Pontevedra, la ciudad que logr¨® vencer a los coches

Hace 20 a?os una ciudad de la esquina noroeste de la Pen¨ªnsula comenz¨® a moverse en direcci¨®n contraria al resto del planeta. Pontevedra, una urbe gallega de 82.000 habitantes invadida entonces como todas por los coches, el ruido, los humos y la doble fila, impuls¨® un plan para peatonalizar y limitar el acceso sobre ruedas al centro hist¨®rico y al Ensanche, recibido con u?as y dientes por buena parte de los residentes y comerciantes. Hoy, con el tr¨¢fico rodado solo permitido en una cuarta parte de la localidad, los vecinos han pasado de las protestas a pedirle al Ayuntamiento que ampl¨ªe las restricciones.

Los pontevedreses han descubierto que es posible escapar de la jungla del asfalto. Los 80.000 veh¨ªculos que tomaban a diario el centro urbano a finales de los noventa se han reducido a 7.000 y 1,3 millones de metros cuadrados de calles han sido devueltas a los peatones. El gobierno de Miguel Anxo Fern¨¢ndez Lores, el alcalde del Bloque Nacionalista Galego (BNG) que puso en marcha el proyecto en 1999 y que sigue en el cargo, defiende que las peatonalizaciones sin m¨¢s no funcionan y que deben ir acompa?adas de un plan integral para organizar la circulaci¨®n en toda la urbe. ¡°Aqu¨ª primamos solo el tr¨¢fico necesario: el acceso a los garajes, la carga y descarga, el transporte p¨²blico y los servicios individuales de veh¨ªculos particulares¡±, explica el regidor.

Para desembarazarse del bucle de coches que dan vueltas a la espera de que se obre el milagro de hallar aparcamiento, en el centro no se permite aparcar en superficie ni siquiera pagando (no hay ORA). Lo ¨²nico que se reserva son unas plazas gratuitas para gestiones r¨¢pidas en las que solo se puede permanecer 15 minutos. En los accesos, las direcciones pastorean el tr¨¢fico hacia las circunvalaciones e impiden que los veh¨ªculos que entran por el norte atraviesen el centro para salir por el sur. Y para templar las ansias de correr de los conductores, toda Pontevedra es zona 30, los sem¨¢foros se sustituyen por rotondas, los pasos de peatones son elevados y los carriles, m¨¢s estrechos.

¡°Somos la ¨²nica urbe del mundo en la que los peatones cruzan los pasos de cebra sin mirar porque los veh¨ªculos siempre paran¡±, suele repetir Ver¨ªsimo Pazos, vicepresidente de la Federaci¨®n de Asociaci¨®ns Veci?ais Castelao. Los habitantes de Pontevedra se han dado cuenta de que en una ciudad como la suya la distancia m¨¢s corta suele ser la que se hace caminando. Manejan un mapa bautizado como Metrominuto que, con un formato similar al que usan ciertas urbes para el metro, informa sobre el tiempo que se tarda yendo a pie de un punto a otro. Seg¨²n datos del Ayuntamiento, las piernas son el medio de transporte elegido por el 90% de los vecinos para hacer la compra y el 80% de los ni?os para ir a clase.

Desde el gobierno local subrayan que con todas estas medidas el tr¨¢fico ha ganado en fluidez y el centro urbano, al contrario que en otras ciudades, crece en poblaci¨®n y actividad econ¨®mica. Miguel Lago es comerciante y vecino del centro y fue uno de los que recibi¨® con escepticismo las restricciones al tr¨¢fico hace 20 a?os. Reside en la calle Benito Corbal, que es ¡°como la Gran V¨ªa en Madrid¡±, y hoy se considera un ¡°privilegiado¡±. ¡°Los clientes van a los establecimientos [comerciales] andando, solo van en coche al McAuto¡±, afirma el tambi¨¦n presidente de la organizaci¨®n que agrupa a los comerciantes de la zona monumental. ¡°Un comercio se valora por la cantidad de gente que pasa por delante del negocio a pie. Para nosotros es un problema el comercio electr¨®nico, no la peatonalizaci¨®n¡±.

El Ayuntamiento calcula que las emisiones de CO₂ se han rebajado en Pontevedra un 67%, que equivale a 500 kilos por habitante y a?o. Seg¨²n el informe La calidad del aire en el Estado espa?ol durante 2016 de Ecologistas en Acci¨®n, la ciudad mantiene las medias anuales de todos los par¨¢metros (PM₁₀, PM_2,5, di¨®xido de nitr¨®geno, ozono troposf¨¦rico y di¨®xido de azufre) por debajo de los m¨¢ximos fijados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Y los vecinos llevan una vida m¨¢s saludable. ¡°Favorecemos que la gente camine como m¨ªnimo entre 7.000 y 10.000 pasos como recomienda la OMS¡±, presume el alcalde, m¨¦dico de profesi¨®n.