¡°El problema de los colegios biling¨¹es es que generan falsas expectativas¡±
El coautor de una estrategia para promover la diversidad ling¨¹¨ªstica en Europa critica la falta de innovaci¨®n en las escuelas
David Marsh?(Mackay Queensland, 1956) cree que el t¨¦rmino biling¨¹ismo aplicado a los centros educativos es peligroso. ¡°Genera falsas expectativas en los padres¡±, apunta. En la d¨¦cada de los 90 coordin¨® un equipo integrado por psic¨®logos, pedagogos y cient¨ªficos para estudiar la f¨®rmula id¨®nea para introducir la ense?anza de idiomas en los colegios europeos. Parte de sus hallazgos se incluyeron en el plan de acci¨®n para promover la diversidad ling¨¹¨ªstica lanzado entre 2004 y 2006 por la Comisi¨®n Europea. Marsh y su equipo acu?aron el llamado CLIL (Content and Language Integrated Learning, por sus siglas en ingl¨¦s), un sistema que persigue el aprendizaje de un nuevo idioma a trav¨¦s de otras asignaturas como las matem¨¢ticas, la geograf¨ªa o la historia. Siempre con un l¨ªmite: el alumno no dominar¨¢ el nuevo idioma como su lengua materna.
Nacido en Australia, educado en Reino Unido y asentado en Finlandia, su principal objetivo era descubrir y solucionar uno de los ¡°dramas¡± de algunos pa¨ªses europeos. ¡°No entend¨ªamos c¨®mo era posible que despu¨¦s de ocho a?os estudiando ingl¨¦s en el colegio, los alumnos abandonaran las aulas sin apenas poder pronunciar una frase en ese idioma¡±, cuenta. El gran problema es, a su juicio, la metodolog¨ªa de los centros, basada en la memorizaci¨®n de la teor¨ªa y en la repetici¨®n, y el papel secundario que los profesores dan al pensamiento cr¨ªtico.
Marsh, que ha asesorado al Gobierno finland¨¦s sobre innovaci¨®n pedag¨®gica, ha liderado diferentes proyectos durante m¨¢s de 25 a?os en ese pa¨ªs y actualmente ayuda a colegios mexicanos en su proceso de transformaci¨®n metodol¨®gica, estuvo el pasado septiembre en el segundo Congreso de Innovaci¨®n Educativa de Zaragoza, donde contest¨® a las preguntas de EL PA?S.
Pregunta. ?Por qu¨¦ pa¨ªses como Espa?a no consiguen que sus alumnos terminen la ense?anza obligatoria con un nivel de ingl¨¦s aceptable?
Respuesta. A principios de los noventa, la estrategia de integraci¨®n europea de las lenguas identific¨® el monoling¨¹ismo como un problema grave en muchos pa¨ªses. Al analizar las horas que se destinaban en Francia a aprender alem¨¢n o en Espa?a a aprender ingl¨¦s, se dieron cuenta de que los resultados eran muy pobres. Los alumnos no dominaban el idioma para comunicarse de forma efectiva. Tras ocho a?os de escolarizaci¨®n, no se entend¨ªa que algunos ni?os apenas pudiesen pronunciar una frase en ingl¨¦s. Era un s¨ªntoma claro de que algo no se estaba haciendo bien y de malgasto de los recursos. En ese momento empec¨¦ a trabajar en una iniciativa de la Comisi¨®n Europea para crear un grupo de expertos que dise?aran un programa efectivo. Despu¨¦s de dos a?os, un equipo de psic¨®logos, ling¨¹istas, pedagogos y cient¨ªficos lleg¨® a la conclusi¨®n de que hab¨ªa una forma de hacerlo.?
