15 a?os de c¨¢rcel para los tres hombres que violaron a una mujer en Collado Villalba
La Audiencia Provincial de Madrid considera que hubo "intimidaci¨®n ambiental", la que sucede por la sola presencia de los agresores y las circunstancias
La Audiencia Provincial de Madrid ha dictado sentencia contra los tres hombres que violaron a una chica de 18 a?os en 2015: 15 a?os de c¨¢rcel para Mart¨ªn A. F. y Ricardo A. M, y 14 para Miguel ?ngel C. O; una orden de alejamiento de la v¨ªctima durante 25 a?os para los dos primeros procesados y 24 para el tercero y libertad vigilada durante siete a?os para los tres, que comenzar¨¢ una vez que hayan cumplido la pena.
Las tres magistradas de la Secci¨®n 29 los condenan por agresi¨®n sexual continuada. No hubo violencia, pero s¨ª "intimidaci¨®n ambiental". Seg¨²n explica el documento, es aquella situaci¨®n en la que el "efecto intimidatorio puede producirse por la simple presencia o concurrencia de varias personas, distintas del que consuma materialmente la agresi¨®n sexual, ya que la presencia del grupo puede producir en la persona agredida un estado de intimidaci¨®n ambiental a la vez que provocar un efecto de reforzamiento psicol¨®gico de quien se ve rodeado de otras personas que lo animan".
Fue lo que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid entiende que ocurri¨® la medianoche del 13 de marzo de 2015, cuando los tres hombres, uno de 29 a?os y los otros dos a punto de cumplirlos, prepararon "una encerrona" para violar a la chica. Ella se neg¨® una y otra vez, "insistentemente". Pero de nada sirvi¨® en esas circunstancias: en un dormitorio de un piso con tres hombres mayores que ella, m¨¢s corpulentos, sin permitirle salir. Ella, seg¨²n apunta el texto, se encontraba en una "situaci¨®n de angustia, miedo, vulnerabilidad e indefensi¨®n".
Una encerrona preparada
La tarde de aquel 13 de marzo la v¨ªctima estuvo en un centro comercial con "Mario", amigo suyo y de los tres procesados. Un par de horas despu¨¦s de despedirse, ¨¦l volvi¨® a escribirle para ver si pod¨ªan "tomar algo" con unos amigos, entre ellos Ricardo, al que ella hab¨ªa conocido a trav¨¦s de Mario ese anterior verano y con quien mantuvo durante unos meses relaciones sexuales. Despu¨¦s de varios intentos, consigui¨® convencerla. Sin embargo, "M. no fue a la cita, so pretexto de tener un plan mejor, lo que no comunic¨® a la v¨ªctima". Seg¨²n las magistradas redactan en la sentencia, destaca el papel "c¨®mplice que jug¨® M.", que esa noche consigui¨® que saliera de casa haci¨¦ndola creer que ¨¦l estar¨ªa all¨ª y que sab¨ªa lo que iba a suceder. Hablan de "las pretensiones que los tres ten¨ªan para esa noche y el previo concierto para embaucar a la v¨ªctima", de c¨®mo la enga?aron haci¨¦ndola creer que iba a tomar algo y que iba a estar su amigo, "cuando los tres pretend¨ªan satisfacer sus deseos sexuales con o sin consentimiento de ella". "Los tres amigos ten¨ªan pensando tener 'una nochebuena' en la despedida de soltero de Miguel ?ngel".
Los condenados llegaron en el coche de Ricardo y ella se sent¨® detr¨¢s. Cuando se dio cuenta de que su amigo no estaba, le envi¨® un WhatsApp y ¨¦l contest¨® que "ahora iba". Fueron a casa de la hermana de Ricardo con la excusa de "dejar unas bolsas que llevaba Miguel ?ngel porque iba a dormir en esa casa". Cuando llegaron, Ricardo y ella "fueron a uno de los dormitorios, donde comenzaron a besarse y a tener un contacto m¨¢s ¨ªntimo. Ricardo se desnud¨® completamente y ella de cintura para arriba".
De repente, "entraron en la habitaci¨®n Miguel ?ngel y Mart¨ªn preguntando algo sobre la conexi¨®n de la playstation, saliendo a requerimiento de la v¨ªctima". Pero volvieron a entrar. Fue entonces cuando comenz¨® la violaci¨®n en grupo. El primero fue Mart¨ªn, que la encerr¨® en el ba?o y ella, "bajo la falsa promesa de Ricardo de ayudarla a salir del domicilio, ante la situaci¨®n de grave temor accedi¨® a realizarle una felaci¨®n con eyaculaci¨®n dentro de la boca". Cuando sali¨®, Ricardo "no le hizo caso, no le contest¨®, no le mir¨® ni le auxili¨®", rezan los hechos probados. Y "los otros dos procesados le reclamaron su turno". La tocaron todos y todos la obligaron a que les hiciese una felaci¨®n. Despu¨¦s la llevaron a casa y se marcharon.
Todos eran conscientes de lo que estaba ocurriendo. "Las relaciones sexuales fueron llevadas a cabo por los procesados sin el libre consentimiento de la v¨ªctima, que se neg¨® de forma reiterada ante la insistencia de los acusados, concurri¨® intimidaci¨®n, pues ella se vio acorralada ante la presencia de los tres individuos, en un sitio cerrado, una habitaci¨®n con ba?o, y actu¨® ante el temor de que pudiera pasarle algo y en la creencia de que no iba a salir indemne de all¨ª sin haber satisfecho los deseos sexuales de los procesados¡±.
Despu¨¦s de aquel d¨ªa, la vida de la mujer cambi¨®. Seg¨²n el texto del Tribunal, "vio alterada su vida cotidiana, cambi¨® sus h¨¢bitos y procuraba no ir a Villalba ante el temor a encontrarse con alguno de ellos". A?ade, adem¨¢s, que lloraba, ten¨ªa la autoestima baja, no pod¨ªa dormir, y present¨® s¨ªntomas de ansiedad y depresi¨®n, "requiriendo intervenci¨®n m¨¦dica y psicofarmacol¨®gica".
Las tres magistradas de la Sala entendieron los hechos como agresi¨®n sexual continuada, porque este delito ¡°requiere unidad de sujeto activo y esa unidad existe para cada uno de los autores. Es decir, cada uno de ellos ser¨¢ autor ¨²nico de un delito continuado de violaci¨®n: uno, porque intimida y otro porque accede carnalmente". En la sentencia, aquella noche queda resumida con un adjetivo: "S¨®rdida".
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