Cuando es pap¨¢ el que cuida
El deseo de los hombres de implicarse en la crianza apenas se refleja en el uso de derechos como la reducci¨®n de jornada
"?C¨®mo dejas a tu hijo, tan peque?o, solo con su padre?". Esta simple pregunta, que le hicieron a Elena Arcos cuando volvi¨® a su puesto a las seis semanas de nacer su primer beb¨¦, condensa los prejuicios a los que a¨²n se enfrentan las parejas que deciden salirse del modelo tradicional y que sea el hombre el que aproveche las posibilidades de conciliaci¨®n que la ley concede a los trabajadores con hijos. "?Con qui¨¦n va a estar mejor que con su padre?", contestaba Arcos, actualmente directora de Recursos Humanos de una empresa con 80 empleados.
Ese padre cuya capacidad de cuidar de su beb¨¦ generaba dudas de puertas para afuera es ?ngel Castro, inform¨¢tico de 43 a?os. No solo hizo uso de las 10 semanas que le cedi¨® su esposa del permiso de maternidad, m¨¢s las dos del de paternidad, cuando naci¨® David, hace nueve a?os. Tambi¨¦n lo hizo al nacer la peque?a, Elena, hace cinco a?os, aunque en este caso la madre se cogi¨® nueve semanas de licencia y cedi¨® el resto al padre. "Quer¨ªa pasar m¨¢s tiempo con ellos de beb¨¦s, una ¨¦poca que normalmente se suele perder y es una de las m¨¢s bonitas", dice Castro. "De siempre me ha gustado mucho mi trabajo y, cuando me lo plante¨®, me pareci¨® una idea fabulosa", recuerda Arcos.
Desde hace seis a?os, este padre disfruta adem¨¢s de una reducci¨®n de jornada de hora y media diarias. Lo necesario para salir de su trabajo en la multinacional francesa Orange a las cuatro de la tarde y llegar a su casa, en la otra punta de Madrid, a tiempo para recoger a los ni?os de la ruta escolar tres cuartos de hora despu¨¦s. A partir de ah¨ª, encara la segunda jornada del d¨ªa: merienda, extraescolares y un rato de juego. La madre vuelve a casa sobre las seis y media y repasa los deberes con David. Despu¨¦s, comparten ba?os y cena antes de acostar a los ni?os.
Aunque en los ¨²ltimos a?os cada vez se ve con m¨¢s normalidad el que los hombres cuiden de sus hijos, el caso de Castro a¨²n es excepcional. Cierto que los padres que toman una reducci¨®n de jornada para el cuidado de ni?os o de adultos dependientes no dejan de aumentar: la cifra ha pasado de 6.100 a finales de 2008 a m¨¢s del doble, 16.400, en 2018, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa. Sin embargo, no llegan ni al 5% del total. Las mujeres se toman el 95% restante. Algo similar sucede con las excedencias: en 2018, se registraron 57.057 por cuidado familiar, de las cuales 6.021, algo m¨¢s del 10%, correspondieron a hombres, seg¨²n datos de la Seguridad Social.
Ra¨²l P¨¦rez, de 46 a?os, es el ¨²nico hombre acogido a la reducci¨®n de jornada en el Consejo General de Economistas, en Madrid. Cuando sus hijos, V¨ªctor, de 13 a?os, y H¨¦ctor, de 11, eran peque?os, volv¨ªa a casa sobre las ocho de la tarde, aunque en los ¨²ltimos a?os, la empresa adelant¨® su salida una hora. "Al llegar, aunque intentas ayudar, est¨¢s desconectado por estar fuera todo el d¨ªa", reconoce. P¨¦rez explica que la relaci¨®n con su pareja se estaba resintiendo por el estr¨¦s cotidiano. "Ves que ella no para, que no tiene vida", resume.
