Ren¨¦ Favaloro, h¨¦roe mundial de la cardiolog¨ªa por su t¨¦cnica del ¡®bypass¡¯
El cirujano argentino, definido como generoso sin l¨ªmites, revolucion¨® la medicina con su descubrimiento y dedic¨® su vida a la profesi¨®n y a sus pacientes
Hijo de un carpintero y una modista, Ren¨¦ Favaloro siempre estuvo familiarizado con el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio y el conocimiento. En verano se transformaba en un trabajador m¨¢s a las ¨®rdenes de su padre y, gracias a su abuela materna, tambi¨¦n disfrut¨® desde su ni?ez del amor por la naturaleza.
Naci¨® muy cerca del Hospital Policl¨ªnico de su ciudad, La Plata, y tal vez por eso a los cuatro a?os el peque?o Ren¨¦ empez¨® a decir que de mayor quer¨ªa ser ¡°doctor¡±. Quiz¨¢s tambi¨¦n influy¨® los d¨ªas que pasaba en la casa de su t¨ªo m¨¦dico, con quien tuvo la oportunidad de conocer de cerca el trabajo en un consultorio y con las visitas a domicilio, pero la esencia de su esp¨ªritu siempre tuvo que ver con los valores que le fueron inculcando en su casa y en las escuelas donde estudi¨®.
Aprovech¨® las pr¨¢cticas como nadie, realiz¨® m¨¢s guardias que ning¨²n compa?ero y siempre visitaba por la tarde a sus pacientes trat¨¢ndolos de manera familiar. "Todo m¨¦dico, y en este caso yo dir¨ªa todo cient¨ªfico, tiene que consagrar su vida al servicio de la humanidad", repet¨ªa Ren¨¦ Favaloro ya como doctor consagrado.
Su vida est¨¢ llena de giros inesperados que fueron fraguando su trayectoria: estuvo 12 a?os de m¨¦dico rural en un humilde pueblo cuando todo indicaba que aceptar¨ªa una plaza de m¨¦dico auxiliar en su ciudad, se decidi¨® a viajar a Estados Unidos para perfeccionar sus conocimientos a pesar de su limitado ingl¨¦s y confi¨® en sus posibilidades hasta el extremo al realizar el primer ¡®bypass¡¯ aortocoronario de la historia, una t¨¦cnica que hoy salva millones de vidas en todo el mundo. Todo y siempre con su lema de ¡°conocer el alma del paciente para poder curar su cuerpo¡±.
Su sentido social de la medicina lo traslad¨® a una Fundaci¨®n con su nombre y en la que operaban gratis al que no pudiera pagar. Sin embargo, el modelo de gesti¨®n econ¨®mica de la Fundaci¨®n no resisti¨® ni el paso de los a?os ni la crisis argentina y entr¨® en una grave crisis econ¨®mica que Favaloro no pudo superar. A pesar de pedir ayuda al Estado, la vida de la eminencia mundial en que se hab¨ªa convertido el doctor Ren¨¦ acab¨® con la contradicci¨®n de quitarse la vida con un disparo en el coraz¨®n.
Ren¨¦ Ger¨®nimo Favaloro naci¨® el 12 de julio de 1923, en la ciudad argentina de La Plata, muy pr¨®xima a Buenos Aires. Recibi¨® una buena educaci¨®n human¨ªstica primaria y secundaria y, al finalizar ¨¦sta, ingres¨® en la Facultad de Ciencias M¨¦dicas de la Universidad Nacional de La Plata. Las pr¨¢cticas en el tercer curso en el Hospital Policl¨ªnico le permitieron acrecentar su vocaci¨®n al tener por primera vez contacto con los pacientes. Invirti¨® siempre en ellos m¨¢s tiempo que nadie, ya que por las tardes volv¨ªa al hospital para ver su evoluci¨®n y conversar con ellos, a la vez que se mezclaba con los alumnos de sexto a?o y se ¡®escapaba¡¯ a presenciar las intervenciones quir¨²rgicas de algunos profesores.
Todo hac¨ªa suponer que su futuro estaba en el Hospital Policl¨ªnico, siguiendo los pasos de sus maestros, tras doctorarse con una tesis sobre el ¨ªleo que dedic¨® a su abuela: ¡°A la memoria de mi abuela, Ces¨¢rea R. de Raffaelli, con quien aprend¨ª a amar hasta una pobre rama seca¡±. Casualmente se produjo una vacante para m¨¦dico auxiliar. Accedi¨® al puesto en car¨¢cter interino y a los pocos meses lo llamaron para confirmarlo en el puesto, pero se neg¨® a firmar que aceptaba la doctrina del gobierno y renunci¨®.
Casi al mismo tiempo, una carta de un familiar de un humilde pueblo llamado Jacinto Arauz, en la zona des¨¦rtica de La Pampa, le abri¨® nuevos horizontes al pedirle que fuera un par de meses a sustituir al doctor que estaba enfermo. Lleg¨® a Jacinto Arauz en mayo de 1950 y el m¨¦dico falleci¨® poco despu¨¦s por un c¨¢ncer de pulm¨®n.
Favaloro se identific¨® all¨ª con las alegr¨ªas y sufrimientos de la poblaci¨®n humilde, comenz¨® a interesarse por cada uno de sus pacientes y as¨ª pudo llegar a conocer la causa de sus dolencias. Junto a su hermano Juan Jos¨¦, tambi¨¦n m¨¦dico, abrieron un centro asistencial y elevaron el nivel social y de la educaci¨®n de la regi¨®n: lograron que casi desapareciera la mortalidad infantil de la zona, redujeron las infecciones en los partos y la desnutrici¨®n, organizaron un banco de sangre y realizaron charlas comunitarias en las que brindaban pautas para el cuidado de la salud.
