Una invasi¨®n de osos polares pone en alerta un asentamiento militar ruso
Las autoridades han declarado el estado de emergencia y han desplegado expertos para sedar a los animales
Hambrientos y desconcertados, decenas de osos polares est¨¢n asediando desde hace d¨ªas un peque?o asentamiento militar en el ?rtico ruso. Temerosos de encontr¨¢rselos en la calle, sus habitantes est¨¢n evitando salir de sus casas o enviar a sus hijos a la escuela. Los animales han atacado ya a varias personas y han irrumpido en casas y locales. De momento han tomado el vertedero local. Y all¨ª se alimentan. Las autoridades han declarado el estado emergencia en este lugar, el archipi¨¦lago de Novaya Zemlya (Nueva Tierra), en el que viven casi 3.000 personas, y han enviado a un grupo de expertos en osos polares para sedarlos.
Los v¨ªdeos que muestran a los estos animales, en algunos casos agresivos, entrando en los edificios de pueblos como el de Belushya Guba y campando por sus calles, han desatado las alarmas. No solo por la ¡°invasi¨®n masiva sin precedentes¡±, como lo ha bautizado el jefe de la administraci¨®n local, Zhigansha Musin; si no sobre todo porque puede ser un s¨ªntoma m¨¢s del cambio clim¨¢tico y de c¨®mo el retroceso del hielo del ¨¢rtico est¨¢ obligando a estos animales a abandonar su h¨¢bitat natural, llegando a zonas habitadas, alertan las organizaciones ecologistas.
Las autoridades rusas y los cient¨ªficos de los organismos oficiales no han apostado de momento abiertamente por esta teor¨ªa, y dicen m¨¢s bien que los animales han podido verse atra¨ªdos por la actividad humana. Es lo que opina Ily¨¢ Mordvintsev, del programa de estudios del oso polar de la Academia de Ciencias de Rusia, que cree que la situaci¨®n se debe sobre todo a los patrones migratorios de estos animales y a la acci¨®n del hombre. Y pone el foco en el mantenimiento de la isla, donde al parecer los militares no han respetado las estrictas normas sobre eliminaci¨®n de basura que deben seguir las compa?¨ªas mineras y petroleras de toda la regi¨®n norte de Rusia; precisamente para evitar atraer a estos animales.
El coordinador de programas de biodiversidad en el ?rtico de WWF, Mija¨ªl Stishov, coincide en parte, pero s¨ª destaca el problema del calentamiento global. ¡°Debido al cambio clim¨¢tico no hay hielo. Las cosas est¨¢n empeorando y empeorando. Un oso polar busca comida en el hielo. Por eso ahora pasa m¨¢s tiempo en las orillas en busca de comida. Si eso animales encuentran comida en la tierra se agrupan all¨ª. En este caso, los osos polares se han visto atra¨ªdos por un vertedero¡±, dice. ¡°Hasta que este vertedero sea destruido, los animales no van a dejar el lugar¡±, a?ade Stishov.
En el archipi¨¦lago, las autoridades locales afirman que los vecinos han pasado d¨ªas de aut¨¦ntica desesperaci¨®n. Y han reclamado que lleguen refuerzos para disparar a los animales. ¡°Los osos han estado, literalmente, persiguiendo a la gente. Los vecinos tienen miedo y no quieren salir de casa. Los padres no est¨¢n dispuestos a que sus hijos vayan a la escuela o a la guarder¨ªa¡±, ha afirmado Alex¨¢nder Min¨¢yev, jefe adjunto de la regi¨®n. En un comunicado oficial, las autoridades de Arj¨¢ngelsk, la regi¨®n de la que depende este territorio, explican que est¨¢n empezando a llegar osos a este archipi¨¦lago en las profundidades del Artico ruso desde diciembre. Estos ¨²ltimos d¨ªas se ha visto al menos a 52, en algunos casos agresivos.
"Cuando era ni?a recuerdo que la situaci¨®n era muy distinta. No hab¨ªa tanta basura. La propia gente ha creado un vertedero", dice a trav¨¦s de Vkontakte (una red social rusa similar a Facebook),?Rada Nechytai, una joven de 26 a?os que ha vivido durante a?os en Belushya Guba. "Antes, a principios de los noventa, ven¨ªa un cami¨®n de noche y pasaba por las casas recolectando la basura. Era muy raro que los osos llegasen a la zona. Ahora da miedo caminar porque hay un basurero en cada esquina", a?ade.
Rusia define a los osos polares como especie en peligro de extinci¨®n. Y est¨¢n protegidos. Pero no en todo el pa¨ªs. De hecho, las autoridades permiten su caza por parte de algunos grupos ind¨ªgenas en el norte. Pero no en las islas del archipi¨¦lago de Novaya Zemlya, una zona militar restringida con una central nuclear y varios peque?os asentamientos, como el de Belushya Guba, en el que vive solo gente llegada de fuera.
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