El portavoz de los obispos rectifica: ¡°No he querido decir que los homosexuales no sean perfectamente varones¡±
Luis Arg¨¹ello pide disculpas si la expresi¨®n ha molestado: la "frase poco afortunada" solo quer¨ªa decir que la Iglesia pide que los sacerdotes sean varones y heterosexuales
No ha tardado en rectificar y pedir disculpas el nuevo portavoz de los obispos por una "frase poco afortunada" pronunciada esta ma?ana en rueda de prensa en la que se dec¨ªa que la Iglesia quiere sacerdotes, enteramente varones, por tanto, heterosexuales". El reci¨¦n elegido portavoz de la Conferencia Episcopal Espa?ola, Luis Arg¨¹ello, ha dicho despu¨¦s: "Pido disculpas si la respuesta ha podido molestar a alguna persona: yo, por supuesto, no puedo ni quiero decir que los varones homosexuales no sean perfectamente varones, lo que quiero decir con esta frase poco afortunada era algo m¨¢s amplio".
Ha explicado en un audio colgado en la p¨¢gina web de la Conferencia Episcopal que la Iglesia, a la hora de elegir a los candidatos al sacerdocio pide "que sean varones: de sexo var¨®n, de g¨¦nero var¨®n y de orientaci¨®n sexual que no sea la atracci¨®n por el mismo sexo". "De sexo, var¨®n, y por supuesto que las personas de condici¨®n homosexual as¨ª lo son", ha repetido, pero no encajan, dicen en el significado esponsal que el ministerio tiene. finalmente ha corregido:? "He dicho enteramente varones, queriendo expresar que todo [para ser sacerdotes] ten¨ªa que ser var¨®n, pero al saltar esto a la prensa... Lamento esa expresi¨®n, no es lo que he querido decir, sino lo que acabo de expresar ahora".
La frase, efectivamente, son¨® a latigazo, sobre todo o¨ªda o le¨ªda sin el contexto. De hecho, hubo miradas de complicidad entre los asistentes a la conferencia, en torno a medio centenar de personas, no todos periodistas, adem¨¢s de varios funcionarios de la Casa de la Iglesia. La realidad es que el portavoz hab¨ªa ofrecido antes de esa frase, y lo hizo despu¨¦s de pronunciarla, como si creyera que ten¨ªa que quitarle hierro, una lecci¨®n de antropolog¨ªa de la personalidad y de la sexualidad, m¨¢s propia de una c¨¢tedra que de una rueda de prensa, todo ello despu¨¦s de subrayar ¡°el respeto a la situaci¨®n personal" de cada cual.
En todo caso, la frase, dicha as¨ª, obedece a lo que piensa la inmensa mayor¨ªa de los eclesi¨¢sticos, pese a contar tambi¨¦n entre ellos con homosexuales. Todos ellos, homosexuales o heterosexuales tienen en la Iglesia cat¨®lica la obligaci¨®n de la castidad asumida voluntariamente. En el debate que ocupa estos d¨ªas a los prelados, el problema no est¨¢ en los pecados que se produzcan en la Iglesia romana, sino en los delitos penados por la legislaci¨®n.
Lo cierto es que las teor¨ªas del portavoz Arg¨¹ello sobre el sexo y el g¨¦nero; sobre la diferencia ¡°entre lo que el cuerpo dice y lo que dicen los sentimientos; sobre la complicidad de quienes han de tomar ¡°la decisi¨®n de ir al registro civil y decir: 'ahora no me llamo Antonio y me llamo Mari Pili, o Antonia¡±; sobre que ¡°la categor¨ªa es el sentimiento", o sobre lo necesario de que en el di¨¢logo y el logos ¡°haya razones, no solo sentimientos, terminaron con su conclusi¨®n, ahora rectificada, de que el hombre no es enteramente var¨®n si no es heterosexual.
Arg¨¹ello, que es adem¨¢s obispo auxiliar de Valladolid, apenas se extendi¨® sobre el tema de la pederastia, que finalmente ha ocupado m¨¢s tiempo del previsto en esta asamblea, dado que no llevaban en el orden del d¨ªa la crisis que les est¨¢ acosando por las denuncias de abusos sexuales a menores por eclesi¨¢sticos de toda condici¨®n, incluidos prelados del m¨¢s alto rango.
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