Los relatos no limpian el aire
No se pueden revertir medidas justificadas como las de Madrid Central sin una evaluaci¨®n previa de los resultados, ni alternativas que aseguren los objetivos que se persiguen
Hay decisiones pol¨ªticas que afectan a quienes las toman y las hay que afectan tambi¨¦n a terceros. Los intereses ideol¨®gicos o partidistas no deber¨ªan estar nunca por encima del bien com¨²n. Resulta dif¨ªcil imaginar un bien com¨²n m¨¢s importante que la calidad del aire que respiramos. No hacer lo posible por mantenerlo limpio o, lo que es peor, dejar de hacer lo que todos sabemos que debe hacerse, tiene un elevado coste en forma de muertes prematuras por enfermedades cardiacas y respiratorias que podr¨ªan evitarse. Estudios cient¨ªficos independientes y de procedencias muy diversas han demostrado, no solo en Espa?a o en Madrid, sino en todas las ciudades donde se superan los niveles m¨¢ximos permitidos, que la poluci¨®n ambiental mata. De esto va la pol¨¦mica que se ha suscitado a prop¨®sito de Madrid Central.
Pero tambi¨¦n va de una determinada concepci¨®n del poder. Los cargos electos que dirigen una administraci¨®n o un gobierno no tienen, por el hecho de haber sido elegidos, carta blanca. La Administraci¨®n p¨²blica no es un cortijo ni un coto privado. Es un patrimonio de todos, y ese patrimonio incluye lo bueno que hayan podido hacer los gestores anteriores. Prescindir de su legado por adanismo o por intereses partidistas no debe formar parte de la cultura democr¨¢tica. Los nuevos gestores tienen por supuesto derecho a aplicar sus pol¨ªticas, pero hay cosas que no se pueden cambiar sin una justificaci¨®n razonada. Sin demostrar la idoneidad del cambio desde la perspectiva del inter¨¦s colectivo.
Se puede discutir la idoneidad de las soluciones elegidas para reducir la contaminaci¨®n o su aplicaci¨®n concreta, pero lo que no se puede hacer, y no suele ocurrir en los pa¨ªses con alternancias democr¨¢ticas bien gestionadas, es suspender medidas que en su momento se han justificado adecuadamente sin una evaluaci¨®n previa de sus resultados y sin una alternativa clara que asegure los objetivos que se persiguen.
Sorprende la precipitaci¨®n y la arbitrariedad con la que se ha actuado y la ausencia de sensibilidad a los efectos que tiene para la salud de los ciudadanos, especialmente en los ni?os y ancianos vulnerables. Y tambi¨¦n la ceguera cognitiva, porque entre ellos seguro que hay personas cercanas a quienes toman la decisi¨®n.
Es todav¨ªa pronto para poder hacer una evaluaci¨®n rigurosa de la eficacia de las restricciones impuestas en Madrid Central, porque son muchos los factores y variables que intervienen. De momento se ha observado una clara disminuci¨®n de los niveles de di¨®xido de nitr¨®geno en los meses de abril, mayo y junio en relaci¨®n a los mismos meses de a?os anteriores. Y ese beneficio no solo se limita a los 4,72 kil¨®metros cuadrados incluidos en su per¨ªmetro, sino que se extiende al resto de la ciudad, lo que indica que tiene un efecto disuasorio sobre la movilidad privada que beneficia al resto de los barrios.
Eso desmiente que exista, como pretend¨ªa el nuevo equipo de gobierno, un efecto frontera, seg¨²n el cual, el posible beneficio de quienes viven o transitan por la almendra central ser¨ªa a costa del perjuicio de los dem¨¢s, pues desplazar¨ªa el tr¨¢fico hacia otros lugares. No se ha demostrado, pero si as¨ª fuera, lo que habr¨ªa que plantear es ampliar las restricciones en lugar de eliminarlas.
Las razones de la modificaci¨®n est¨¢n m¨¢s en la voluntad de explicitar que se ha producido un cambio de orientaci¨®n en la gobernanza municipal que en abordar realmente un problema ecol¨®gico sobre el que deber¨ªa imperar el ¨¢nimo de consenso. Siempre es m¨¢s f¨¢cil deshacer que hacer. Pero en este caso, es mucho lo que est¨¢ en juego. No solo en Madrid.
Al finalizar 2018, Espa?a era el pa¨ªs con mayor n¨²mero de expedientes por infracci¨®n ambiental de la Uni¨®n Europea, 32 en total, entre ellos un expediente sancionador por el incumplimiento sistem¨¢tico en Madrid y Barcelona de los niveles permitidos por la directiva de calidad del aire, que entr¨® en vigor en 2010.
El nuevo equipo en el Ayuntamiento ha cometido un grave error queriendo borrar del mapa de Madrid el legado de Manuela Carmena. Lo primero que ha provocado es la reactivaci¨®n de ese expediente con la denuncia ante el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea. Ante las reacciones suscitadas, ahora trata de recomponer el relato argumentando que lo que pretende es mejorar el proyecto. Pero los relatos solo son relatos. Ni limpian el aire, ni protegen la salud.
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