La abolici¨®n de la prostituci¨®n es irrenunciable
Ada Colau, que repite como alcaldesa, asegura que Barcelona seguir¨¢ siendo una ciudad feminista pero las feministas nos preguntamos en qu¨¦ momento lo ha sido
Las feministas sabemos que la prostituci¨®n es una instituci¨®n fundacional patriarcal que ordena servicio sexual de mujeres a hombres, una pr¨¢ctica social opresiva cimentada en la explotaci¨®n sexual de mujeres y ni?as. La teor¨ªa feminista lleva 300 a?os conceptualizando en este sentido. Sin embargo, Ada Colau y su equipo de gobierno autoproclamado feminista o no lo saben o fingen no saberlo, y reproducen el discurso del lobby proxeneta. Y es discurso del lobby proxeneta porque beneficia en primer lugar al proxeneta y, en segundo lugar, al cliente-prostituidor o putero. Son ideas que legitiman socialmente la explotaci¨®n sexual y econ¨®mica que supone la prostituci¨®n y que han sido defendidas desde el Ayuntamiento de Barcelona. Recordemos, por ejemplo, las subvenciones otorgadas por el gobierno municipal a Aprosex, una asociaci¨®n que ofrece cursos para iniciarse en prostituci¨®n.
Se?ora Colau, usted se dice feminista y de izquierdas. ?Desde cu¨¢ndo la izquierda defiende la mercantilizaci¨®n de nuestros cuerpos? ?Desde cu¨¢ndo el feminismo afirma que ser penetradas anal, bucal y vaginalmente por hombres que no deseamos es una justa estrategia de supervivencia que respeta nuestros derechos humanos?
No he visto tergiversaci¨®n ideol¨®gica m¨¢s pueril y evidente que tratar de defender la prostituci¨®n desde el feminismo y la izquierda. Y Ada Colau lo seguir¨¢ haciendo desde el Ayuntamiento, gracias al apoyo otorgado por los ocho concejales socialistas y tres de los regidores de la plataforma de Manuel Valls. Collboni, el candidato a la alcald¨ªa por el PSC, se comprometi¨® en campa?a electoral a instaurar una ordenanza municipal abolicionista, con sanciones al putero y asistencia integral a las mujeres prostituidas. Presumi¨® asimismo de que el suyo es ¡°un feminismo real y no de boquilla¡±. ?D¨®nde han quedado estas palabras? Otra vez, asistimos a una mera declaraci¨®n de intenciones, a un compromiso feminista devenido vac¨ªo, diluido en una pr¨¢ctica pol¨ªtica antifeminista.
Como movimiento feminista, como ciudadanas, no nos queda m¨¢s que la indignaci¨®n y la exigencia. Interpelamos al PSC de Collboni para que nos explique de qu¨¦ forma sacar¨¢ adelante una ordenanza abolicionista que urge en una ciudad, con una cantidad inusitada de mujeres explotadas y con una complacencia institucional que nos da?a, cada d¨ªa. Exhortamos al Gobierno central a no pactar con partidos que pretenden legislar en favor de quienes explotan sexual y reproductivamente a las mujeres.
Sabemos que en pol¨ªtica son necesarios los pactos. Pero las feministas estamos hartas de postergar nuestros objetivos bajo el pretexto del consenso y la gobernabilidad. La prostituci¨®n es una violaci¨®n de los derechos humanos incompatible con la igualdad. Su abolici¨®n es irrenunciable. No admitimos m¨¢s pactos que evidencien esta absoluta indiferencia al sufrimiento de las mujeres y ni?as. No toleramos m¨¢s contratos de gobernabilidad firmados sobre nuestros cuerpos.
Paula Fraga es jurista y portavoz de la plataforma de Mujeres por la Abolici¨®n.
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