P. ?Qu¨¦ m¨¦todo desarrollaron? ?En qu¨¦ se diferencia de la ense?anza tradicional?
R. El aprendizaje de un idioma exige f¨®rmulas para intercambiar conocimiento y cooperar. Lo que est¨¢ pasando en Espa?a y en otros pa¨ªses europeos es que se usa el m¨¦todo monoling¨¹e, esto quiere decir que se intenta ense?ar ingl¨¦s con la misma f¨®rmula que se emplea en la clase de lengua espa?ola. Se ha demostrado que eso no funciona. CLIL es una metodolog¨ªa que se basa en el trabajo en grupo, en la conversaci¨®n constante. En aprender un idioma a trav¨¦s de otras materias. El discurso del profesor ya no sirve. En la mayor¨ªa de pa¨ªses, las escuelas biling¨¹es est¨¢n ubicadas en zonas privilegiadas, donde los alumnos proceden de familias con altos ingresos y viajan al extranjero. No son ejemplos reales, sino una excepci¨®n. El t¨¦rmino biling¨¹ismo es capcioso.?
P. Un estudiante que no realiza estancias en el extranjero, ?nunca conseguir¨¢ dominar bien otra lengua?
R. Cuando empezamos a desarrollar CLIL, el primer pensamiento fue llamarlo mainstream bilingual education?(en espa?ol, educaci¨®n biling¨¹e generalizada). Pero detectamos un problema: la palabra biling¨¹e es peligrosa y genera falsas expectativas. Esas expectativas alimentan la ignorancia. Mucha gente piensa que ser biling¨¹e es dominar en la misma medida dos lenguas. Los padres creen que si llevan a su hijo a un colegio biling¨¹e adquirir¨¢ otra lengua a corto plazo. CLIC no es un nombre muy atractivo, pero supuso un tremendo compromiso por nuestra parte. Ha llegado el momento de revisar el significado de escuela biling¨¹e.?
P. ?Cu¨¢l es el principal error que cometen los profesores?
R. Muchos de ellos entran en clase, cierran la puerta y hablan. Aunque dicen que su clase es muy interactiva, suele ser un mon¨®logo del docente. Piensan que hacer grupos de trabajo es una p¨¦rdida de tiempo, que se necesitan 10 minutos solo para organizarlos. El problema es que no est¨¢n formados, no tienen las herramientas para conseguir que un grupo funcione. Luego est¨¢n las familias de los alumnos, que se quejan porque no quieren que sus hijos jueguen en clase. Escuchar a un tipo hablar no sirve; hay que ponerlo en pr¨¢ctica.?
P. ?Hay alguna gu¨ªa que muestre a los docentes los pasos para dar una clase biling¨¹e con ¨¦xito?
R. La clave est¨¢ en las actividades en el aula y en entender que esa din¨¢mica se fundamenta en evidencias cient¨ªficas. El profesor tiene que entender que lo que est¨¢ haciendo es por el bien del alumno. En Italia y Espa?a hemos visto que los docentes no entienden de qu¨¦ va esto de las actividades y, en muchos casos, lo hacen porque les obligan. Desde las investigaciones del psic¨®logo ruso Lev Vigotski y el suizo Jean Piaget en siglo XX, sabemos que en grupo los ni?os tienen m¨¢s probabilidades de superar una tarea compleja que en solitario. Trabajar en peque?os grupos de forma intensiva y estructurada es fundamental. Los profesores tienen que controlar muy bien los tiempos, planear.?
P. Hay familias que pueden temer que sus hijos sean parte de un experimento. Poner el ¨¦nfasis en el aprendizaje de un nuevo idioma en detrimento de asignaturas como Historia y Matem¨¢ticas. ?Es una buena idea dar esas asignaturas en ingl¨¦s?
R. Podr¨ªan estar en lo cierto y que sus hijos est¨¦n perdiendo el tiempo. Si la metodolog¨ªa que usa el centro replica la ense?anza en castellano en lugar de enfocarla en torno al razonamiento en ingl¨¦s, tienen un problema. El profesor plantea preguntas est¨²pidas, como qu¨¦ har¨ªa el alumno si le tocara la loter¨ªa. Si preguntamos cosas artificiales, nos quedamos en un aprendizaje superficial. En cambio, si les planteas cu¨¢l es la diferencia entre un h¨¦roe y un famoso, no le est¨¢s forzando a construir un argumento en ingl¨¦s. Ah¨ª conectas con su emoci¨®n, ese es el poder de CLIL.
