Un alga asi¨¢tica amenaza la biodiversidad andaluza
La 'Rugulopterix okamurae' se propaga a un ritmo inusitado por el Estrecho, Huelva y M¨¢laga y lastra las capturas de pesca
El trasmallo es un arte de pesca artesanal formado por tres redes superpuestas para atrapar salmonetes, lenguados, besugos o jibias. Pero desde hace m¨¢s de medio a?o, cuando los pescadores del estrecho de Gibraltar las lanzan al mar apenas aparecen peces. Sus capturas son decenas de kilos de una masa de color pardo. Es el alga Rugulopterix okamurae, la especie invasora del sur peninsular que, con una virulencia inusual, est¨¢ amenazando la biodiversidad marina y enterrando playas de la zona bajo mantos vegetales. El Gobierno estudia declararla especie invasora.
"Es una cat¨¢strofe ambiental", tercia sin ambages Nicol¨¢s Fern¨¢ndez, secretario de la Federaci¨®n de Cofrad¨ªas de Pescadores de C¨¢diz, que representa a una flota de m¨¢s de 170 barcos en Conil, Barbate, Tarifa y Algeciras. Al otro lado del Estrecho, en la costa malague?a, Pedro Benzal, el presidente de la cofrad¨ªa de Estepona da m¨¢s pistas de hasta d¨®nde llega el da?o: "Jam¨¢s hab¨ªa visto algo as¨ª". Los pescadores calculan que las barcas de trasmallo han perdido casi el 100% de las capturas y las de arrastre, la mitad.
El alga parda fue descrita por primera vez en Ceuta en 2015 y solo ha necesitado cuatro a?os para ocupar todo el litoral gaditano, alcanzar puntos de las costas atl¨¢nticas de Huelva y expandirse por el este hasta Marbella. En las costas de Tarifa empezaron a percatarse de que iba a ser un problema hace a?o y medio, seg¨²n asegura su alcalde, el bi¨®logo Francisco Ruiz Gir¨¢ldez: "Est¨¢ tomando todo el fondo marino del Estrecho de una forma virulenta". De hecho, ocupa hasta el 50% del espacio entre los cinco y los 25 metros de profundidad.
La preocupaci¨®n tambi¨¦n se extiende en la comunidad cient¨ªfica por el crecimiento "mete¨®rico y completamente in¨¦dito" del alga. "No hemos encontrado ning¨²n precedente de una bioinvasi¨®n tan explosiva", afirma Jos¨¦ Carlos Garc¨ªa, investigador del Laboratorio de Biolog¨ªa Marina de la Universidad de Sevilla. "La dimensi¨®n de la invasi¨®n del sargazo en M¨¦xico y antes la ulva (lechuga de mar) en China es mayor, pero no se expandieron con la rapidez de aqu¨ª", tercia F¨¦lix L¨®pez, catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa de la Universidad de M¨¢laga. Ambos forman parte de la decena de cient¨ªficos que se reunieron la semana pasada con miembros de la Organizaci¨®n para la Ciencia, Educaci¨®n y Sociedad Global para buscar soluciones y ofrecerse a la Administraci¨®n para ayudar.
El alga Rugulopterix okamurae es originaria de aguas templadas cercanas a China, Corea, Filipinas y Jap¨®n. Se cree que lleg¨® a bordo de alguno de los buques que surcan el Estrecho. Tard¨® en conocerse su presencia porque es muy similar a algunas especies locales. Y su imparable avance desde entonces tiene, adem¨¢s de en la industria pesquera, un importante impacto en la biodiversidad ¡ªarrasa poblaciones locales de alga, ocupa el espacio de muchos animales¡ª y afecta al turismo.
Los arribazones cubren la costa en pleno verano con mantos de algas que superan los 50 cent¨ªmetros de material org¨¢nico en descomposici¨®n. Solo en las playas de Estepona se han recogido 2.800 toneladas en las ¨²ltimas seis semanas. De los 22 kil¨®metros de costa de Tarifa, las llegadas afectan a apenas 600 metros de playa y, pese a ello, ya han tenido que invertir 10.000 euros en trabajos de recolecta y traslado a vertederos. "Es el d¨ªa de la marmota. La retiras un d¨ªa y est¨¢ al siguiente", asegura Ruiz Gir¨¢ldez, inmerso en una nueva limpieza.
