Vivir entre cascajos: el desaf¨ªo de millones de casas vac¨ªas en M¨¦xico
Vecinos y autoridades se movilizan para combatir el abandono y corregir una pol¨ªtica de vivienda social fracasada
El ¡°sue?o bonito¡± de Guillermina S¨¢nchez no tard¨® en convertirse en un sue?o fantasma. Siempre quiso tener una casa, rodeada de parques, con escuelas y supermercados cerca; algo sencillo. En 2013, su marido pidi¨® un cr¨¦dito p¨²blico y compr¨® un apartamento en Lomas del Mirador, un fraccionamiento nuevo a dos horas de la ciudad de Guadalajara, en el centro de M¨¦xico. Por fin eran propietarios. Las llaves les abrieron las puertas, no a la vida so?ada, sino a una pesadilla de cemento.
Unos meses despu¨¦s de la adquisici¨®n, la empresa Homex quebr¨® y dej¨® la urbanizaci¨®n a medio construir, sin agua ni luz. ¡°Nos dejaron aqu¨ª solos, en el olvido¡±, cuenta esta ama de casa de 47 a?os. ¡°Somos como muertos vivientes¡±. Apenas 30 familias viven en este condominio pensado para 900, un paisaje de cascarones con ventanas y puertas que dan al vac¨ªo. Sin ¨¢rboles donde cobijarse, S¨¢nchez se protege del sol con un paraguas mientras hace una ronda seguida por sus seis perros. Corta las malas hierbas, riega algunos arbolitos reci¨¦n plantados y cuida de un altar que ella misma construy¨® para la Virgen de Guadalupe. A la Virgen le pide fuerza, salud y trabajo; sus perros se encargan de cubrirle las espaldas.
La soledad de Guillermina S¨¢nchez es la de miles de personas que viven en y junto al abandono. M¨¦xico tiene cinco millones de viviendas deshabitadas, alrededor del 14% del total, seg¨²n un censo de 2010. De estas, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha identificado al menos 650.000 casas abandonadas, aunque este organismo p¨²blico reconoce que la cifra est¨¢ seguramente subestimada. Son el producto de una pol¨ªtica que durante a?os ha subvencionado la construcci¨®n sin importar la ubicaci¨®n o la existencia de equipamientos b¨¢sicos. Tras d¨¦cadas de este modelo, vecinos y autoridades intentan ahora recuperar lo abandonado y frenar la gangrena.
Bajo los sexenios de los presidentes Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calder¨®n (2006-2012), del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), se construyeron m¨¢s de 10 millones de viviendas. Una "sobreoferta", en palabras del urbanista Alfonso Iracheta, que el Infonavit aliment¨® con cr¨¦ditos hipotecarios blandos a ciudadanos de bajos recursos. ¡°La mayor parte ha sido producida en series industrializadas. Predomina el inter¨¦s de las instituciones y las empresas, no las del habitante¡±, dice Iracheta.
Los municipios tambi¨¦n tienen parte de culpa. El acad¨¦mico Mario Silva, que ahora encabeza el Instituto Metropolitano de Planeaci¨®n de Guadalajara, apunta a las irregularidades en la concesi¨®n de licencias de suelo. ¡°Cuando llegaban los promotores de vivienda al municipio, se encontraban a personas con nulas capacidades t¨¦cnicas. Los permisos se daban de forma expr¨¦s¡±, dice. Y esto se hac¨ªa, asegura, bajo la creencia de que a m¨¢s construcci¨®n y a mayor poblaci¨®n, m¨¢s recaudaci¨®n mediante impuestos de suelo y subvenciones estatales y federales.
Tlajomulco, el municipio de Guillermina S¨¢nchez, es un caso de libro. Es el tercero con mayor ¨ªndice de abandono del pa¨ªs ¡ªalrededor de un 30%¡ª, solo por detr¨¢s de Tijuana y Ciudad Ju¨¢rez, y hasta hace unos meses ni siquiera ten¨ªa un departamento encargado de la vivienda. La poblaci¨®n creci¨® en un 700% entre 1990 y 2015. Su parque habitacional, impulsado por las subvenciones p¨²blicas, lo hizo a un ritmo a¨²n mayor: en 25 a?os pas¨® de 12.479 a las 145.157 de la actualidad, un crecimiento de m¨¢s del 1000% seg¨²n datos del Inegi.
En el fraccionamiento de Los Silos, formado por hileras e hileras de cajas de zapatos id¨¦nticas y atravesado por una l¨ªnea de alta tensi¨®n, casi el 60% de las viviendas est¨¢n abandonadas, seg¨²n una encuesta interna de 2016. Sus due?os las compraron como inversi¨®n, ya irrecuperable, o las dejaron en busca de algo mejor. Seg¨²n el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Rom¨¢n Meyer, ha habido un problema de falta de transparencia en el momento de adquirir. ¡°Las instancias crediticias no dan la informaci¨®n correspondiente sobre el costo del notario, de mantenimiento, sobre si esa vivienda cumple con las caracter¨ªsticas de su familia¡±, explica.
