El dinero no basta para cerrar las heridas de la crisis en la sanidad
El sistema sanitario recibe ya tanta financiaci¨®n como en 2008, pero indicadores como las listas de espera y la temporalidad del personal no reflejan la recuperaci¨®n
El sistema sanitario p¨²blico no consigue cerrar las heridas que le ha dejado la crisis. La cifra del dinero que se invierte en ¨¦l puede ser enga?osa. Ya se han recuperado los niveles de inversi¨®n de antes de la crisis (m¨¢s de 73.000 millones al a?o, desde los 65.749 en 2013, cuando toc¨® fondo), pero, como sucede con las grandes variables macroecon¨®micas, esta recuperaci¨®n a¨²n no ha llegado al d¨ªa a d¨ªa del sistema. Indicadores como la lista de espera, el n¨²mero de camas operativas, los ingresos hospitalarios por problemas de salud mental de la poblaci¨®n y la percepci¨®n de los usuarios no llegan a los niveles de antes de la crisis.
Los datos muestran que la sanidad supon¨ªa en 2008 el 6,1% del PIB, que en 2010 subi¨® al 6,7% y que desde ah¨ª ha bajado hasta el 6,26% en 2017. Curiosamente, el gasto por habitante ha variado menos en los a?os de la crisis, durante los que ha oscilado entre los 1.410 y los 1.577 euros de media, que entre comunidades un mismo a?o. En 2018 Catalu?a presupuest¨® un poco menos de 1.200 euros; el Pa¨ªs Vasco, casi 1.700.
Y esto por hablar de factores medibles, dentro de un sistema poco propenso a dar datos. La reciente dimisi¨®n de 22 jefes de servicio de Vigo en protesta por las pol¨ªticas p¨²blicas, las protestas por el recorte de los horarios en primaria en Madrid y la movilizaci¨®n de los auxiliares de enfermer¨ªa son s¨ªntomas de que al sistema le aprietan las costuras. Como dice Javier Mart¨ªn, responsable de Sanidad del sindicato CSIF, ¡°se ha podido volver en algunos aspectos a la situaci¨®n de 2008, pero en estos 10 a?os la poblaci¨®n ha envejecido, se ha ampliado la cartera de servicios, y volver a la situaci¨®n de entonces no quiere decir volver a un buen momento. Ya entonces el sistema no daba m¨¢s de s¨ª¡±. Por eso las mareas blancas, aunque centradas en parar la privatizaci¨®n sanitaria, prendieron enseguida entre profesionales y pacientes.
Adem¨¢s, tanto Mart¨ªn como Marciano S¨¢nchez-Bayle, de la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica, ven con suspicacia las cifras de inversi¨®n sanitaria de los dos ¨²ltimos a?os, que consideran empujadas al alza por los numerosos procesos electorales.
GASTO P?BLICO
Millones de euros
Personal. Con el personal pasa algo similar a con el gasto: la cifra total se acerca a la de antes de los recortes (en 2012 eran 508.000 personas, seg¨²n el Ministerio de Hacienda), baj¨® hasta menos de 479.000 y ya son m¨¢s de 500.000 otra vez. Pero como advierte el portavoz de CSIF ha habido un envejecimiento de la plantilla, y la temporalidad ronda el 30%. ¡°Muchas personas tienen contratos de semanas o d¨ªas¡±, critica Mart¨ªn. Este es un cap¨ªtulo en el que, claramente, volver a las cifras absolutas de antes de la crisis representa una d¨¦cada de oportunidades perdidas. En los a?os de la crisis se ha reducido la movilidad y se han retrasado o eliminado las convocatorias p¨²blicas de empleo y la carrera profesional (reconocimiento de m¨¦ritos con su correspondiente repercusi¨®n econ¨®mica).
PERSONAL EN INSTITUCIONES SANITARIAS
En n¨²mero
Listas de espera. Con la advertencia de que ha habido un par de cambios en la metodolog¨ªa de la serie que aconsejan hablar m¨¢s de tendencias que de datos concretos, las listas de espera muestran un deterioro desde 2008 hasta 2016, con una ligera mejor¨ªa en el ¨²ltimo a?o (el recuento del Ministerio de Sanidad acaba en junio de 2018). Esta l¨ªnea es com¨²n, da igual si se refiere a la espera quir¨²rgica o para consultas.
