El instituto de Castell¨®n en el que los profesores firman un compromiso para no mandar deberes
En dos cursos, el centro ha conseguido reducir el fracaso escolar un 10%. Argumentan que sin tareas, los alumnos est¨¢n m¨¢s motivados
"Los deberes generan desigualdades; hay alumnos que reciben ayuda en casa o familias que se pueden permitir pagar clases de apoyo, hay otras que no", explica Toni Solano, director del instituto Bovalar de Castell¨®n, que en 2016 se declar¨® centro "sin deberes".?Su objetivo era reducir la tasa de abandono escolar y despu¨¦s de dos a?os ya lo han conseguido. En el curso 2012-2013, un 50% de los alumnos de los distintos niveles de la ESO suspendieron m¨¢s de cuatro asignaturas y repitieron, un porcentaje que este a?o ha bajado al 40%. De los 70 profesores del centro, 30 han firmado este curso un compromiso para limitar las tareas que los estudiantes deben resolver en casa.?
"Los alumnos pasan entre seis y siete horas encerrados en el instituto. Ahora, sin deberes, vienen con m¨¢s ganas y aprovechan mucho m¨¢s el tiempo", cuenta Francesc Collado, profesor del centro, catalogado como CAES (Centros de Actuaci¨®n Educativa Singular) por la asistencia de alumnos que viven en barrios marginales o presentan situaciones familiares complicadas.?En su opini¨®n, una de las peores consecuencias de los deberes es que gran parte de las horas lectivas se destinan a corregir esas tareas. "Entras en una din¨¢mica err¨®nea", a?ade.?
Espa?a est¨¢ entre los pa¨ªses en los que los alumnos de 15 a?os destinan m¨¢s horas a los deberes en casa, seg¨²n la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). En Espa?a dedican 6,5 semanales frente a las 4,8 de media entre los pa¨ªses industrializados. En otros informes, ese mismo organismo?apunta que puede abrirse una brecha entre alumnos con m¨¢s o menos recursos ¡ªla renta de las familias es uno de los principales factores que influyen en el rendimiento de los alumnos¡ª aunque defiende razones "muy s¨®lidas" para asignar tareas despu¨¦s de clase como "ayudar a los estudiantes con dificultades", asegurar que lo retienen en su memoria a largo plazo o dar un est¨ªmulo adicional para los estudiantes de altas capacidades.
En el documento rubricado por los 30 profesores, que el centro llama "contrato" y que es voluntario, figuran algunos puntos como "no mandar deberes que supongan actividades de repetici¨®n o de respuestas basadas en la copia de datos" o "no encargar res¨²menes ni esquemas si no se han trabajado los contenidos previamente en el aula".?
"Los tiempos de la antigua escuela han pasado y la realidad actual exige nuevos retos educativos,? tanto metodol¨®gicos como organizativos, para dar respuesta a un alumnado con nuevos intereses y necesidades", expone el documento. Esas nuevas pedagog¨ªas consisten, por ejemplo, en el uso de din¨¢micas de trabajo colaborativo, que "mejoran la convivencia" y "motivan" a los alumnos, explica el director del centro.?
Esas medidas se alinean con la Ley de Derechos y Garant¨ªas de la Infancia y la Adolescencia de la Comunidad Valenciana, que entr¨® en vigor en diciembre e incluye una recomendaci¨®n para que los deberes no "menoscaben"?en primaria y secundaria?"el derecho al ocio" de los estudiantes, para que que el exceso de tareas no reduzca el tiempo de juego. En ning¨²n caso es de obligado cumplimiento para los centros.
"Los deberes tradicionales se basan, normalmente, en la repetici¨®n mec¨¢nica o en tareas que no est¨¢n enmarcadas en un contexto real, no son una herramienta que sirva para mejorar el aprendizaje", sostiene Francesc Collado. Otro de los indicadores del ¨¦xito de la medida, seg¨²n la direcci¨®n del instituto, es el descenso en el n¨²mero de?expedientes disciplinarios: de los 28 de 2016 a los 11 de 2018. Las incidencias en el aula ¡ªproblemas entre alumnos o entre estudiantes y profesores¡ª tambi¨¦n se han reducido en ese periodo: de 164 a 37.
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