El enigma de Jeanne Calment, la ¡°decana de la humanidad¡±
Muri¨® en 1997 a los 122 a?os. Ahora un matem¨¢tico ruso sugiere que fue una impostora. Su ciudad, Arl¨¦s, se moviliza en su defensa
Jeanne Calment aseguraba que de ni?a hab¨ªa conocido a Vincent Van Gogh. Naci¨® en 1875, antes de inventarse el tel¨¦fono, el autom¨®vil y el cinemat¨®grafo. Muri¨® en 1997, a los 122 a?os, en el mundo de la revoluci¨®n digital. Tuvo una existencia anodina salvo por un detalle: nadie ha vivido m¨¢s a?os que ella en la historia de la humanidad. Ahora desde Rusia llega una teor¨ªa seg¨²n la cual era una impostora y nunca lleg¨® a esa edad. En Arl¨¦s, la peque?a ciudad de sur de Francia donde vivi¨® Calment, algunos ciudadanos se movilizan para defender a quien fue y es una instituci¨®n.
¡°Todo esto es un poco abracadabresco¡±, dice R¨¦mi Venture, director de la biblioteca de Arl¨¦s, en alusi¨®n a esta teor¨ªa.
Venture forma parte de un grupo de arlesianos indignados por las teor¨ªas de Nikolai Zak, el empleado de laboratorio y diplomado en matem¨¢ticas ruso que, aliado con el geront¨®logo Valeri Novosselov, empez¨® a sembrar hace unos meses dudas sobre la ¡°decana de la humanidad¡±, como dice la inscripci¨®n en la tumba del cementerio de Trinquetaille, en Arl¨¦s. Zak examin¨® documentos y fotograf¨ªas, incluidos los informes del geront¨®logo Allard y el dem¨®grafo Jean-Marie Robine, que en los noventa acreditaron su longevidad. La conclusi¨®n de Zak: Jeanne Calment no era Jeanne Calment. La mujer fallecida en 1997 era en realidad su hija Yvonne, oficialmente nacida en 1898 y fallecida en 1935. Y quien muri¨® de verdad en 1935 no fue Yvonne, sino Jeanne. Quiz¨¢ por oscuros motivos financieros, Yvonne habr¨ªa usurpado la personalidad de su madre al morir esta.
¡°No hay ning¨²n argumento s¨®lido [en las teor¨ªas de Zak], solo insinuaciones, aunque hay much¨ªsimas, decenas¡±, dice por tel¨¦fono Robine. Y a?ade: ¡°Es todo lo contrario del modo de proceder no solo cient¨ªfico sino incluso judicial. No es la acumulaci¨®n de peque?as dudas lo que acaba inclinando una decisi¨®n de la justicia. Hace falta una prueba, un argumento, algo¡±.
El misterio de Jeanne Calment mezcla extravagantes conspiraciones con viejas historias de un pueblo globalizadas en las redes sociales. Combina la defensa del orgullo local con el temor a la injerencia extranjera, concretamente rusa. Y todo esto, en medio de una discusi¨®n muy seria sobre los l¨ªmites de la vida humana. El hecho de que haga 22 a?os que nadie haya vivido m¨¢s que Calment y que la segunda persona m¨¢s longeva muriese a los 119 alimenta las teor¨ªas, aunque el n¨²mero de supercentenarios ¡ªpersonas de m¨¢s de 110 a?os¡ª no deja de aumentar d¨¦cada a d¨¦cada, como subraya Robine.
En el archivo municipal de Arl¨¦s, el volumen de 1875 contiene el acta de nacimiento n¨²mero 110. Es la de Jeanne Calment, nacida el 21 de febrero de ese a?o. En el margen, se ha a?adi¨® en bol¨ªgrafo negro: ¡°Fallecida en Arl¨¦s el 4 de agosto de 1997¡±.
Zak lo enfoca como una cuesti¨®n probabil¨ªstica. ?Qu¨¦ es m¨¢s probable? ?Que alguien llegue a los 122 a?os o que haya habido una usurpaci¨®n de personalidad y que esta mujer sea su hija? ¡°Es m¨¢s probable que sea Yvonne¡±, dice desde Mosc¨². Sus informes est¨¢n trufados de indicios, desde contradicciones en la memoria de la mujer hasta fotos suyas en distintas ¨¦pocas en las que aparentemente muestra una fisionom¨ªa distinta. Pero nada concluyente. ¡°Si la gente quiere estar segura, deber¨ªan hacer un test de ADN¡±, desaf¨ªa, aunque tampoco est¨¢ claro si el ADN dar¨ªa la respuesta.
