¡°Habr¨¢ que volver a pelear derechos fundamentales¡±
Alabama (EE UU) ha aprobado una ley sobre el aborto que se acerca a la prohibici¨®n total, la activista argentina reflexiona sobre lo que supone esta decisi¨®n legislativa
Celeste Mac Dougall lleva diez de sus 41 a?os levantando su mu?eca derecha envuelta en un pa?uelo verde, el s¨ªmbolo proaborto en Argentina. Ella es una de las referentes de la Campa?a Nacional por el aborto legal, seguro y gratuito en el pa¨ªs Argentina. El pasado a?o, el pa¨ªs se qued¨® a las puertas de cambiar la ley de supuestos de 1921 que rige todav¨ªa y que solo permite la interrupci¨®n del embarazo en caso de violaci¨®n o riesgo para la salud de la madre. Se removieron los cimientos sociales y pol¨ªticos, aquellos pa?uelos verdes se extendieron por calles y plazas, y la propuesta pas¨® las puertas del Congreso en junio tras 23 horas de deliberaci¨®n. Pero el Senado, en agosto, la fren¨®.
Las movilizaciones de las mujeres en Argentina simbolizan esta lucha desde el pasado a?o. Dice Mac Dougall que siguen dando la batalla para ampliar la legislaci¨®n sobre el aborto. Que es una deuda con la democracia. Esta profesora de Educaci¨®n Sexual Integral ¡ªuna materia que se incluy¨® en el curr¨ªculo oficial en 2012¡ª estaba convencida entonces de que la ¨²nica garant¨ªa para avanzar en derechos era movilizarse. Sigue pens¨¢ndolo. Lo cuenta ahora, al otro lado del tel¨¦fono, entre clase y clase.
- P. ?Qu¨¦ le parece que en 2019 se est¨¦ legislando para restringir el derecho al aborto como acaba de ocurrir en Alabama (Estados Unidos)?
- R. En un contexto como el actual no me parece raro. Hay una fuerte avanzadilla de pol¨ªticos contrarios a los derechos de las mujeres, incluso en pa¨ªses donde se supone que esos derechos ya est¨¢n instaurados.
- P. ?Cree que es una reacci¨®n al movimiento feminista?
- R. S¨ª, mientras que es obvio que existe una nueva ola, tambi¨¦n es obvio que existe una reacci¨®n de la derecha.
- P. ?Tendr¨¢n las mujeres que volver a luchar por cuestiones que ya cre¨ªan afianzadas?
- R. Probablemente. Por un lado, hay todav¨ªa pa¨ªses en los que hay que exigir derechos humanos b¨¢sicos, . En otros hay que pelear por un reconocimiento y una mejora de esos derechos, y en unos terceros habr¨¢ que volver a batallar derechos tan fundamentales como este. El crecimiento de los movimientos de derecha y ultraderecha no hace m¨¢s que imponer limitaciones a las mujeres y a cualquier identidad disidente con sus ideas, como el movimiento LGTBIQ.
- P. La pelea de las mujeres por decidir sobre su cuerpo fue una reivindicaci¨®n de la segunda ola del feminismo, en los sesenta.
- R. S¨ª, as¨ª es. Y ahora vuelven sobre algo tan hist¨®rico y tan nuestro. Y no es solo en la calle, sino que lo creen diputados, congresistas, legisladores... Si no hay una defensa continua y una conciencia extendida, volver¨¢n a recortar lo que cre¨ªamos hecho.
- P. ?Y ahora?
- R. Ellos avanzan, pero nosotras tambi¨¦n. Estamos organizadas. Hay algo que ya no se rompe en nosotras, esa conciencia que hemos creado.
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