Un inmenso mar de sargazos florece en el oc¨¦ano dopado por fertilizantes
El banco de macroalgas une ?frica y el Caribe a lo largo de miles de kil¨®metros y no exist¨ªa hace 10 a?os
En su viaje a Am¨¦rica, Crist¨®bal Col¨®n se top¨® con el peor mar con el que pod¨ªa encontrarse un navegante, el de los Sargazos.?Situado al este de la costa de lo que actualmente es EE UU y al nordeste de la actual Cuba, all¨ª flotaban grandes bancos de algas y el juego de las corrientes casi deten¨ªa las aguas. Durante siglos todos los marinos lo temieron. Ahora, los sat¨¦lites han descubierto que desde hace menos de 10 a?os est¨¢ emergiendo otro enorme mar de sargazos en el Atl¨¢ntico. Aunque su origen a¨²n no est¨¢ claro, probablemente se vea favorecido por fertilizantes tanto naturales como artificiales.
El sargazo es un g¨¦nero de algas marrones (Sargassum) que crecen en aguas tropicales. La mayor¨ªa hincan sus ra¨ªces en el fondo del mar, pero hay algunas especies, como el S. fluitans y el S. natans, que flotan libremente en la superficie gracias a que desarrollan burbujas llenas de gases. Pueden crecer varios metros y sus tallos se van entrelazando entre ellos formando una red. Crean as¨ª frondosas selvas marinas donde prolifera la vida. Sin embargo, en exceso pueden provocar la muerte no solo de los marinos, como ocurri¨® con viejos barcos de vela, sino de muchas especies, en especial cuando una de estas masas vegetales llega a las playas.
Desde hace unos a?os, los episodios de turistas que no pueden llegar hasta el agua por culpa de una barrera de sargazos de hasta un metro de altura y kil¨®metros de frente se han repetido desde las costas del sur Florida, al norte, hasta las de isla Margarita (Venezuela) al sur, pasando por las tur¨ªsticas playas de M¨¦xico. Podr¨ªa pensarse que las algas proced¨ªan del mar de los Sargazos, pero los distintos modelos alimentados con las corrientes de la regi¨®n se?alaban que deb¨ªan de venir de otra parte.
La aportaci¨®n an¨®mala de nutrientes desde la costa africana y la desembocadura del Amazonas podr¨ªa ser la causa
Ahora, el estudio de 19 a?os de observaciones desde varios sat¨¦lites indica que cada a?o emergen millones y millones de sargazos en el Atl¨¢ntico central, muy lejos del mar original. Mecidos por las corrientes, se mueven entre las costas africanas al sur de Canarias y el golfo de Guinea y las americanas al sur de las Antillas y hasta la desembocadura del Amazonas. Su ciclo biol¨®gico llega a su m¨¢ximo en verano para ir desapareciendo a final de a?o.
El an¨¢lisis de estos datos, publicado en la revista Science, muestra que este nuevo mar de los sargazos empez¨® a emerger en el verano de 2011, llegando a alcanzar los 8.850 kil¨®metros en julio del a?o pasado. La estimaci¨®n de su masa es a¨²n m¨¢s impresionante: 20 millones de toneladas de biomasa vegetal.
"Antes de 2011, ya hab¨ªa peque?as cantidades de sargazos en el Atl¨¢ntico tropical", dice el profesor de Oceanograf¨ªa ?ptica de la Universidad del Sur de Florida (EE UU) y coautor del estudio,?Chuanmin Hu. "Pero no desarrollaron proliferaciones masivas hasta ese a?o", a?ade. En efecto, al remontarse hasta 2000 (primeros datos disponibles), los sat¨¦lites Terra y Aqua de la NASA no detectaron aglomeraciones significativas de estas macroalgas.