Mar¨ªa Granado, de 49 a?os y madre de tres hijos, compr¨® su casa de dos rec¨¢maras en Los Silos por Internet. ¡°Las im¨¢genes se ve¨ªan bien bonitas, pero cuando llegu¨¦ y vi esto empec¨¦ a llorar¡±, recuerda. El ¨¢lbum de bienvenida de la constructora Arcor, que ella todav¨ªa conserva algo deste?ido, promete centro de salud, transporte urbano, ciclopista... Nada de esto salt¨® del plano a la realidad. Granado tiene apenas una hora de agua al d¨ªa y casi no sale de su casa por miedo a que le entren a robar. La inseguridad acecha; las casas deshabitadas a veces sirven de narcotiendas y sus patios traseros, de fosas para enterrar a las v¨ªctimas de la delincuencia organizada.
Frenar el abandono
Acostumbrados al abandono de las autoridades, los vecinos de Tlajomulco han aprendido a no necesitarlas. Algunos de ellos ¡°cuidan¡± de las casas deshabitadas; las barren y se aseguran de que las puertas cierran bien. Mitzy Morales, crimin¨®loga de 24 a?os, y Rosy Mart¨ªnez, ama de casa de 44 a?os, tambi¨¦n tapian puertas y ventanas, y tienen un grupo de WhatsApp vecinal. ¡°Todav¨ªa sigue su techumbre ah¨ª¡±, tranquiliza Mart¨ªnez a una vecina que le hab¨ªa pedido echar un ojo a su vivienda, en la que de momento no vive.
M¨¢s all¨¢ de las acciones vecinales, el Gobierno federal est¨¢ ultimando un plan que pasa, entre otras cosas, por revisar los par¨¢metros de construcci¨®n y cortar el grifo de cr¨¦dito para la compra en fraccionamientos inviables. A una escala menor, Tlajomulco ha empezado a subvencionar el alquiler de casas deshabitadas?¡ªlos inquilinos pagan un fijo al mes y el Ayuntamiento pone el resto hasta cubrir el precio¡ª y ha modificado una norma municipal para dar protecci¨®n legal a los vecinos que tapian casas.
Tambi¨¦n hay cambios en el mundo de las constructoras. Lo que durante a?os fue un buen negocio ha terminado por costarles caro. Homex, una de las grandes beneficiadas por la burbuja, entr¨® en suspensi¨®n de pagos en 2014, aunque un a?o despu¨¦s logr¨® reestructurar su deuda y salir del concurso mercantil. Casas Geo, otra de las l¨ªderes del sector, fue declarada en quiebra en marzo pasado, tras una disminuci¨®n de los subsidios y un descenso continuo en las ventas; no encontraba compradores para sus casas.
Algunas desarrolladoras han olido negocio en el fracaso de empresas como Homex o Casas Geo. El empresario Jos¨¦ Antonio D¨ªaz, fundador de Comunidades que Renacen, compra casas abandonadas, las arregla e invierte 2% de los beneficios en el tejido vecinal. ¡°Recibimos un cascar¨®n sin muebles de ba?o, cocina o cables y la vendemos con garant¨ªas de casa nueva¡±, cuenta. ¡°Durante 15 a?os se vendi¨® solo vivienda nueva y no hab¨ªa mercado secundario para la ya existente que es lo que estamos generando nosotros¡±.
Pese a estos esfuerzos, la recuperaci¨®n de vivienda abandonada en ciertos lugares, demasiado lejanos o deteriorados, no es viable; al cabo de un tiempo, los nuevos inquilinos las vuelven a dejar. De las 650.000 casas que el Infonavit ha identificado, solo se prev¨¦ la recuperaci¨®n de un 26% en los primeros tres a?os del plan del Gobierno. Para los casos m¨¢s dif¨ªciles, las autoridades se plantean la demolici¨®n y la reubicaci¨®n de sus habitantes.
Guillermina S¨¢nchez ni se rinde ni piensa mudarse: ¡°Es mi patrimonio; tengo que luchar hasta el final¡±. Uno de los bloques abandonados del fraccionamiento sirve desde hace un mes de cuartel para un pelot¨®n de militares que patrulla la zona. El Ayuntamiento ha repintado sus apartamentos y colocado cortinas azules y verdes, un toque alegre entre tanto cemento. El despliegue ha insuflado ¨¢nimos a S¨¢nchez. ¡°?D¨®nde qued¨® el sacrificio? A lo mejor alg¨²n d¨ªa se habita¡±, dice, ¡°aunque quiz¨¢s no veo cu¨¢ndo¡±.
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