La fiscal: ¡°La ¨²nica verdad que ha dicho es que mat¨® al ni?o¡±

En la ¨²ltima ma?ana del juicio a Ana Julia Quezada, la peque?a sala gris y blanca de la Audiencia de Almer¨ªa ha recuperado el tinte dram¨¢tico con el que se inici¨®, hace ocho d¨ªas. Las acusaciones y la defensa de la autora confesa de la muerte del peque?o Gabriel Cruz han expuesto sus conclusiones con energ¨ªa similar a la esgrimida antes de escuchar a los peritos y ver las im¨¢genes que trataban de esclarecer lo ocurrido en febrero y marzo de 2018 en varias pedan¨ªas de N¨ªjar.

La fiscal, Elena Fern¨¢ndez, se ha empleado durante una hora en explicar tanto la inquina hacia el ni?o que ten¨ªa Quezada, que se mostraba cabizbaja mientras se dirig¨ªan a ella todas las miradas, como la alevos¨ªa que demostr¨® al darle muerte. Gabriel, de ocho a?os, era un obst¨¢culo para la acusada, entonces pareja del padre; representaba un v¨ªnculo afectivo entre los progenitores. ¡°Ha quedado acreditado su desapego afectivo hacia el peque?o, igual que lo ten¨ªa ya con su hija Judith¡±, ha recalcado.

Y tambi¨¦n el que mostr¨® la acusada hacia la madre del ni?o. ¡°La vimos durante la declaraci¨®n de Patricia Ram¨ªrez, estaba imperturbable y fr¨ªa, ajena a su dolor¡±. Quezada, ha proseguido la fiscal, era consciente de lo que quer¨ªa hacer. ¡°Que la muerte de Gabriel sea accidental ofende a la inteligencia¡±, ha proclamado. ¡°La ¨²nica verdad que ha dicho es que mat¨® al ni?o¡±.

La acusada, de personalidad fr¨ªa y calculadora, seg¨²n el relato de la fiscal, miente desde el principio. El ni?o le acompa?a hasta la finca de Rodalquilar movido por la confianza, y ella lo ataca por sorpresa siendo consciente de su desvalimiento. Y ah¨ª, con esos factores, la representante del ministerio p¨²blico ha se?alado la alevos¨ªa en el asesinato por la que pide prisi¨®n permanente revisable. ¡°Le mata a sangre fr¨ªa¡±, asfixi¨¢ndole, tal como mantiene el informe de la autopsia, que ha repasado. Lo hace sin piedad, pero no con ensa?amiento. ¡°Posiblemente esa falta de piedad no la voy a ver en otro acusado¡±, ha dicho, ¡°pero no se puede mantener que hubiese un aumento deliberado de dolor o que hubiese agon¨ªa¡±.

La fiscal ha tratado durante buena parte de su intervenci¨®n de desbaratar el informe aportado por la acusaci¨®n particular firmado por dos m¨¦dicos y expuesto el d¨ªa anterior que sostiene que Quezada golpe¨® al ni?o y luego le dej¨® agonizar de tal forma que podr¨ªa haber sufrido durante m¨¢s de una hora antes de morir. Ha recalcado Fern¨¢ndez que la autopsia es clara. Gabriel muri¨® en un acto ¨²nico por asfixia.

El abogado de la familia de Gabriel, Francisco Torres, que ejerce la acusaci¨®n particular, se mostr¨® implacable con Quezada, como lo ha hecho durante todo el juicio. Este martes ha comenzado ironizando con las protestas de la defensa, que alegaban indefensi¨®n. ¡°En la Edad Media habr¨ªan cortado en trocitos a la acusada¡±. Subray¨® la ¡°maldad intr¨ªnseca¡± y falta de empat¨ªa de la mujer, ¡°que deja a una ni?a de cuatro a?os en la Rep¨²blica Dominicana, se viene a Espa?a, ejerce la prostituci¨®n, y la hija se cae desde un s¨¦ptimo piso¡±. En ese momento, Quezada, que ya estaba llorando, rompe a sollozar. El imperturbable Torres se interrumpe, enojado. La juez le pide que se concentre y se dirige a ella: ¡°Le pido que trate de calmarse¡±.

Tras reiterar que Quezada le caus¨® un extremo sufrimiento al ni?o, el letrado ha tomado aire para dirigir al jurado popular un final rotundo. ¡°Es una soci¨®pata aut¨¦ntica. No les tiemble el pulso¡±, ha dicho mirando a las siete mujeres y dos hombres, que le escuchaban erguidos sobre sus sillas. ¡°Ella no tiene el mismo derecho a respirar el mismo aire que respiramos nosotros. Hay que sacarla de la calle, apartarla de la sociedad, porque puede matar a m¨¢s ni?os, estoy convencido de que no es Gabriel el primer ni?o que mata¡±. La acusada, por primera vez en el juicio, se apoy¨® en la mesa de sus abogados, la cabeza vencida sobre la mano derecha. Neg¨¢ndolo.

Esteban Hern¨¢ndez, el defensor de Quezada, ha cerrado la sesi¨®n con la intervenci¨®n m¨¢s larga. Sesenta y cuatro minutos en los que ha tratado de apuntalar la versi¨®n de que la muerte de Gabriel fue accidental, tal como ha mantenido su representada en la confesi¨®n. Ha destacado como en otras ocasiones en las que se ha dirigido al jurado popular la falta de pericia de la acusada al enterrar al ni?o en una finca familiar y en un peque?o hueco superficial, por ejemplo, lo que descartar¨ªa la premeditaci¨®n. Cree y as¨ª lo ha hecho constar en sus conclusiones definitivas, que concurren dos atenuantes en la conducta de la acusada. Una de ¡°arrebato, obcecaci¨®n u otro estado pasional de entidad semejante¡± y otra que es actuar bajo los efectos de las drogas.

As¨ª, sostiene que Quezada tap¨® la boca al ni?o para que se callara y dejara de insultarla, ¡°presa de la ira y sin medir las consecuencias de su acci¨®n¡±. Al darse cuenta de que el ni?o dej¨® de respirar fue ¡°presa del p¨¢nico¡± y ¡°qued¨® bloqueada e incapaz de asumir lo ocurrido¡±. Por ello enterr¨® al peque?o en la finca.

El defensor considera que Quezada ocult¨® sus actos hasta su detenci¨®n por ser incapaz de confesar el crimen a su pareja y mantenerse bajo los efectos de una ¡°medicaci¨®n ansiol¨ªtica¡±. De esta manera, aporta un elemento para enfrentar la petici¨®n de da?os ps¨ªquicos a los padres de Gabriel por parte de la fiscal y la acusaci¨®n particular. Hern¨¢ndez mantiene la petici¨®n de tres a?os de prisi¨®n para su representada por homicidio imprudente o 15 por homicidio doloso.