?Por qu¨¦ desde 2011? La respuesta, aclara Chuanmin Hu, no es sencilla aunque hay que buscarla en un conjunto de condiciones "que no fueron favorables hasta ese a?o". Los sargazos dependen de la radiaci¨®n solar y, en estas latitudes, est¨¢ garantizada. El factor temperatura, se?alado por algunos estudios, no parece ser la clave. "El aumento de la temperatura de la superficie del mar es un proceso lento, en los ¨²ltimos 100 a?os se ha elevado unos 1,5?", recuerda Chuanmin. Una media de 0,15? por d¨¦cada no deber¨ªa afectar tanto a estas algas. Pero los sargazos, como cualquier organismo vegetal, necesitan tambi¨¦n un aporte de nutrientes minerales, en especial nitr¨®geno y f¨®sforo. Aqu¨ª es donde podr¨ªa estar la anomal¨ªa.
En los extremos del ¨¢rea donde est¨¢n proliferando estas macroalgas confluyen dos grandes aportes de nutrientes: al oeste, las enormes cantidades de sedimentos que arrastran el Amazonas y otros r¨ªos americanos como el Orinoco. Al este, el afloramiento de aguas profundas en la regi¨®n que va desde las Canarias hasta al sur de las islas de Cabo Verde. No son las ¨²nicas, pero s¨ª las principales fuentes de vida en el Atl¨¢ntico central.
"El oc¨¦ano es una m¨¢quina natural de reciclaje, el agua no solo se mueve horizontalmente, tambi¨¦n en vertical, las aguas superficiales se hunden y las profundas afloran", explica el director del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC), Josep Luis Pelegr¨ª. En ese proceso vertical, los nutrientes acumulados en las profundidades por la mineralizaci¨®n de la materia org¨¢nica depositada desde la superficie emergen y "se produce una explosi¨®n de vida", a?ade Pelegr¨ª. En el complicado circuito de corrientes de esta zona del oc¨¦ano, aguas ricas en nutrientes se desplazar¨ªan hacia las costas americanas.
En el extremo contrario, al oeste, el Amazonas descarga hasta 200.000 metros c¨²bicos en el Atl¨¢ntico por segundo. Con el agua van toneladas de sedimentos que cambian el color del mar y en la ¨²ltima d¨¦cada la cantidad y composici¨®n de esta descarga est¨¢n cambiando. Buscando ah¨ª la clave, los autores del estudio analizaron la media anual de deforestaci¨®n desde 2000, los patrones de consumo de fertilizantes en Brasil, que aument¨® en un 67% en el periodo 2010-2018 respecto a 2000 y tomaron muestras durante varios a?os del nitr¨®geno y el f¨®sforo en el margen oeste del Atl¨¢ntico central.
Aunque sus datos son preliminares y har¨ªan falta m¨¢s estudios, todo apunta a que el proceso que va de la deforestaci¨®n a la agricultura, pasando por un mayor arrastre de sedimentos ahora enriquecidos estar¨ªa alterando la qu¨ªmica oce¨¢nica, dopando el agua con un extra de nutrientes que hacen prosperar a los sargazos. Pelegr¨ª, que no ha intervenido en el estudio, sugiere otra posibilidad, que el calentamiento est¨¦ estratificando la columna de agua y, una vez que los nutrientes la copan, se quedan ah¨ª, "favoreciendo a un reducido n¨²mero de especies como los sargazos". Pero tampoco descarta una combinaci¨®n de ambos procesos.
El investigador del gubernamental Instituto de Ciencias Oce¨¢nicas de Canad¨¢, Jim Gower, fue de los primeros en ver una se?al nueva extra?a en los datos que captaban los sat¨¦lites al pasar sobre esta zona del mundo. Ya en 2013 public¨® un trabajo sobre la primera gran emergencia de los sargazos, la de 2011. Como los autores del estudio, dice que hay que confirmar la hip¨®tesis, pero su sospecha es que "el aumento de la producci¨®n y la escorrent¨ªa (hacia el mar) de fertilizantes artificiales son la causa". "Pero a¨²n tenemos pocos datos concretos", concluye.
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