Esta experiencia m¨¦dica no apart¨® a Favaloro de su actualizaci¨®n m¨¦dica, ya que le¨ªa siempre con inter¨¦s las ¨²ltimas publicaciones. Poco a poco fue renaciendo en ¨¦l el entusiasmo por la cirug¨ªa tor¨¢cica, a la vez que iba d¨¢ndole forma a la idea de terminar con su pr¨¢ctica de m¨¦dico rural y viajar a Estados Unidos para hacer una especializaci¨®n. Finalmente, con pocos recursos y un ingl¨¦s precario, se decidi¨® a viajar a Cleveland. De nuevo, el breve tiempo que pensaba permanecer all¨ª termin¨® siendo una d¨¦cada.
Todos los d¨ªas, apenas terminaba su labor en la sala de cirug¨ªa, Favaloro pasaba horas y horas estudiando la anatom¨ªa de las arterias coronarias y su relaci¨®n con el m¨²sculo cardiaco. A comienzos de 1967, Favaloro comenz¨® a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirug¨ªa coronaria y llev¨® a la pr¨¢ctica sus ideas por primera vez el 9 de mayo, cuando oper¨® a una mujer que sufr¨ªa la obstrucci¨®n de su aorta. El cirujano argentino cort¨® parte de la vena de una pierna, la safena, reemplaz¨® con ella el tramo da?ado de la aorta y recuper¨® el flujo de sangre hacia el coraz¨®n.
La estandarizaci¨®n de esta t¨¦cnica, llamada del ¡®bypass¡¯ o cirug¨ªa de revascularizaci¨®n mioc¨¢rdica, fue el trabajo fundamental de su carrera y cambi¨® la historia de la enfermedad coronaria. Lo detall¨® todo en su libro ¡®Surgical Treatment on Coronary Arteriosclerosis¡¯, publicado en 1970. En la actualidad, cientos de miles de cirug¨ªas de este tipo se realizan a lo largo del a?o en todo el mundo logrando salvar vidas.
El profundo amor por su pa¨ªs hizo que Favaloro decidiera regresar a Argentina en 1971 con el sue?o de desarrollar un centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic, que combinara la atenci¨®n m¨¦dica, la investigaci¨®n y la educaci¨®n. Gracias a su prestigio, con ese objetivo cre¨® en 1975 la Fundaci¨®n Favaloro junto con otros colaboradores y afianz¨® la labor que ven¨ªa desarrollando en el campo de la cardiolog¨ªa. En 1980 Ren¨¦ Favaloro cre¨® el Laboratorio de Investigaci¨®n B¨¢sica, que financi¨® durante a?os ¨¦l mismo y que dio lugar, en agosto de 1998, a la Universidad Favaloro.
Pero el cirujano no se conform¨® con ayudar a resolver los problemas de salud en cada persona, sino que tambi¨¦n quiso contribuir a curar los males de la sociedad, y por ese motivo nunca perdi¨® la oportunidad de denunciar problemas tales como la desocupaci¨®n, la desigualdad, la pobreza, la carrera armament¨ªstica, la contaminaci¨®n, la droga, la violencia¡ convencido de que solo cuando se conoce y se toma conciencia de un problema es posible subsanarlo o, a¨²n mejor, prevenirlo.
Favaloro public¨® m¨¢s de 300 trabajos de su especialidad y, debido a su pasi¨®n por la historia, tambi¨¦n lleg¨® a escribir dos libros de investigaci¨®n y divulgaci¨®n sobre el general Jos¨¦ de San Mart¨ªn. Asimismo, escribi¨® la autobiograf¨ªa ¡®De la pampa a los Estados Unidos¡¯, en la que recuerda sus diez a?os de trabajo en equipo con eminentes personalidades de la medicina durante su estancia en la Cleveland Clinic, y otra autobiograf¨ªa titulada ¡®Recuerdos de un m¨¦dico rural¡¯.
Pero su prestigio, que lo llev¨® a ser considerado como un h¨¦roe mundial, no acompa?¨® al modelo de gesti¨®n econ¨®mica de su Fundaci¨®n, que no resisti¨® la grave crisis econ¨®mica que vivi¨® Argentina a finales de los 90. A uno de sus colaboradores, pocos d¨ªas antes de quitarse la vida con un disparo en el coraz¨®n le manifest¨® que ¡°estoy preocupado porque el lunes tengo que despedir a 1.400 empleados¡±. Favaloro operaba sin preguntar si era pobre o rico el paciente y cada ¡®bypass¡¯ era muy caro. Todo el mundo, incluido el Estado, deb¨ªa dinero a la Fundaci¨®n Favaloro, en total, 18 millones de d¨®lares.
Entre adaptar el modelo de negocio de la Fundaci¨®n a la realidad que marcaba el mercado, pero yendo as¨ª contra sus principios ¨¦ticos, o cerrarla, el cirujano argentino opt¨® por la supervivencia del trabajo de toda una vida, pero sin ser parte de la soluci¨®n. As¨ª, el 29 de julio de 2000, a los 77 a?os, se quit¨® la vida de un disparo. Su muerte conmovi¨® al pa¨ªs y los homenajes y reconocimientos se multiplicaron por su revolucionaria contribuci¨®n a la ciencia.
¡°En este ¨²ltimo tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar alg¨²n dinero que nos permita seguir con nuestra tarea¡±, manifestaba Favaloro, que dej¨® seis sobres escritos para sus allegados y otro m¨¢s para las autoridades competentes que hab¨ªan hecho o¨ªdos sordos a sus peticiones.
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