El proyecto educativo que planteamos
El compromiso es garantizar la igualdad de oportunidades desde la educaci¨®n infantil
Desde el inicio de las sociedades del conocimiento viene siendo reconocido, cada vez con consenso m¨¢s generalizado, que la educaci¨®n y formaci¨®n que reciben los ciudadanos es la principal riqueza de las sociedades del siglo?XXI. A partir de esta premisa, me parece fundamental resaltar que la educaci¨®n debe ser concebida como una carrera de oportunidades para todo el alumnado, para todos los ciudadanos, y no una superaci¨®n de obst¨¢culos. Me gustar¨ªa compartir con el conjunto de la sociedad este convencimiento de que la confianza que depositemos en nuestros alumnos y profesores es la base esencial de su fuerza, es decir, de su ¨¦xito.
Los objetivos educativos espa?oles, aprobados por la LOE en 2006, fueron un compromiso expl¨ªcito con las propuestas de la Unesco (los aprendizajes esenciales: aprender a conocer, aprender a ser, aprender a hacer, aprender a convivir), con la formulaci¨®n de las competencias de la OCDE o de los objetivos educativos de la UE.
El borrador de anteproyecto de ley, que hemos sometido a consulta, forma parte de la propuesta de educaci¨®n para las pr¨®ximas d¨¦cadas; persigue actualizar los objetivos educativos de la LOE pero, sobre todo, mirando al futuro, pretende afrontar los retos que compartimos de la Agenda 2030 de la Unesco.
Es preciso extender las oportunidades educativas a todas las ni?as y ni?os desde las edades m¨¢s tempranas y hacer part¨ªcipes a todas las familias de las ventajas que proporciona a sus hijos la escolarizaci¨®n en los primeros a?os. El compromiso es garantizar la igualdad de oportunidades desde la educaci¨®n infantil.
En educaci¨®n primaria y secundaria obligatoria es esencial conseguir el ¨¦xito del alumnado, disminuir de manera dr¨¢stica la repetici¨®n y reducir al m¨ªnimo el denominado fracaso escolar, que no es otro que el del propio sistema educativo. Esto supone que todos, no solo los titulados, est¨¦n capacitados para ejercer derechos, libertades y responsabilidades y que dominen las competencias b¨¢sicas; que est¨¦n preparados para promover y respetar los derechos humanos y la diversidad, que hayan recibido la educaci¨®n afectivo-sexual que promueve la igualdad de g¨¦nero y que hayan sido formados en el decidido rechazo de la violencia de g¨¦nero.
Es imprescindible fomentar el trabajo compartido de los equipos docentes y asegurar que la valoraci¨®n del rendimiento de todo el alumnado tenga en cuenta el nivel de logro de las competencias b¨¢sicas. Este planteamiento exige, como se?alan las m¨¢s avanzadas experiencias pedag¨®gicas, organizar espacios y aulas, ense?anzas y metodolog¨ªas. Tambi¨¦n la incorporaci¨®n de las emociones, imprescindibles para el aprendizaje y el est¨ªmulo de la capacidad del alumnado para aprender por s¨ª mismo, de aprender a aprender y formarse a lo largo de la vida.
Proponemos para esta etapa un ¨²nico t¨ªtulo al finalizar la ESO, al que se acceder¨¢, tambi¨¦n, desde la diversificaci¨®n o la formaci¨®n profesional b¨¢sica, una vez alcanzadas las competencias planteadas. Independientemente de las opciones a las que pueden optar los titulados, hay que ofrecer a todo el alumnado ¡°futuro formativo¡±.
Proponemos que, al menos, el 90% de nuestros j¨®venes alcancen la educaci¨®n secundaria alta (UE). Los bachilleratos y los ciclos formativos de grado medio preparar¨¢n a todo su alumnado para la educaci¨®n y formaci¨®n superior y para la vida laboral. Es imprescindible favorecer el paso de unos a otros estudios y disminuir los obst¨¢culos hacia la permanente mejora de la formaci¨®n de toda la ciudadan¨ªa.
Al profesorado confiamos nuestros ni?os y j¨®venes, es decir, nuestro futuro. Siento orgullo y emoci¨®n al constatar que nuestros actuales profesores, como los alumnos, son los mejor preparados de nuestra historia; han sido los principales responsables del paso de gigante dado por la educaci¨®n espa?ola en los ¨²ltimos 40 a?os. Esto no debe impedir que siga siendo un objetivo esencial la mejora de la formaci¨®n inicial, el acceso, la formaci¨®n en el puesto de trabajo y la formaci¨®n permanente. Un instrumento esencial del ¨¦xito es la evaluaci¨®n del trabajo de los equipos docentes, diferenciada de la que persigue la promoci¨®n y el reconocimiento individual.
La implicaci¨®n de las familias en los aprendizajes de sus hijos es indispensable para alcanzar el ¨¦xito educativo. Es asimismo preciso contar con el compromiso de toda la sociedad; me atrevo a pedir a todos los ciudadanos que compartan la confianza que propongo depositemos en alumnos y profesores, como hac¨ªan los griegos en sus h¨¦roes, ya que es la base esencial de su ¨¦xito. Este compromiso de la sociedad debe reflejarse, adem¨¢s, en la financiaci¨®n adecuada para alcanzar la educaci¨®n que deseamos.
Espero que alumnos, profesores y familias, as¨ª como el conjunto de la sociedad, puedan compartir un proyecto de transformaci¨®n de nuestra educaci¨®n como el que presento y ofrezco para el di¨¢logo y la reflexi¨®n.
?Isabel Cela¨¢ es ministra de Educaci¨®n y FP y portavoz del Gobierno.
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