Un importante fabricante de ropa y calzado veta el cuero brasile?o tras los incendios en la Amazonia
VF Corporation, due?a de marcas como Timberland o Vans, no utilizar¨¢ pieles procedentes del gigante sudamericano hasta asegurarse de que su origen no contribuye a la destrucci¨®n del pulm¨®n del mundo
El aumento de los incendios en la Amazonia ha generado una nueva reacci¨®n que podr¨ªa afectar la vacilante econom¨ªa brasile?a. VF Corporation, la empresa due?a de marcas como Kipling, Timberland y Vans ¡ªpopulares entre la clase media del pa¨ªs¡ª, ha confirmado a los medios brasile?os que no utilizar¨¢ cuero de Brasil hasta que est¨¦ completamente segura del origen de los productos. El bloqueo de la compra de pieles es el primer golpe real contra la econom¨ªa del gigante sudamericano, provocado por el discurso antiambientalista del presidente brasile?o de ultraderecha, Jair Bolsonaro, que hasta el pasado viernes intentaba desvincularse de la crisis ambiental. El mandatario, sin embargo, ha prohibido este jueves las quemas durante dos meses, menos en?las quemas que son autorizadas por los organismos de control. Seg¨²n datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), desde enero hasta el pasado martes se registraron 83.329 focos de incendio en Brasil, m¨¢s de la mitad de los cuales se han producido en la selva amaz¨®nica.
¡°VF Corporation y sus marcas han decidido no seguir suministrando directamente el cuero y los curtidos de Brasil a nuestros negocios internacionales hasta estar seguros de que los materiales utilizados en nuestros productos no contribuyen a perjudicar el medio ambiente en el pa¨ªs¡±, ha informado la empresa a trav¨¦s de un comunicado de prensa. El Centro de las Industrias de Curtidos de Brasil afirm¨® a EL PA?S el pasado jueves que los importadores hab¨ªan pedido informaci¨®n adicional a los fabricantes brasile?os sobre el origen del cuero. Para el presidente de la instituci¨®n, Jos¨¦ Fernando Bello, la escalada del boicot podr¨ªa ser desastrosa para una industria que exporta m¨¢s del 80% de su producci¨®n y genera 2.000 millones de d¨®lares al a?o en ventas al mercado exterior.
Desde que lleg¨® al poder, Bolsonaro ha cercenado la inspecci¨®n ambiental del pa¨ªs, llamado radicales a los activistas y desde?ado el dinero que Alemania y Noruega han dejado de destinar al Fondo Amazonia, que contribuye a preservar la selva brasile?a, incluso con proyectos de prevenci¨®n de incendios. Los especialistas ven su discurso beligerante como una especie de autorizaci¨®n para realizar acciones contra el medio ambiente. En su primer a?o en el Gobierno, adem¨¢s de los incendios, la deforestaci¨®n tambi¨¦n ha aumentado, aunque el presidente haya desmentido los datos revelados por el INPE y haya destituido al presidente del instituto tras conocerse la informaci¨®n. Todo ello va construyendo la imagen de villano ambiental que el ultraderechista ¡ªy el pa¨ªs¡ª ofrece al mundo.
La semana pasada, muchos famosos y dirigentes de pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, como el franc¨¦s Emmanuel Macron, criticaron en las redes sociales la pol¨ªtica ambiental de Brasil. La joven sueca Greta Thunberg, que se ha convertido en icono de la lucha contra el cambio clim¨¢tico, tambi¨¦n se manifest¨®. [Los que incendian la Amazonia] muestran ¡°claras se?ales de que tenemos que parar de destruir la naturaleza, que nuestra guerra contra la naturaleza tiene que terminar¡±, dijo el mi¨¦rcoles al llegar a Nueva York, tras dos semanas navegando por el Atl¨¢ntico.
Bolsonaro, que inicialmente lleg¨® a decir que las ONG que act¨²an en la Amazonia eran las principales sospechosas de haber prendido fuego a la selva, se vio obligado a actuar ante la presi¨®n internacional. El viernes pasado, anunci¨® en red nacional que enviar¨ªa a la Fuerza Nacional ¡ªuna especie de cuerpo de ¨¦lite del pa¨ªs, formado por polic¨ªas militares de varios estados¡ª a la Amazonia para combatir el fuego y las actividades ilegales que lo provocan.
En la presionada selva brasile?a, las llamas son solo una etapa del proceso productivo. Primero se entra en la selva para talar los ¨¢rboles m¨¢s valiosos, como el lapacho; despu¨¦s, se destruye el resto de los ¨¢rboles con el corrent?o, una cadena de hierro de la que tiran dos tractores y que devasta la vegetaci¨®n r¨¢pidamente; por ¨²ltimo, se prende fuego para plantar el pasto que alimentar¨¢ a los bueyes. Seg¨²n Greenpeace, la ganader¨ªa es el principal vector de deforestaci¨®n en la Amazonia.
El Gobierno, que asegura que los focos est¨¢n disminuyendo, ha destacado a m¨¢s de 3.900 militares y brigadistas, centenares de veh¨ªculos y 18 aeronaves, entre las que se encuentran dos aviones H¨¦rcules C-130, para controlar las llamas, seg¨²n datos del Ministerio de Defensa. En el decreto anunciado este jueves, Bolsonaro ha prohibido que se hagan quemas en Brasil durante dos meses. La ¨²nica excepci¨®n son las controladas, permitidas por el C¨®digo Forestal Brasile?o en pr¨¢cticas agr¨ªcolas y forestales cuando est¨¢n justificadas y autorizadas por los ¨®rganos de control.
Mientras tanto, las reacciones mundiales al discurso de Bolsonaro siguen preocupando a los empresarios brasile?os, incluso a los de la agroindustria, que temen perder ventas con un posible boicot de los pa¨ªses europeos. Seg¨²n el peri¨®dico Folha de S. Paulo, algunos productores presionan al ministro del Medio Ambiente, Ricardo Salles, para que refuerce el control y abandone el discurso beligerante contra los ¨®rganos ambientales del Gobierno. Quieren mostrar al mundo que el sistema de control ambiental funciona, en una excepcional posici¨®n p¨²blica contra la deforestaci¨®n, lo que convertir¨ªa al sector m¨¢s criticado por los ambientalistas desde hace d¨¦cadas en el protector de la selva.
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