La Sanidad empieza a recuperarse pero a¨²n no llega al nivel de 2011
El real decreto de los recortes cumple seis a?os sin que haya una evaluaci¨®n consistente de su efecto
El sistema sanitario p¨²blico muestra signos de que empieza a recuperarse del real decreto de abril de 2012 que supuso un recorte en la financiaci¨®n, en el personal, implic¨® el aumento de la aportaci¨®n de los usuarios mediante los cambios en el copago y, como consecuencia, de su insatisfacci¨®n. Y, adem¨¢s, dej¨® sin atenci¨®n a las personas en situaci¨®n irregular. En el sexto aniversario de la entrada en vigor de aquella norma, Amnist¨ªa Internacional le ha puesto voces a lo que consideran que fue ¡°una receta equivocada¡±.
El real decreto 16/2012 supuso un cambio dr¨¢stico del sistema nacional de salud. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hab¨ªa anunciado poco antes su intenci¨®n de que se ahorraran 10.000 millones entre sanidad (7.000 millones) y educaci¨®n (los otros 3.000 millones). Seis a?os despu¨¦s, no hay un estudio que haya evaluado en su conjunto el impacto de las medidas acordadas por el departamento que dirig¨ªa Ana Mato, pero s¨ª hay indicadores de su impacto.
En general, este lleg¨® a su m¨¢ximo rondando 2014, y ahora empiezan a recuperarse, aunque no se ha llegado al nivel previo a la crisis. Por eso Sanhita Ambast, directora del informe cualitativo que ha hecho Amnist¨ªa Internacional (AI) con 343 entrevistas a pacientes, profesionales y expertos seleccionados de Andaluc¨ªa y Galicia no duda en decir que ¡°la sanidad espa?ola ha perdido una d¨¦cada¡±.
Estos son algunos n¨²meros que reflejan esta evoluci¨®n.
Gasto sanitario p¨²blico. Este super¨® los 70.000 millones de euros en 2009; en 2014 fue de 62.000 millones. Desde entonces se ha recuperado algo, pero a¨²n no ha llegado al nivel de antes de la crisis, dijo Ambast. ¡°Estos recortes presupuestarios no tienen sentido. Nos hemos sentido insultados, humillados e impotentes¡±, declar¨® un usuario a Amnist¨ªa. ¡°Curiosamente, en mi hospital desmontaron la unidad de hemofilia despu¨¦s del decreto¡±, afirm¨® ayer en la presentaci¨®n del trabajo ?lvaro Gonz¨¢lez, un andaluz con esta enfermedad.
Personal contratado. Seg¨²n el Ministerio de Hacienda, en 2012 hab¨ªa m¨¢s de 500.000 trabajadores en el sistema sanitario; en 2014 bajaron a 480.000. Estas cifras tambi¨¦n han aumentado desde entonces, pero sin llegar a las de 2012. Los profesionales denuncian la precariedad y la p¨¦rdida de salario, porque han sufrido la eliminaci¨®n de pagas, el aumento de jornada laboral (de 35 a 37,5 horas semanales) y que los gestores solo pudieran cubrir una de cada 10 bajas como todos los funcionarios. ¡°Muchos enfermeros atienden hasta 33 casos complejos al d¨ªa. Tuvieron que dejarlo porque les resultaba imposible¡±, dice un profesional preguntado por AI.
Lista de espera quir¨²rgica. Este dato refleja fielmente el impacto de los recortes. En diciembre de 2016 lleg¨® a contar con 614.000 personas con una demora media de 115 d¨ªas. En 2010 eran menos de 400.000 personas que esperaban 65 d¨ªas de media. ¡°Con un bulto en el pecho y una madre que muri¨® de c¨¢ncer tardaron m¨¢s de nueve meses en diagnosticarme¡±, dice Patricia a AI. En junio de 2017 ha habido una peque?a mejor¨ªa (604.000 personas y 104 d¨ªas de espera).
Gasto farmac¨¦utico. El real decreto supuso que 400 medicamentos dejaran de estar financiados por la sanidad p¨²blica, aparte de que los pensionistas empezaron a pagar parte de lo que cuestan sus medicinas. El resultado fue que el gasto farmac¨¦utico, que ya estaba descendiendo por el impulso dado a los gen¨¦ricos, pas¨® de 11.100 millones en 2011 a 9.200 millones en 2014, y a partir de ah¨ª empez¨® a subir. En 2017 cerr¨® con 10.200 millones. ¡°Este mes no voy a la farmacia porque no me puedo permitir los medicamentos que tengo que pagar¡±, dice una mujer en el informe de AI. Cobra una pensi¨®n de 320 euros al mes. El caso de E. no es ¨²nico. Aunque hay pocos trabajos, uno de Valencia publicado hace un a?o calculaba que un 7% del os jubilados hab¨ªan dejado de tomar medicamentos tan importantes como los que evitan que se formen co¨¢gulos tras haber superado ya alg¨²n problema cardiovascular.
El diputado socialista Miguel ?ngel Heredia ha preguntado al Gobierno por los ahorros conseguidos gracias a los cambios en el copago de medicamentos, pero este le contest¨® con los datos generales del gasto por recetas. Fuentes del Ministerio de Sanidad afirman que no tienen ese dato y que es muy complicado de conseguir.
Usuarios. El real decreto restringi¨® el acceso al sistema sanitario a las personas jubiladas, en paro o que estuvieran cotizando a la Seguridad Social. Los mayores perjudicados fueron los migrantes sin permiso de residencia, que quedaron relegados a usar las urgencias, salvo que fueran mujeres embarazadas o menores. M¨¦dicos del Mundo tiene documentados m¨¢s de 4.000 casos de extranjeros que en estos seis a?os han tenido que suspender tratamientos que recib¨ªan antes, o que se les ha pedido que paguen por ellos o se les ha intentado facturar la atenci¨®n en urgencias. Si se comparan los datos del INE con el de las tarjetas sanitarias, se ve que en 2011 hab¨ªa 207.000 personas en Espa?a sin acceso a la sanidad. En 2012 eran 961.000, y en 2013, casi 1,3 millones. Gran parte son extranjeros residentes de la UE. Un reciente trabajo de la Universidad Pompeu Fabra estima que la mortalidad entre los extranjeros sin papeles ha subido un 15% con los recortes. La cifra de no asegurados ha bajado a menos de 600.000. No hay estudios claros sobre este fen¨®meno, pero coincide con un descenso de la migraci¨®n y con la puesta en marcha en muchas comunidades de medidas para darles atenci¨®n (muchas de las cuales fueron en un primer momento recurridas por el Gobierno central).
Satisfacci¨®n. El resultado de toda esta situaci¨®n se refleja en el Bar¨®metro Sanitario. En 2011, el 24% de la poblaci¨®n pensaba que el sistema sanitario funcionaba muy bien; en 2014, este porcentaje baj¨® al 17,7%. En 2016 hab¨ªa cierta recuperaci¨®n (un 19,8%). ¡°Estoy muy enfadada. La atenci¨®n de salud p¨²blica deber¨ªa ser intocable¡±, afirma una auxiliar de enfermer¨ªa en el informe de AI.
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