Los dos ¨²ltimos abades de Montserrat encubrieron los abusos de un monje denunciado en 1999
Un menor acus¨® a Andreu Soler, director de los 'boys scout' del monasterio durante 40 a?os, y recibi¨® una compensaci¨®n de 7.200 euros. La ¨²nica medida fue apartar al fraile un a?o m¨¢s tarde
Los dos ¨²ltimos abades del monasterio de Montserrat, Sebasti¨¤ Bardolet y el actual, Josep Maria Soler, conocieron desde 1999 la denuncia de abusos de un menor contra un monje, Andreu Soler, y no tomaron ninguna medida. Solo en 2000 el acusado fue trasladado a otro centro de la orden, El Miracle, en Lleida, pero la abad¨ªa reconoce, a trav¨¦s de su portavoz, Bernat Juliol, que no lo denunci¨® a la polic¨ªa, ni abri¨® ning¨²n procedimiento can¨®nico, seg¨²n las reglas de la Iglesia, ni lo notific¨® al Vaticano. Ello a pesar de que la Santa Sede oblig¨® desde 2001 a comunicar a Roma las denuncias de abusos. Tampoco se inform¨® de los motivos del traslado al resto de los frailes. Este monje, fallecido en 2008, era una personalidad muy conocida en Catalu?a, pues fue el fundador en 1959 del grupo scout cat¨®lico de Montserrat, los Escoltes de Servei, o Els Nois de Servei, y su director durante 40 a?os. Tampoco se explic¨® a las familias y miembros de la organizaci¨®n los motivos de su marcha. La v¨ªctima, Miguel Hurtado, que sufri¨® los abusos cuando ten¨ªa 16 a?os y el fraile contaba con 65, ha revelado por primera vez su historia a EL PA?S. Tambi¨¦n aparecer¨¢ en el documental Examen de conciencia, de Albert Sol¨¦, que Netflix estrenar¨¢ el pr¨®ximo viernes. El monasterio de Montserrat, a ra¨ªz de las preguntas de este peri¨®dico y un medio catal¨¢n, ha decidido? divulgar una nota reconociendo los hechos esta tarde.
El monasterio de Montserrat dio credibilidad a las acusaciones, aunque el monje negaba los hechos. El actual abad, Josep Maria Soler, se reuni¨® dos veces con Hurtado -la nota del santuario habla de tres encuentros, pero ¨¦l lo niega- y le asegur¨® que le cre¨ªa. "Me dijo que no ten¨ªa dudas de lo que yo dec¨ªa ni del da?o que hab¨ªa sufrido", relata la v¨ªctima. La abad¨ªa incluso le pag¨® 7.200 euros como compensaci¨®n para ayuda terap¨¦utica, cifra que la nota de prensa de Montserrat eleva a 8.600. Seg¨²n Hurtado, la diferencia se explica porque pagaron tambi¨¦n las costas de su abogada. Adem¨¢s, precisa que se lo abonaron en negro y con un compromiso de silencio de la v¨ªctima, para que no revelara el esc¨¢ndalo: ¡°Lo ¨²nico que han querido hacer siempre ha sido taparlo, y eso ha sido peor que el abuso. Teniendo en cuenta que durante 40 a?os Soler fue el responsable de cientos de menores temo que yo no haya sido la ¨²nica v¨ªctima¡±. Hurtado guard¨® el secreto durante a?os, pero acab¨® perdiendo la confianza en la abad¨ªa. Sobre todo desde que la editorial del monasterio, ya conocedor de los abusos, public¨® en 2007 un libro de Soler sobre sus logros y su trayectoria, con un pr¨®logo de Jordi Pujol, gran amigo suyo. Decepcionado, Hurtado decidi¨® devolverles el dinero que hab¨ªa recibido.
El portavoz de la abad¨ªa, Bernat Juliol, reconoce todo el relato de los hechos de Hurtado, pero hace matices sobre la actitud del monasterio: "En ning¨²n caso se ha querido ocultar ni esconder nada, eso debe quedar claro, y lo ¨²nico que hemos buscado siempre es ayudar a Hurtado en lo que nos ha pedido, con dinero y recibi¨¦ndole cuando ha querido venir, desde el inicio hemos estado dispuestos a acoger y escuchar". Afirma que Soler siempre neg¨® las acusaciones, que a¨²n as¨ª se tom¨® la medida preventiva de alejarlo de la actividad pastoral y esta ha sido la ¨²nica denuncia contra ¨¦l, y tambi¨¦n la ¨²nica que ha recibido nunca el monasterio contra un fraile. Un proceso can¨®nico habr¨ªa debido establecer la veracidad de las acusaciones, con un archivo o una condena, pero el abad se limit¨® a "una investigaci¨®n".