Desde hace un a?o, este inform¨¢tico solo trabaja una tarde a la semana. "Los ni?os est¨¢n en una edad en la que necesitan modelos para educarse, no solo cuidadores o ver a su madre como taxista de una actividad a otra", opina. "Lo hemos notado todos: nos re¨ªmos m¨¢s, dormimos mejor... Incluso ganando menos vivimos mejor", asegura. Su esposa, Cristina Peraleda, funcionaria, lo confirma: "Nos partimos las tareas y tenemos m¨¢s tiempo para estar juntos. Tambi¨¦n me he tenido que habituar a tener tiempo para m¨ª". P¨¦rez hace un llamamiento a que la medida, contemplada hasta que el ni?o cumple los 12 a?os, se extienda hasta los 18 a?os, pues durante estos a?os "necesita la gu¨ªa de sus padres".
BRECHA DE G?NERO EN LAS MEDIDAS DE CONCILIACI?N
Al incorporarse a su trabajo tras el per¨ªodo de baja, ?adopt¨® alguna de las siguientes medidas? (en % de madres y padres que ten¨ªan empleo)
Pese a que los expertos coinciden en la percepci¨®n de que los hombres se quieren implicar m¨¢s, "este deseo no se traduce en que usen las medidas de conciliaci¨®n en la misma medida que las madres", constata Jos¨¦ Andr¨¦s Fern¨¢ndez Cornejo, profesor titular de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid. Mientras que la presi¨®n social empuja a que las mujeres utilicen estos derechos so pena de ser juzgadas como "malas madres", en los hombres a¨²n pesa m¨¢s el que los vean como "menos ambiciosos o comprometidos en su trabajo o que no los comprendan", explica.
La implantaci¨®n de un permiso de paternidad intransferible, es decir, que se pierde si el padre no lo disfruta, est¨¢ siendo decisivo a la hora de vencer esta presi¨®n y "construir la idea de que los cuidados tambi¨¦n corresponden a los hombres", afirma la soci¨®loga Constanza Tob¨ªo. Desde los 13 d¨ªas de 2007, esta prestaci¨®n ha ido aumentado hasta las cinco semanas actuales, que subir¨¢n a ocho el pr¨®ximo 1 de abril y se equiparar¨¢n a las 16 semanas del permiso de maternidad en 2021, siempre que el Congreso convalide el decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado d¨ªa 1 de marzo.
"La visibilidad es clave para el empoderamiento masculino en los cuidados y su normalizaci¨®n", opina Us¨²e Madinaveitia, fundadora de los proyectos #mamiconcilia y #papiconcilia, que recogen testimonios de profesionales que han chocado con la oposici¨®n de sus empresas al intentar conciliar familia y trabajo, en algunos casos llegando al despido. Esta periodista destaca el trabajo de concienciaci¨®n de estos movimientos o de la plataforma PPiiNA, creada para impulsar los permisos de paternidad iguales e intransferibles, a la hora de lograr que los padres los disfruten efectivamente.
El d¨ªa a d¨ªa de una familia igualitaria, en fotos
Fernando Nu?o Santana y Berta Ausin se reparten las tareas del hogar "de manera igualitaria, sin diferenciaci¨®n de roles", explica este aut¨®nomo de 50 a?os. "Yo no quer¨ªa ser un padre ausente, y mi trabajo en ese momento me exig¨ªa viajar constantemente, as¨ª que decid¨ª renunciar y reformul¨¦ mi vida profesional para hacerla compatible con el valor que le daba a la paternidad". Pinche aqu¨ª para ver c¨®mo es un d¨ªa en la vida de esta familia.
Los datos son claros: en 2018, la gran mayor¨ªa de los padres, 255.531, disfrutaron de su permiso, e incluso superaron en cifra a las prestaciones de maternidad concedidas, 252.706, una disparidad que responde a la mayor participaci¨®n masculina en el mercado laboral. Solo 4.731 madres compartieron parte de su permiso con el padre (el 1,87%). La gran acogida del permiso de paternidad muestra que los hombres quieren cuidar. "Se dan cuenta de que no son como sus padres. El padre proveedor, el que impon¨ªa autoridad y castigaba, era un personaje muy antip¨¢tico. Y tambi¨¦n descubren que el cuidado da muchas satisfacciones", explica Tob¨ªo.
