Esclavas nicarag¨¹enses para cuidar ancianos en Logro?o

Chica con experiencia busca trabajo de interna. Este anuncio, y otros tantos colgados en Internet, escond¨ªan una red que explotaba a 50 mujeres en La Rioja y Huesca. Las seleccionaban en Nicaragua: j¨®venes, pobres, sin estudios, la mayor¨ªa con hijos. Les promet¨ªan un trabajo bien pagado y les compraban los billetes. Se sub¨ªan al avi¨®n sin saber que eran v¨ªctimas de trata. En Espa?a les quitaban el pasaporte y las amenazaban con hacer da?o a su familia. Ellas, aterrorizadas, se dedicaban a cuidar a ancianos, enfermos graves o dependientes en condiciones ¡°de esclavitud¡±, seg¨²n fuentes de la Guardia Civil. Los agentes han detenido a siete personas en esta operaci¨®n contra la explotaci¨®n en el ¨¢mbito dom¨¦stico, una forma de someter a las v¨ªctimas que est¨¢ silenciada en Espa?a: es muy dif¨ªcil detectar los casos.

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La esclavitud sigue siendo un negocio. La mayor¨ªa de las actuaciones est¨¢n ligadas a la explotaci¨®n sexual, pero tambi¨¦n al ¨¢mbito laboral. El problema se da cuando el sometimiento se produce de puertas adentro. Es m¨¢s dif¨ªcil seguir el rastro. ¡°Es un entorno muy cerrado. Hay casos y hemos llevado operaciones similares. Pero esta es la mayor¡±, cuenta el capit¨¢n Vicente Calvo, de la unidad t¨¦cnica de la polic¨ªa judicial de la Guardia Civil, que reconoce la dificultad para detectar estas situaciones y conseguir probarlas.

¡°Las mafias van articulando formas diferentes de explotar¡±, apunta Roc¨ªo Mora, directora de la asociaci¨®n contra la trata Apramp. ¡°Espa?a es un pa¨ªs de tr¨¢nsito y de destino. El a?o pasado atendimos a 1.303 mujeres. De ellas, 47 presentaban indicios de explotaci¨®n laboral, sobre todo en el sector agrario o dom¨¦stico. Denunciaron 278, pero ninguna de las que fue sometida en el ¨¢mbito laboral¡±, explica. ¡°Les cuesta mucho, no se identifican como v¨ªctimas¡±, a?ade.

¡°Los datos solo nos permiten ver al punta del iceberg¡±, coincide Carmen Castro, economista especializada en pol¨ªticas de g¨¦nero. ¡°Cuando los domicilios son lugares de trabajo, se mezcla la absoluta precariedad con la falta de protecci¨®n. La inspecci¨®n laboral no entra en las casas porque colisiona con el derecho a la intimidad¡±, dice. Y prosigue: ¡°?Por qu¨¦ mentes perversas hacen negocio en este ¨¢mbito? Porque parte de la poblaci¨®n no puede resolver los problemas de atenci¨®n¡±. En Espa?a hay cerca de tres millones de ancianos que han superado los 80 a?os. Seg¨²n las proyecciones del INE, en tres lustros ser¨¢n m¨¢s de 12 millones, en un pa¨ªs con un sistema de la dependencia lastrado por los recortes. Las familias deben hacerse cargo del cuidado.

Los siete detenidos se aprovecharon de ello y ganaron m¨¢s de 750.000 euros, seg¨²n la Guardia Civil. Comenzaron a actuar en 2016. Las dos cabecillas son hermanas. Todos son nicarag¨¹enses, de la misma familia, de 19 a 41 a?os. Solo dos dispon¨ªan de permiso para residir en Espa?a. Ten¨ªan parientes en su pa¨ªs que seleccionaban a las posibles v¨ªctimas, que viajaban con visado de turista. En Espa?a descubr¨ªan el enga?o: les reclamaban una deuda de 6.000 euros. La red usurpaba su identidad para buscar empleo a trav¨¦s de la Red. Preferiblemente internas. Cerraban el trato con los empleadores, que pagaban en negro, y las obligaban a dar a la organizaci¨®n el 85% de su sueldo. Deb¨ªan subsistir con el 15% restante.

La red ten¨ªa dos pisos en Alfaro, uno en Logro?o y otro en Huesca. Cuando las mujeres se quedaban sin empleo o descansaban, deb¨ªan pagar por el alojamiento y la comida. Si no ten¨ªan dinero, les hac¨ªan un pr¨¦stamo con un inter¨¦s del 20%. As¨ª la deuda se multiplicaba y las ataba cada vez m¨¢s a esta organizaci¨®n que usaba ¡°pr¨¢cticas mafiosas¡± para someterlas mediante constantes amenazas, intimidaci¨®n, enga?o y coacci¨®n. Incluso les vend¨ªan a precios abusivos productos de primera necesidad, como ropa o comida, que la jefa del grupo recib¨ªa de organizaciones de ayuda humanitaria. Llegaron a pedir entre 20 y 30 euros por un comprimido de paracetamol.

La operaci¨®n, dirigida por el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Calahorra, comenz¨® en mayo, tras un aviso a la Guardia Civil en Alfaro. Una de las cabecillas fue arrestada en Madrid el 28 de julio, en el aeropuerto, cuando intentaba introducir en Espa?a a tres nuevas v¨ªctimas. El resto fue detenido en La Rioja y Huesca. A los siete se les considera presuntos autores de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n laboral, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales.