Alumnos que silencian el acoso escolar: ?hay que sancionarles?
Madrid prev¨¦ penalizar a los alumnos que no informen al centro de los casos de ¡®bullying¡¯. Los expertos alertan de que puede empeorar la convivencia
En la Comunidad de Madrid se considerar¨¢ una falta grave que un alumno sea conocedor de una situaci¨®n de acoso escolar y no lo comunique al centro, siempre y cuando esto no entra?e riesgo para s¨ª mismo o para terceros. Esta es una de las principales novedades que recoge el proyecto de decreto por el que se regula la convivencia en los colegios e institutos ¡ªp¨²blicos, concertados y privados¡ª, que previsiblemente ser¨¢ aprobado el primer trimestre de este a?o y de obligado cumplimiento el pr¨®ximo curso. Madrid se convertir¨¢ entonces en la ¨²nica comunidad aut¨®noma en la que se contemple la penalizaci¨®n del alumno que no informe sobre casos de bullying.
La sanci¨®n podr¨¢ ir desde quedarse sin recreo hasta una expulsi¨®n de un m¨¢ximo de cinco d¨ªas lectivos. Los expertos consultados consideran positivo que se fomente la colaboraci¨®n de los estudiantes para detectar potenciales v¨ªctimas y ayudarlas, pero alertan sobre las posibles consecuencias de imponer castigos.Todos los colegios e institutos madrile?os deber¨¢n contar con un plan de convivencia en el que se contemplen medidas para la prevenci¨®n y la actuaci¨®n ante el acoso.
En 2017, los cuerpos de seguridad detectaron 170 casos en la Comunidad de Madrid y m¨¢s de un millar en todo el pa¨ªs, con cifras de todas las comunidades aut¨®nomas, a excepci¨®n de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco. Desde 2012 se han registrado 5.500 casos. Los expertos consideran que los compa?eros, el resto de la clase, son ¡°clave¡± para combatir el acoso escolar. ¡°Hay que desmitificar la figura del chivato. Es alguien que denuncia una situaci¨®n que est¨¢ mal, es el defensor de la justicia¡±, explica Ana Cobos, presidenta de la Confederaci¨®n de Organizaciones de Psicopedagog¨ªa y Orientaci¨®n de Espa?a. ¡°Pero las medidas educativas tienen que estar por encima de las disciplinarias. Uno tiene que saber que no es justo mantener una situaci¨®n de violencia a trav¨¦s de procesos educativos, no sancionadores¡±, a?ade.
Medidas para sancionar las faltas graves
El proyecto de decreto por el que se regular¨¢ la convivencia en los colegios e institutos en la Comunidad de Madrid prev¨¦ 14 faltas graves. Estas son las sanciones que se contemplan:
1. Expulsi¨®n de clase con comparecencia inmediata ante la jefatura de estudios o la direcci¨®n, as¨ª como privaci¨®n del tiempo de recreo.
2. Prohibici¨®n temporal de participar en actividades extraescolares por un periodo m¨¢ximo de un mes, ampliable a tres en caso de pernoctaci¨®n.
3. Prohibici¨®n temporal de participar en los servicios complementarios del centro por un periodo m¨¢ximo de un mes (queda excluido el servicio de comedor).
4. Expulsi¨®n de determinadas clases por un plazo m¨¢ximo de cinco d¨ªas lectivos consecutivos.
5. Expulsi¨®n del centro por un plazo m¨¢ximo de cinco d¨ªas lectivos.
En el proyecto de decreto de la Comunidad de Madrid se clasifican las distintas faltas en las que puede incurrir el alumno, desde las leves hasta las muy graves. Hay 14 que se consideran graves. Entre ellas, las faltas reiteradas de puntualidad o asistencia injustificadas; los actos de indisciplina; el robo o hurto a miembros de la comunidad educativa, o la omisi¨®n del ¡°deber de comunicar al personal del centro las situaciones de acoso o que puedan poner en riesgo grave la integridad f¨ªsica o moral de otros miembros de la comunidad educativa, cuando la comunicaci¨®n pudiera realizarse sin riesgo propio ni de terceros¡±.
Leticia Cardenal, presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Padres y Madres, cree que la medida aprobada por el Gobierno madrile?o ¡°no es pertinente¡±. ¡°Lanzar a los alumnos la idea de que si no se chivan ser¨¢n castigados no es la mejor opci¨®n desde el punto de vista pedag¨®gico¡±. La presidenta de la Asociaci¨®n Madrile?a contra el Acoso Escolar, Mar¨ªa Jos¨¦ Fern¨¢ndez, coincide. ¡°Las situaciones de violencia deben comunicarse por sentido com¨²n. Pero incluirlo en un decreto es un error. Pretenden blindar a la consejer¨ªa y lavarse las manos, que sean responsables el profesor, el director o el alumno¡±, a?ade. Y apunta a la importancia ¡°de la formaci¨®n y de la prevenci¨®n¡±.?El decreto contempla que en caso de actos que puedan ser constitutivos de delitos, los docentes y el equipo directivo tienen la obligaci¨®n de comunicarlo a la polic¨ªa o al Ministerio Fiscal.?
Sonsoles Bartolom¨¦, responsable del departamento jur¨ªdico del tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR, que atiende a v¨ªctimas de bullying, se muestra a favor de las sanciones. La normativa establece una salvedad importante: el estudiante tiene el deber de comunicar el caso de acoso siempre y cuando no se ponga en riesgo a ¨¦l o a terceros. "Ponemos mucho peso en el testigo, pero tiene que asumir una responsabilidad. Podemos debatir si la falta debe ser considerada leve o grave, pero todo comportamiento que no conlleve una sanci¨®n se queda en el aire¡±, explica.