Sergio Simarro, de 41 a?os, tiene intenci¨®n de experimentarlo durante el pr¨®ximo a?o. Consultor de Internet aut¨®nomo, est¨¢ a punto de tener a su primer hijo. Su intenci¨®n es coger el permiso de paternidad, que le reportar¨¢ unos 900 euros al mes al cotizar por la cuota m¨ªnima, y despu¨¦s, compaginar el trabajo desde casa y el cuidado del beb¨¦ cuando la madre, Marian, se incorpore a su puesto en una empresa del sector tur¨ªstico. "La decisi¨®n de quedarme cuidando no ha sido econ¨®mica, sino porque tengo m¨¢s flexibilidad", afirma. De hecho, les sale m¨¢s barato dejarlo en una guarder¨ªa. "Pero nos apetece que est¨¦ con nosotros m¨¢s de cuatro meses. Es demasiado peque?o para dejarlo, pudiendo estar uno de nosotros con ¨¦l".
Simarro, que vive en Alicante, calcula que sus ingresos durante estos meses se reducir¨¢n al menos en un 50%, por la experiencia de colegas que en su d¨ªa tomaron la misma decisi¨®n. "Depender¨¢ de c¨®mo gestione los proyectos que me llegan. Ser¨¢ cuesti¨®n de organizarme, de jugar con el horario para encontrar un equilibrio para cuidar del beb¨¦ y sacar el trabajo adelante", dice.
Luis Mart¨ªnez Dome?o, padre primerizo de 35 a?os, tambi¨¦n cuenta con flexibilidad, en este caso de horarios de entrada y salida, como el resto de empleados de Repsol. Jefe de An¨¢lisis y Control de Trading, con un equipo de siete personas, Mart¨ªnez Dome?o destaca el "incentivo" que supone para los trabajadores este tipo de medidas. "Mi jefa tiene dos ni?as y reducci¨®n de jornada. En mi equipo hay dos personas que teletrabajan. Nadie te mira mal, y redunda en el ambiente de trabajo y en el compromiso. No es un coste para la empresa, sino un beneficio", asegura.
Mart¨ªnez Dome?o teletrabaja los jueves, d¨ªa que se ahorra una hora de desplazamientos a la oficina, en el sur de Madrid. As¨ª le da tiempo a dejar en la guarder¨ªa al peque?o Luis, de 10 meses, y a recogerlo despu¨¦s y llevarlo a nataci¨®n. "La alegr¨ªa y sonrisas que me da mi hijo no me las da nadie", admite. Por lo que ve en sus amigos cercanos, "la mentalidad ha cambiado y los padres quieren involucrarse en crianza".
SACRIFICIO DE OPORTUNIDADES
?Qui¨¦n cree que ha sacrificado m¨¢s oportunidades profesionales por tener hijos? (en %)
Fern¨¢ndez Cornejo, coautor del estudio Brecha madre-padre en el uso de las medidas de conciliaci¨®n y su efecto sobre las carreras profesionales de las madres, explica que precisamente esa figura del hombre implicado ha sustituido a la del sustentador del hogar en la noci¨®n de lo que la sociedad entiende como un "buen padre". Y es una figura que valoran sus compa?eras. De este estudio, que incluye una encuesta entre 1.785 parejas con hijos peque?os de la Comunidad de Madrid, se desprende que las madres cuyos compa?eros est¨¢n m¨¢s implicados en la crianza perciben una menor penalizaci¨®n en su carrera profesional por el hecho de tener ni?os.
En el caso de ?ngel Castro fue clave. "El hecho de que ?ngel cogiera la reducci¨®n de jornada me ha permitido crecer profesionalmente. Tener hijos condiciona mucho los horarios, y as¨ª es dif¨ªcil asumir determinados puestos", reconoce Elena Arcos. Mientras, Castro se siente recompensado con el tiempo extra que pasa con los ni?os. "Ser part¨ªcipe de su d¨ªa a d¨ªa es lo que me llena".
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