P. Si el aprendizaje efectivo de nuevos idiomas est¨¢ tan relacionado con la innovaci¨®n educativa y la renovaci¨®n de los m¨¦todos, ?tiene sentido ponerlo en marcha en centros p¨²blicos que todav¨ªa no se han transformado?
R. No tenemos tiempo. Un sistema educativo necesita 20 o 30 a?os para evolucionar. Nuestro mundo cambia tan r¨¢pido que no podemos esperar a que la escuela se adapte. Otra cuesti¨®n es c¨®mo repercute la innovaci¨®n en el posicionamiento internacional de las escuelas. Finlandia ha perdido su posici¨®n en PISA, la prueba internacional sobre educaci¨®n m¨¢s reconocida del mundo, elaborada por la OCDE. Sol¨ªa estar en el top mundial en diferentes rankings, pero apost¨® por ense?ar a pensar y baj¨®. Hay algunos pa¨ªses que est¨¢n haciendo trampa, dejan fuera de las mediciones las zonas rurales para puntuar m¨¢s alto. En Finlandia hemos apostado por el llamado aprendizaje por fen¨®menos, un tema que cruza varias asignaturas y a la vez usa el ingl¨¦s. Por ejemplo, el embarazo no deseado en las j¨®venes, se estudia en la asignatura de econom¨ªa y desde la perspectiva de pol¨ªticas sanitarias.??
P. Muchos profesores se ven obligados a dar clase en un idioma que no dominan.
R. Es imprescindible que tengan el deseo de hacerlo, la inquietud. Si les fuerzas, est¨¢s jugando con fuego. La forma correcta de implementarlo es con profesores voluntarios durante los primeros a?os, conseguir que se sientan c¨®modos con el idioma e ir poco a poco.?
P. El m¨¦todo CLIL, ?funciona con los sistemas de evaluaci¨®n tradicionales?
R. Hay que revisar los sistemas de evaluaci¨®n. En Finlandia se han eliminado las pruebas estandarizadas y hasta que los alumnos no tienen 19 a?os no se enfrentan a estos ex¨¢menes. En CLIL, todas las lecciones incluyen autoevaluaci¨®n, no se hace al final del curso. En el caso del ingl¨¦s, ?qu¨¦ son los certificados, por ejemplo, los de Cambridge English? Son pruebas estandarizadas que se basan en algoritmos y que muchas veces fallan, no son sensibles con las competencias de los alumnos. Los certificados se basan en un n¨²mero, son muy caros y los empleadores ya no miran eso. Prefieren sentar a los candidatos y ver qu¨¦ pueden hacer. No todo se basa en el n¨²mero de palabras que dominas, sino en tu capacidad de generar un discurso. Se trata de ense?ar a pensar.?
P. ?Hay alg¨²n aspecto de la ense?anza tradicional que conservar¨ªa?
R. En muchos pa¨ªses las escuelas se gestionan como f¨¢bricas, con unos calendarios militares que generan estr¨¦s a los ni?os. He estado analizando qu¨¦ dice la investigaci¨®n sobre qu¨¦ factores influyen a la hora de aprender y uno de los fundamentales es el nivel de satisfacci¨®n de los docentes. Las emociones son un factor determinante a la hora de que un ni?o conecte o desconecte. Otra de las claves es la adaptaci¨®n de las pedagog¨ªas a los medios digitales, ya no vale solo con papeles. Un estudio reciente de la Universidad de Melbourne se?ala que los ni?os est¨¢n cambiando de forma muy veloz, es el cambio generacional m¨¢s r¨¢pido nunca visto. Ese cambio de mentalidad est¨¢ provocando que se aburran con facilidad en clase, y eso genera mayor frustraci¨®n. Aprender jugando no es una p¨¦rdida de tiempo.?
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