"No lo denunciamos porque ¨¦l mismo, Hurtado, dijo que no lo quer¨ªa denunciar y respetamos su decisi¨®n", asegura el portavoz. Pero ¨¦l lo niega y explica que el abad llam¨® a su madre y le convenci¨® para que no presentara una denuncia, dado que con el traslado de Soler el caso no volver¨ªa a repetirse. "Mi madre me dijo que el abad le hab¨ªa felicitado por no denunciar, que hab¨ªa tomado la decisi¨®n correcta porque as¨ª lo podr¨ªan solucionar internamente".
Respecto a los 7.200 euros y la forma de pago, Juliol alega que la abad¨ªa prefiri¨® dejar ese asunto en manos de sus abogados, y ellos decidieron la f¨®rmula. Niega que se quisiera comprar su silencio, aunque repite que la gesti¨®n fue de los letrados. Apunta que el abad inform¨® finalmente al Vaticano en 2016, ocho a?os despu¨¦s de la muerte del acusado. No obstante, en la Santa Sede no consta ninguna notificaci¨®n del caso. El monasterio explica que fue de forma verbal, en una conversaci¨®n del abad con el prefecto de la Congregaci¨®n de Doctrina de la Fe, que entonces era el alem¨¢n Gerhard M¨¹ller. A la pregunta de por qu¨¦ dieron este paso en 2016, Juliol responde: "Pensamos que era bueno saber si se actu¨® correctamente y al consultarlo nos dijeron que s¨ª. No se hizo antes porque hab¨ªa una buena relaci¨®n con Hurtado, nada hac¨ªa pensar que se tuviera que ir m¨¢s all¨¢". Lo cierto es que para entonces Hurtado ya les hab¨ªa advertido de que sacar¨ªa a la luz el caso, tras una reuni¨®n con el abad en diciembre de 2015.
La historia de Miguel Hurtado comienza en 1997, cuando ten¨ªa 15 a?os y empieza a frecuentar los fines de semana, pasando all¨ª la noche, el grupo scout de la abad¨ªa de Monserrat. El director de esta asociaci¨®n juvenil era Andreu Soler, c¨¦lebre figura del santuario y de la sociedad civil catalana. ¡°Los abusos comenzaron cuando ten¨ªa 16 a?os y duraron un a?o, hasta que fui capaz de pararlo. ?l sab¨ªa lo que hac¨ªa, ten¨ªa un m¨¦todo muy estudiado, porque en esa ¨¦poca yo ten¨ªa problemas personales, era m¨¢s retra¨ªdo, y empez¨® a acercarse a m¨ª. Se fue ganando mi confianza como adulto de referencia, le fui contando mis problemas¡±. Como los chicos pasaban all¨ª el fin de semana las conversaciones ten¨ªan lugar en la cocina o las zonas comunes, pero luego pasaron a ser en la habitaci¨®n. ¡°Ah¨ª pas¨® de hablar de temas neutros a temas sexuales, y empez¨® con los tocamientos, cuando yo estaba en pijama. Fue un choque muy fuerte para m¨ª, porque yo era creyente. No me lo pod¨ªa creer, me negu¨¦ a m¨ª mismo que eso estuviera pasando. El d¨ªa que intent¨® besarme, meter su lengua en mi boca, fue el detonante para que dejara de negar la realidad¡±.
Hurtado dej¨® de ir a Montserrat, pero decidi¨® contarle lo ocurrido a un monje de confianza, Josep Maria Sanrom¨¤. A¨²n era menor, ten¨ªa 17 a?os. Seg¨²n relata, este fraile le confes¨® que ya hab¨ªa o¨ªdo rumores sobre Soler. ¡°Pero me aconsej¨® no decir nada a mis padres y me dijo que hablar¨ªa con el abad¡±, asegura. A?os despu¨¦s volvi¨® a reunirse con este religioso y le confirm¨® que en aquel entonces hab¨ªa informado al abad, Sebasti¨¤ Bardolet, "para que le dieran un toque, pero no hizo nada¡±. En mayo de 2000 Bardolet fue sustituido al frente del monasterio por Josep Maria Soler. Fue ese a?o, en octubre, cuando hubo un peque?o terremoto en la vida de Montserrat: EL PA?S public¨® varias informaciones sobre las tensiones internas en la abad¨ªa por la existencia de conductas homosexuales y luchas de poder. Este diario tambi¨¦n revel¨® que Bardolet y el anterior abad, Cassi¨¤ Just, hab¨ªan sido cesados a consecuencias de inspecciones del Vaticano.