Pero una operaci¨®n de este tipo ¡ªun cambio de identidad en un lugar donde los Calment, propietarios de uno de los principales comercios, eran conocidos¡ª dif¨ªcilmente pod¨ªa hacerse sin llamar la atenci¨®n. ¡°?C¨®mo quiere que toda la familia, los empleados de los almacenes Calment, los arlesianos de la ¨¦poca hubiesen aceptado que la hija sustituyese a la madre?¡±, pregunta Venture. ¡°Si hubiesen estado en un pueblo perdido en el fondo de los Alpes o los Pirineos, ?qui¨¦n sabe? ?Pero en Arl¨¦s!¡±.
En Arl¨¦s tambi¨¦n se cuestiona el motivo financiero: Yvonne se habr¨ªa hecho pasar por Jeanne para ahorrarse los impuestos de sucesi¨®n. Pero los impuestos no eran tan altos como para justificar el montaje. Zak esgrime entonces otro posible motivo. Estando Jeanne fuera de Arl¨¦s por enfermedad, acaso Yvonne la sustitu¨ªa firmando papeles ante notarios o aseguradores. Cuando Jeanne muri¨® ya era demasiado tarde para deshacer el enga?o. Todo suena demasiado rocambolesco. La respuesta del ruso: es m¨¢s improbable que muriese a los 122.
¡°Me llaman el 007 de Arl¨¦s¡±, dice Francis Aurran durante un paseo por el barrio donde vivi¨® Jeanne Calment. Aurran es uno de los miembros del grupo de vecinos que, desde que Zak public¨® sus tesis, se han unido para desmontarlas una a una. Exploran archivos, se re¨²nen semanalmente, han creado un grupo de Facebook donde se pueden aportar pruebas. Es viernes y Aurran y Colette Barb¨¦, que conoci¨® a Jeanne y tambi¨¦n pertenece al grupo de detectives aficionados, muestran al visitante el Arl¨¦s de Jeanne Calment: la iglesia de San Tr¨®fimo, la callejuela donde se encontraba la peluquer¨ªa que frecuentaba, los almacenes Calment, donde ahora hay un supermercado.
El paseo acaba en la casa de Paul Bourouliou, que a los 99 a?os se presenta como ¡°el decano de los arroceros de Francia¡±. Arl¨¦s ¡ªla pintoresca ciudad por donde pasaron Van Gogh y Picasso, una de las capitales taurinas en Francia junto a Nimes¡ª est¨¢ a las puertas de los campos de arroz de la Camarga. Bourouliou fue contempor¨¢neo de Yvonne y de Jeanne, aunque no recuerda nada de la primera. S¨ª de Jeanne. ¡°Era amable pero ten¨ªa su car¨¢cter. Hasta el final fumaba un cigarrillo diario y beb¨ªa una copa de oporto¡±. ?Y ¨¦l? ?Espera llegar a los 122? ¡°Yo espero vivir a¨²n diez a?os¡±, pronostica. ¡°Me cuido. Tomo seis remedios cada d¨ªa¡±.
¡°Quiz¨¢ era odiosa pero su tumba nunca la tocar¨¢n¡±
La periodista Silvie Ari¨¨s conoci¨® a Jeanne Calment a finales de los ochenta, cuando esta se traslad¨® a la Maison du Lac, la residencia de ancianos en Arl¨¦s. Desde entonces, cuando ten¨ªa 112 o 113 a?os, y hasta su muerte, la visit¨® un par de veces al a?o.
Despu¨¦s de pasar d¨¦cadas en soledad tras la muerte de su hija en los a?os treinta, su marido en los cuarenta y su nieto en los sesenta, se convirti¨® en una celebridad. Los periodistas la visitaban. Un grupo local llamado Gispsy Kings, que como ella se hab¨ªan hecho famosos en todo el mundo, le cantaba sus rumbas.
Ari¨¨s la describe como una mujer ¡°ego¨ªsta y mimada¡±, que ¡°nunca en su vida hab¨ªa trabajado ni lavado un plato¡±. Las especulaciones de Nikolay Zak le parecen descabelladas. ¡°Es t¨ªpico de las teor¨ªas de la conspiraci¨®n. Tienes la respuesta y despu¨¦s haces que todo encaje¡±, dice en un bar de aficionados a los toros en la plaza del Foro de Arl¨¦s.
Otra mujer, desde la mesa vecina, interviene en la conversaci¨®n, y se organiza una tertulia improvisada. ¡°Tenemos a la se?ora m¨¢s vieja del mundo¡±, se enorgullece la mujer, que se llama Johanna Roch. ¡°Aunque nos fastidi¨® hasta el final¡±, bromea Ari¨¨s refiri¨¦ndose a su mal car¨¢cter.
Algunos sugieren hacer una inciertas pruebas de ADN con unas muestras de la sangre almacenadas en un laboratorio de Par¨ªs. De exhumar los cad¨¢ver de Jeanne Calment y sus familiares, nadie quiere o¨ªr hablar. ¡°Quiz¨¢ era odiosa, pero su tumba nunca la tocar¨¢n¡±, avisa Roch. ¡°Los arlesianos lo rechazar¨¢n¡±.
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