LISTA DE ESPERA QUIR?RGICA
D¨ªas de demora media
Camas hospitalarias. Con el mismo n¨²mero de hospitales de titularidad p¨²blica en la red (unos 780), las camas operativas han pasado de 115.000 en 2010 a 110.000 desde 2013 (109.913 en 2016). Los sindicatos relacionan claramente este hecho con el aumento de las listas de espera, y lo atribuyen a los recortes en personal. Laura Vallejo, presidenta de la Asociaci¨®n Econom¨ªa de la Salud, advierte, sin embargo, de que tanto en este indicador como en los que se refieren, por ejemplo, al gasto por persona hay que tener prudencia, ya que puede haber un componente de aumento de eficacia, por ejemplo, con procesos que requieran menos tiempo de hospitalizaci¨®n.
CAMAS EN FUNCIONAMIENTO
En n¨²mero
Mortalidad. La tasa de fallecimientos por 100.000 habitantes tambi¨¦n est¨¢ en ascenso, seg¨²n los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), pero Vallejo tambi¨¦n pide cautela, ya que el envejecimiento de la poblaci¨®n puede ser una causa m¨¢s relevante de este fen¨®meno que el puro deterioro de los sistemas sanitarios. De hecho, dice Dolores Jim¨¦nez, del Departamento de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Granada, ¡°lo m¨¢s probable es que los efectos de la crisis en la salud de los ciudadanos se vean m¨¢s a corto y medio plazo¡±.
Percepci¨®n de los usuarios. Todos estos factores se reflejan de manera pr¨¢cticamente autom¨¢tica en la opini¨®n que los usuarios tienen del sistema sanitario p¨²blico. El Bar¨®metro Sanitario que elabora el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) para el Ministerio de Sanidad muestra c¨®mo el porcentaje de quienes piensan que el sistema funciona bien o bastante bien sub¨ªa hasta 2010 (73,9% de respuestas), baj¨® hasta el 62,7% en 2014 y en 2017 estaba en un 67,6%.
BAR?METRO SANITARIO
Encuestados que piensa que el sistema funciona bien o bastante bien
Salud reportada. Sin embargo, parece que la crisis no ha repercutido directamente en la opini¨®n que sobre su salud tienen los ciudadanos. En 2010 el 72,1% cre¨ªa que esta era buena o muy buena. En 2017 fueron el 74%. La presidenta de los economistas de la salud a?ade que, en tiempos de crisis econ¨®mica, suele ocurrir que las personas anteponen otros temas (el paro, la vivienda) a s¨ª mismos, y, por tanto, dan menos importancia a otros asuntos.
INGRESOS HOSPITALARIOS POR SALUD MENTAL
En n¨²mero
Sanidad privada. Una cuesti¨®n que ha quedado tocada del sistema sanitario es el prestigio, que de alguna manera se puede medir por el avance de la sanidad privada. Del total del gasto sanitario del pa¨ªs, las Administraciones se hac¨ªan cargo del 73,6% en 2008; en 2017, lo hac¨ªan del 70,8%. O lo que es lo mismo: la privada avanz¨® tres puntos en 10 a?os. Un s¨ªntoma en este sentido es que hayan sido dos empresas sanitarias las que han anunciado que instalar¨¢n sendos equipos de emisi¨®n de protones (un tipo de radioterapia m¨¢s precisa, especialmente indicada para tumores infantiles y cerebrales). Actualmente unos 8,2 millones de personas tienen un seguro privado en Espa?a, m¨¢s los tres millones de funcionarios a trav¨¦s de Muface.
La salud mental es la primera que sufre los recortes
La salud mental es la que m¨¢s pronto acusa los recortes en Sanidad, seg¨²n el estudio Crisis Econ¨®mica y Salud que concluy¨® a finales de 2018 un equipo dirigido por Juan Oliva, de la Universidad de Castilla-La Mancha, para el Ministerio de Sanidad. El trabajo recoge que este deterioro se da m¨¢s en hombres que en mujeres.
La encuesta de morbilidad hospitalaria del Ministerio de Sanidad refleja que, en general, durante los a?os de la crisis aumentaron las personas que fueron ingresadas en hospitales. Aparte del factor del envejecimiento, hay otros como la lista de espera o el de los posibles efectos del copago o de la saturaci¨®n de primaria que pueden explicar esta situaci¨®n. Tanto las hospitalizaciones debidas a problemas de salud mental como las totales bajaron entre 2008 y 2012, y entonces empezaron a subir.
Pero, adem¨¢s, en los casos de los ingresos por trastornos psiqui¨¢tricos, adem¨¢s de variar la cantidad de ingresos cambiaba la duraci¨®n de los mismos, lo que puede considerarse un indicador de su gravedad. Y esta tambi¨¦n baj¨® hasta 2012 para subir despu¨¦s.
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