Fue entonces, siendo ya mayor de edad, cuando Miguel Hurtado se decidi¨® a contar a sus padres lo que hab¨ªa pasado. Su madre, indignada, escribi¨® una carta al nuevo abad. Justo en esas fechas el acusado, Andreu Soler, fue trasladado a otro monasterio. Seg¨²n Hurtado, ¡°los rumores sobre ¨¦l ya exist¨ªan, entre los propios compa?eros del grupo scout se comentaba que hab¨ªa que tener cuidado porque ten¨ªa las manos muy largas¡±. Otros dos frailes fueron desterrados en medio de las pol¨¦micas internas, Hilari Raguer y Evangelista Vilanova, pero porque eran considerados referentes cr¨ªticos entre los monjes. De hecho, regresaron despu¨¦s. El nuevo abad respondi¨® a la familia de la v¨ªctima con una carta, fechada el 14 de diciembre de 2000, a la que ha tenido acceso este peri¨®dico y se puede consultar al final de este texto. En ella les anuncia el traslado del monje, afirma tener ¡°consciencia de la gravedad de lo que ha podido pasar¡± y que ¡°investigar¨¢ a fondo esta cuesti¨®n¡±. Se ofrec¨ªa a reunirse con Hurtado, pero ¨¦l prefiri¨® olvidar todo y centrarse en los estudios. Ahora es psiquiatra en Londres. El caso prescribi¨® en 2003, explica Hurtado, cuando cumpli¨® 21 a?os, seg¨²n las leyes vigentes entonces.
Sin embargo, la herida no se cerraba y en 2003, tras volver a entrar en crisis, decidi¨® escribir ¨¦l mismo una larga carta al abad para contarle su caso. En la misiva le advert¨ªa de que el monasterio hab¨ªa encubierto a un criminal, que tendr¨ªan que haber informado a la polic¨ªa y les reclamaba que le pagaran el tratamiento psicol¨®gico. No hubo respuesta del abad, solo de sus abogados, con una carta a la que ha tenido acceso este diario. Se pusieron en contacto con Hurtado y negociaron un pago de 7.200 euros para gastos de terapia. ¡°Pero la forma de pago fue curiosa, tuve que ir tres veces al despacho de sus abogados para que me lo dieran en sobres con billetes de 500, dos partes de 3.000 y una de 1.200, porque entonces 3.000 era el l¨ªmite para sacar dinero del banco sin dejar rastro¡±, cuenta.
Hurtado volvi¨® a su vida y comenz¨® a frecuentar grupos de terapia. Apareci¨® en medios de comunicaci¨®n contando su caso, pero sin desvelar nombres ni detalles. Empez¨® a superar el trauma y esto le llev¨® a escribir una segunda carta al abad. Se reuni¨® con ¨¦l por primera vez en septiembre de 2011. En su af¨¢n por cerrar heridas, Hurtado tambi¨¦n se encontr¨® en 2012 con Sanrom¨¤, aquel primer fraile al que denunci¨® su caso. El monje le confirm¨® que hab¨ªa informado al abad anterior, y no fue f¨¢cil: ¡°Me dijo que sab¨ªa que si Andreu se enteraba a ¨¦l se le caer¨ªa el pelo, porque era capaz de denunciarle con cualquier cosa rara como hab¨ªa hecho con otros¡±. Le reconoci¨® que los scouts ¡°fueron una cosa siempre absolutamente cerrada del hermano Soler, que nadie se pod¨ªa meter¡±.