La doctora en Psicopedagog¨ªa Ana Cobos es reticente. ¡°Muchas veces no se denuncia por miedo. La norma exime a quien est¨¦ en riesgo, pero ese es un factor muy dif¨ªcil de valorar¡±, a?ade. Ella insta a animar a denunciar. "En la convivencia, todos somos guardianes y defensores de la justicia. El acoso muchas veces persiste en un grupo porque hay un colch¨®n social que tiene miedo a que, si la v¨ªctima deja de sufrir bullying, comiencen a sufrirlo ellos. Hay que empoderar al alumnado¡±, a?ade. Y no recomienda las sanciones. ¡°Alguien es expulsado. ?Qu¨¦ aprende de eso? Lo que puede ocurrir es que se genere miedo a lo que puedan pensar los padres, por ejemplo, pero no genera un sentimiento de justicia y solidaridad¡±, matiza.
En otras comunidades, como en Castilla y Le¨®n o el Pa¨ªs Vasco, se han impulsado programas que evitan ¡°demonizar a los alumnos¡±, expilcan fuentes de ambos Gobiernos. Sus protocolos abogan por dar herramientas a la comunidad educativa para ayudar tanto a la v¨ªctima como al acosador. ¡°Llamamos a los profesores y a los alumnos a unirse, a formar un equipo contra el bulliyng¡±, apuntan fuentes del Ejecutivo vasco.
Mar¨ªa Jes¨²s D¨ªaz-Aguado, catedr¨¢tica de Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n de la Universidad Complutense y autora del estudio Los castigos como indicador de riesgo psicosocial en la escuela, cree que el papel del alumnado es fundamental para detener el acoso en los centros, pero alerta de que las medidas exclusivamente punitivas no resuelven el problema. ¡°Para que un castigo sea eficaz debe ser percibido como justo y leg¨ªtimo, las expulsiones pueden agravar los problemas de conducta o provocar efectos adversos¡±, apunta. Diferentes investigaciones sobre el uso de la disciplina en la escuela indican que las medidas represivas, especialmente las que contemplan la expulsi¨®n, empeoran la convivencia y la relaci¨®n entre docente y alumno, adem¨¢s de incentivar los comportamientos violentos.
En 2008, la Asociaciaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa analiz¨® el impacto de las pol¨ªticas para la prevenci¨®n de la violencia en las aulas a ra¨ªz de casos como la matanza de 15 estudiantes en un colegio de Columbine tiroteados por dos de sus compa?eros. Se mostraron esc¨¦pticos con la efectividad de las sanciones en el aula, y alegaron que los alumnos castigados ¡ªcon medidas como la expulsi¨®n¡ª tienden a evadirse del contexto y a desarrollar actitudes negativas de miedo y hostilidad hacia el profesorado. ¡°Hay que implicar a los alumnos, pero con la toma de conciencia de cu¨¢l es el problema¡±, a?ade D¨ªaz-Aguado.
Equipos de mediaci¨®n y otras t¨¦cnicas de prevenci¨®n
El proyecto de decreto para regular la convivencia en los centros en Madrid tambi¨¦n contempla nuevas medidas para prevenir el acoso en las aulas como la creaci¨®n de equipos de mediaci¨®n. Son profesores, alumnos y familiares que de forma voluntaria reciben formaci¨®n y, en caso de conflicto entre alumnos, intervienen. "Diferentes investigaciones han demostrado que la ayuda entre iguales es m¨¢s efectiva a la hora de solucionar conflictos y por eso es importante que otros alumnos medien", explica Isabel Serrano, jefa de la Unidad de convivencia y de las familias de la Comunidad de Madrid.
Adem¨¢s, el nuevo decreto, que sustituir¨¢ al de 2007, contempla otras novedades como el obligado uso de nuevas metodolog¨ªas que impliquen trabajo colaborativo entre los alumnos, la reorganizaci¨®n de las aulas en caso de conflicto, o la vigilancia por parte de los profesores en las horas de entrada y salida de la escuela. "La disposici¨®n de las sillas y las mesas es esencial; el profesor buscar¨¢ a los estudiantes m¨¢s sociables, identificar¨¢ d¨®nde se sienta la v¨ªctima y la alejar¨¢ del acosador, al que tambi¨¦n separar¨¢ de su red de apoyo", apunta Serrano.
Vigilar los ba?os, los pasillos, las zonas con poca visibilidad y los pasillos ser¨¢ otra de las acciones que deber¨¢n cubrir los docentes en los cambios de hora y la entrada y salida al centro. "Son los espacios en los que se suelen producir los acosos y era necesario incluirlo en el protocolo", indica Isabel Serrano. En 2016, la Comunidad aprob¨® su primer Plan de lucha contra el acoso escolar, una gu¨ªa para centros docentes con herramientas espec¨ªficas para profesores, alumnos y familias. Desde entonces, en las aulas de 25 personas. "Las sanciones son necesarias, pero se tendr¨¢ que estudiar cada caso, porque hay muchos motivos para no reportar la informaci¨®n si se conoce". Muchas de las sanciones, apunta Serrano, se quedar¨¢n en un castigo sin recreo, espacio en el que los estudiantes tendr¨¢n que acudir al servicio de orientaci¨®n.
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