¡°en un mes s¨ª y otro no¡± y empez¨® a extenderse la falta de plazas. ¡°La Xunta lo hace a trav¨¦s de conciertos en residencias privadas y para ellas no es muy rentable. En verano si no hay plazas, te quedas sin respiro¡±, explica Xos¨¦ Manuel, que se declara ¡°harto de escuchar a Feij¨®o decir que no hubo recortes en dependencia¡±.
"Las decisiones en esta crisis han sido inmisericordes con las personas m¨¢s vulnerables de este pa¨ªs", subraya Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, presidente de la Asociaci¨®n Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales. Recuerda que fueron dos decretos de Rajoy, uno de julio de 2012 y otro de diciembre de 2013, los que propiciaron los recortes sufridos por Genoveva. Un tercero, aprobado en febrero de 2012, impuso un nuevo baremo "m¨¢s estricto" que tambi¨¦n rebajar¨¢ sus prestaciones si revisa su nivel de dependencia. "Ha habido personas que incluso han tenido menos suerte", a?ade Ram¨ªrez, "en el ¨²ltimo a?o murieron 36.000 dependientes en lista de espera sin recibir la prestaci¨®n".
Un cuerpo enfermo y agarrotado
Nueve a?os de austeridad despu¨¦s y tras escuchar repetidamente a los gobernantes proclamar el comienzo de la recuperaci¨®n econ¨®mica, la situaci¨®n de Genoveva y su hijo ha empeorado. El avance del alzh¨¦imer ha agarrotado completamente el cuerpo de la enferma, y Xos¨¦ Manuel, de 70 a?os, casi no puede mover a su madre. Es incapaz de vestirla y as¨ª no puede enviarla al centro de d¨ªa. Ha solicitado asistencia a domicilio pero asegura que en el Ayuntamiento de Carnota le han contestado que ¡°no tienen personal¡±. ¡°?C¨®mo puede ser eso con la de gente que hay en el paro y quiere trabajar?¡±, se pregunta.
Fuentes del Ayuntamiento de Carnota esgrimen que su servicio de asistencia a domicilio no puede ser utilizado para atender a dependientes porque estos enfermos son competencia de la Xunta. El problema, explican desde el Consistorio, es la incompatibilidad de servicios que se implant¨® en Galicia en 2012 y que impidi¨® que una persona pueda ser asistida en el hogar y a la vez disponer de una plaza a tiempo completo en un centro de d¨ªa. En los servicios sociales municipales creen que Genoveva deber¨ªa ser internada en una residencia. Su hijo asegura que hace casi dos a?os que la solicit¨®, pero que no ha obtenido respuesta.
El pasado julio Xos¨¦ Manuel Casais pidi¨® a la Conseller¨ªa de Pol¨ªtica Social la revisi¨®n del nivel de dependencia de su madre porque los estragos de la enfermedad ya hace tiempo que rebasaron el grado dos. ¡°No lo he pedido antes porque me dijeron que si le aumentaban el grado de dependencia no pod¨ªa ir al centro de d¨ªa. Y si no iba all¨ª, s¨¦ que iba a perder la movilidad m¨¢s r¨¢pido. El personal de estos servicios es muy bueno, la mueve y le hace ejercicios¡±. Cuando la obtenga, previsiblemente se le otorgar¨¢ la asistencia a domicilio y tres d¨ªas de centro de d¨ªa. Pero la fecha es una inc¨®gnita.
En el Ayuntamiento le han advertido de que la revisi¨®n puede tardar un a?o: ¡°Una se?ora de 94 a?os no puede estar en estas condiciones un a?o. No la puedo vestir, es un peso muerto¡±. Mientras crece su desesperaci¨®n, Xos¨¦ Manuel asegura que en los servicios sociales ha escuchado que antes de la crisis ¡°se tiraba la casa por la ventana¡±. ¡°Eso no es as¨ª. Lo que se hac¨ªa era dar servicios a las personas dependientes porque los necesitan y es su derecho¡±. Y recibe con un suspiro de escepticismo los anuncios del nuevo Gobierno socialista sobre la revocaci¨®n de los recortes del PP: ¡°Lo de la dependencia siempre es a largo plazo¡±.
Menos gasto social que en 2009
Dentro del recorte total de 4.600 millones que sufri¨® la dependencia en Espa?a, la Asociaci¨®n Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales cifra en 2.700 millones de euros la cantidad de dinero que dejaron de percibir las comunidades aut¨®nomas desde que en 2012 el Gobierno de Mariano Rajoy impuls¨® el tijeretazo.
Los datos de esta organizaci¨®n sit¨²an a Galicia entre las cuatro comunidades que a¨²n no han recuperado el gasto en servicios sociales previo a 2009, junto a Andaluc¨ªa, Catalu?a y Castilla-La Mancha. En 2017, seg¨²n la asociaci¨®n, la Xunta dedic¨® a esta partida un 5,7% de su presupuesto, frente al 9,9% de otro territorio especialmente envejecido como es Asturias. Desde el Gobierno gallego defienden su "esfuerzo por reforzar el gasto social incluso en tiempos de crisis" y aseguran que el gasto social creci¨® "un 25,28% en los ¨²ltimos tres a?os".
Desde la Asociaci¨®n Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales reclaman al Gobierno de Pedro S¨¢nchez que cumpla el Pacto de la Dependencia, firmado por todos los grupos pol¨ªticos menos el PP, para recuperar el dinero y los derechos perdidos. Para ello, explica su presidente, Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez, se debe aumentar la financiaci¨®n auton¨®mica, eliminar las listas de espera e impulsar una mayor transparencia.
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