Sin embargo, el libro de homenaje a Andreu Soler publicado por la abad¨ªa de Montserrat volvi¨® a causar una crisis a Hurtado. Lo descubri¨® por casualidad, buscando informaci¨®n en Internet. L¡¯escoltisme i Montserrat, de 153 p¨¢ginas, escrito por el propio Soler, fue publicado en 2007 con motivo del 40 aniversario del grupo scout. Inclu¨ªa un DVD en el que el fundador era el protagonista. Por ese motivo en 2015 se reuni¨® de nuevo con el abad, Josep Maria Soler, para manifestarle su indignaci¨®n. El superior de Montserrat le asegur¨® que no sab¨ªa nada del libro y argument¨® que la editorial del monasterio ten¨ªa autonom¨ªa. Pero le admiti¨® que hab¨ªa sido un error y se comprometi¨® a retirar todas las copias existentes. Aquella segunda conversaci¨®n fue muy tensa y al terminar Hurtado le devolvi¨® los 7.200 euros que le hab¨ªan pagado en 2004. Lo hizo all¨ª mismo, en un fajo de billetes que llevaba en un sobre. Al irse le advirti¨® de que un d¨ªa har¨ªa p¨²blico su caso. Su ¨²ltimo contacto con Josep Maria Soler fue un correo electr¨®nico en enero de 2016, al que ha tenido acceso EL PA?S, en el que el abad le comunicaba la retirada del libro y la donaci¨®n del dinero a dos ONG.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es
"El abad me confes¨® que mi denuncia no le pill¨® por sorpresa, que hab¨ªa rumores desde los a?os setenta"
MIguel Hurtado se reuni¨® dos veces con el actual abad de Montserrat, Josep Maria Soler, en 2011 y en 2015, para hablar de su denuncia contra el monje Andreu Soler. La primera fue cuando hab¨ªa pasado tiempo, el acusado hab¨ªa fallecido y Hurtado se consider¨® capaz de afrontar la cuesti¨®n. Recuerda que fue de tono conciliador. El abad le confes¨® que su predecesor en el cargo, Sebasti¨¤ Bardolet, no hab¨ªa hecho nada tras la denuncia y que ¨¦l "hab¨ªa tenido que asumir los marrones anteriores". Tambi¨¦n le asegur¨® que el fraile neg¨® las acusaciones. Que "relativizaba mucho" lo ocurrido y "no era muy consciente de lo que hab¨ªa hecho". Es m¨¢s, no acept¨® nunca el destierro y su relaci¨®n con ¨¦l se enfri¨®. Tambi¨¦n le cont¨® que la decisi¨®n de sacarlo de Montserrat le llev¨® a un enfrentamiento con miembros de los scouts, que intentaron evitarlo. El fraile al que Hurtado denunci¨® por primera vez el caso, Josep Maria Sanrom¨¤, tambi¨¦n le confi¨® en 2012 que Els Nois de Servei "proteg¨ªan al hermano Andreu hasta extremos que no me pod¨ªa imaginar".
El abad le admiti¨® que le hab¨ªan llegado rumores de antecedentes de Soler, pero nunca lleg¨® a comprobar nada y que no tuvo constancia de m¨¢s casos. Reconoci¨® que la primera gesti¨®n del caso a partir de 2003, mediante abogados para el pago de una compensaci¨®n quiz¨¢ fue fr¨ªa y no fue la m¨¢s afortunada.
La segunda conversaci¨®n en 2015 fue m¨¢s tensa. Hurtado estaba indignado porque el monasterio hab¨ªa publicado un libro ensalzando la labor de Soler y se hab¨ªa hecho muy cr¨ªtico con la actitud de Montserrat. Acos¨® a preguntas al abad y sac¨® a la luz detalles que desconoc¨ªa. Le plante¨® por qu¨¦ no hab¨ªa cumplido las directrices del Vaticano de 2001, que le obligaban a informar del caso a la Santa Sede. Josep Maria Soler lo justific¨® ¡°porque el hermano Andreu estaba muy delicado de salud¡±. Al insistirle sobre si investig¨® realmente al acusado admiti¨® que "reconoci¨® a medias las acusaciones, que admiti¨® que me hab¨ªa besado, que hab¨ªa tenido un comportamiento excesivamente afectuoso conmigo, que no dijo que no hab¨ªa nada, pero minimiz¨® lo que hab¨ªa hecho". A¨²n as¨ª el abad afirm¨® que cuando le desterr¨® le dijo claramente que era "por abusar de un menor y por otras cosas", que no especific¨®. La versi¨®n del portavoz de Montserrat es que Andreu Soler "nunca reconoci¨® nada".
Hurtado afirma que entonces el abad le revel¨® que ya hab¨ªa sospechas sobre Soler desde hace a?os: "Me confes¨® que hab¨ªa rumores de que ten¨ªa relaciones homosexuales con j¨®venes desde los a?os setenta, en los fines de semana que organizaba en Santa Cecilia, otro recinto de Montserrat". Es m¨¢s, sostiene que el abad le dijo que ¨¦l mismo, que entonces era monje, inform¨® de estas habladur¨ªas al abad de la ¨¦poca, Cassi¨¤ Just. Pero, seg¨²n le cont¨®, nunca supo si lo investig¨® o no. "Por eso me reconoci¨® que cuando yo denunci¨¦ no le pill¨® por sorpresa, porque ya sab¨ªa los rumores. Lo que es incre¨ªble es que a¨²n as¨ª haya estado 40 a?os a cargo de menores", lamenta Hurtado. Ha creado una direcci¨®n de correo electr¨®nico para que otras posibles v¨ªctimas de abusos en Montserrat se pongan en contacto con ¨¦l: abusos.montserrat@gmail.com.
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