La propagaci¨®n del alga, seg¨²n afirma F¨¦lix L¨®pez, tambi¨¦n coordinador del Instituto de Biotecnolog¨ªa y Desarrollo Azul (Ibyda), se debe a varios factores. La invasora no tiene depredadores. Es capaz de adherirse a suelos rocosos de hasta 25 metros de profundidad, de fijarse en cangrejos, ruedas, piedras o incluso sobre otras algas. La falta de depuraci¨®n de los vertidos de aguas residuales tambi¨¦n le ha beneficiado. Y su capacidad reproductiva ha hecho el resto. Incluso los pescadores la ayudan ¡ªa su pesar¡ª a propagarse. Cuando levantan sus redes, los esquejes que devuelven al mar se mantienen con vida y distribuyen millones de esporas.
Eliminaciones en tierra
Ante esta virulencia, todas las partes coinciden en la necesidad de tomar medidas urgentes. "Pedimos un programa de erradicaci¨®n ya y que incluya estudios desde distintos puntos de vista para conocer mejor la especie y c¨®mo actuar contra ella", subraya L¨®pez. La soluci¨®n no parece sencilla. "Si en el medio terrestre una especie invasora es dif¨ªcil de controlar, imagine en el medio marino", apunta Ruiz Gir¨¢ldez. A corto plazo, se pueden plantear eliminaciones puntuales del alga por tierra y mar. A largo plazo, el mejor paliativo ser¨ªa dar con un remedio por descubrir para, al menos, controlarla.
Mientras, el remedio llega el regidor y el secretario de Pescadores de C¨¢diz ya han solicitado ayudas econ¨®micas al Gobierno central y a la Junta de Andaluc¨ªa con las que paliar las p¨¦rdidas ocasionadas por las limpiezas de playas imprevistas y la p¨¦rdida de capturas. De momento, responsables de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente y el Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica han mantenido varias reuniones para conocer las consecuencias de la expansi¨®n del alga. Adem¨¢s, el ministerio ha creado un grupo de trabajo ¡ªcon representantes de Andaluc¨ªa, Ceuta y Melilla¡ª para declararla especie invasora y ha contactado con expertos en esta alga ex¨®tica "con el fin de poder disponer lo antes posible del an¨¢lisis de riesgos necesario para iniciar el tr¨¢mite de inclusi¨®n en el Cat¨¢logo Espa?ol de Especies Ex¨®ticas Invasoras".
"Hasta entonces no podremos hacer nada", dijo recientemente Fernando Fern¨¢ndez, delegado de Agricultura, Ganader¨ªa, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta en M¨¢laga, que record¨® que "el alga no apareci¨® antes de ayer". La consejera del ramo, Carmen Crespo, espera que la declaraci¨®n como especie invasora se haga "a final de a?o como muy tarde". "Esperemos que no sea tarde. Porque si no podemos trabajar hasta entonces... muchas familias lo van a pasar muy mal", subraya Manuel Haro, patr¨®n mayor de la Cofrad¨ªa de Pescadores de Marbella, donde la mitad de la flota ya lleva un mes amarrada. El alga invasora se come sus redes.
Aplicaciones en alimentaci¨®n, cosm¨¦tica y agricultura
El alga asi¨¢tica Rugulopterix okamurae es casi una desconocida para la ciencia. Actualmente, las toneladas de biomasa que se recogen acaban en vertederos. Sin embargo, la investigaci¨®n puede hacer que sirva para generar valor en las zonas afectadas, all¨¢ donde los pescadores han perdido gran parte de sus capturas. Por ahora, se conoce que esta alga tiene polisac¨¢ridos -alginatos y fucoidanos- que se utilizan en industria alimentaria desde otras fuentes.
Tambi¨¦n se sabe que la Rugulopterix, especie oriunda de Corea y Jap¨®n, posee fotoprotectores con aplicaciones cosmec¨¦uticas, un ¨¢rea que el investigador de la Universidad de M¨¢laga F¨¦liz L¨®pez ha empezado a estudiar. Y tambi¨¦n se est¨¢ analizando su uso como bioestimulante agr¨ªcola.
Es lo que hace la firma almeriense Biorizon Biotech, donde se est¨¢n fabricando extractos acuosos de esta alga para probarla en diferentes cultivos. Por el momento, funciona como estimulador del metabolismo y tambi¨¦n como protector ante enfermedades debido a la existencia de mol¨¦culas que pueden actuar como fungicidas.
"Los resultados son prometedores", indica el director de Biorizon Biotech, David Iglesias. "Pero a¨²n hay mucho por analizar, todav¨ªa no hay resultados", a?ade. Una vez se obtengan, habr¨ªa que hacer pruebas a escala mayor.
Y, luego, tratar cuestiones como el coste que supone recolectarla o la posible implicaci¨®n de los pescadores en esas tareas para compensar sus p¨¦rdidas. "Lo importante es realizar un programa completo con base cient¨ªfica, que permita una estrategia contrastada contra esta invasi¨®n", concluye el investigador F¨¦lix L¨®pez, catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa.
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