Se buscan l¨ªderes para el gran reto clim¨¢tico
Nueva York acoge la cumbre de la ONU sobre calentamiento, donde los j¨®venes toman protagonismo frente a los gobernantes
La batalla contra el cambio clim¨¢tico se libra este lunes en Nueva York. La ciudad estadounidense acoge una cumbre sobre calentamiento global convocada por el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres. Pretende que los pa¨ªses se comprometan con planes m¨¢s ambiciosos que los que se presentaron cuando se firm¨® el Acuerdo de Par¨ªs en 2015. Pero el mundo ha cambiado mucho. La falta de liderazgo pol¨ªtico lastra ahora a los pa¨ªses, que titubean a la hora de presentar planes m¨¢s duros de recorte de emisiones. Aunque, paralelamente, ha surgido un potente movimiento juvenil impulsado por las se?ales de advertencia que se lanzan desde la ciencia. Por ejemplo, los ¨²ltimos cuatro a?os han sido los m¨¢s c¨¢lidos desde que hay registros fiables, que datan de 1850.
Si hace un par de d¨¦cadas este tipo de cumbres estaban marcadas por el enfrentamiento entre los bloques norte-sur, la realidad ahora es otra. ¡°Los dos grupos enfrentados en este momento son el de los que respetan la ciencia y el de los que no¡±, se?ala la costarricense M¨®nica Araya, especialista en negociaciones clim¨¢ticas. Araya, se refiere, por ejemplo, a las advertencias en forma de estudios que se lanzan casi cada semana desde universidades y grupos de investigaci¨®n sobre c¨®mo se est¨¢n acelerando los impactos del calentamiento, como los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos.
¡°Esta cumbre del clima servir¨¢ para ver qui¨¦nes est¨¢n con la ciencia y qui¨¦nes se est¨¢n quedando atr¨¢s¡±, valora Isabel Cavelier-Adarve, abogada colombiana y miembro de la iniciativa medioambiental Mission 2020. Est¨¢ previsto que intervengan unos 60 jefes de Estado.
A un lado del enfrentamiento de bloques, liderando el grupo de los que desde?an la ciencia, est¨¢n mandatarios como el presidente de EE UU, Donald Trump, o el de Brasil, Jair Bolsonaro, que no participar¨¢n en la cumbre. ?Y al otro lado? ?Qu¨¦ mandatarios encabezan el otro bloque? ¡°Hay una ausencia de liderazgo terrible¡±, lamenta Laurence Tubiana, consejera delegada de la Fundaci¨®n Europea del Clima y una de las arquitectas del Acuerdo de Par¨ªs.
El vac¨ªo pol¨ªtico se hace m¨¢s evidente al compararlo con el contexto en el que se cerr¨® el gran pacto clim¨¢tico en 2015 en la capital francesa, cuando no hab¨ªan emergido los Trump y Bolsonaro. ¡°En Par¨ªs, EE UU y China cooperaban¡±, recuerda Araya. ¡°Ahora est¨¢n en guerra comercial. La Uni¨®n Europea tiene la herida abierta del Brexit. La India tiene problemas con Cachemira y las elecciones¡±, a?ade. Y el futuro del planeta est¨¢ en gran medida en manos de estos cuatro bloques; China, EE UU, Europa e India acumulan solos m¨¢s de la mitad de las emisiones globales.
Protagonistas m¨¢s all¨¢ de los Estados
El Acuerdo de Par¨ªs fue ideado para obligar a los Estados a recortar sus emisiones. De hecho, solo vincula a los Gobiernos nacionales. Sin embargo, en los cuatro a?os transcurridos desde que se firm¨®, otros actores que no formaron parte del pacto y que en teor¨ªa no est¨¢n afectados se han comprometido a cumplir con las metas que plantea el Acuerdo de Par¨ªs.
Es el caso, por ejemplo, de las ciudades que se est¨¢n comprometiendo a acabar con todas sus emisiones para 2050. O del n¨²mero creciente de multinacionales que tambi¨¦n se est¨¢n poniendo como meta esa neutralidad clim¨¢tica para mediados de siglo. Por ejemplo, el gigante Amazon asegur¨® el jueves que para 2040 habr¨¢ eliminado todas sus emisiones de efecto invernadero. Y es el caso tambi¨¦n de las decenas de empresas que anunciar¨¢n medidas similares en la cumbre organizada por la ONU de Nueva York.
Tras la firma del Acuerdo de Par¨ªs, que recoge los esfuerzos a los que est¨¢n dispuestos a llegar los pa¨ªses para que el cambio clim¨¢tico se quede dentro de unos m¨¢rgenes asumibles, parec¨ªa que las emisiones mundiales hab¨ªan entrado en fase de estancamiento. Pero fue un espejismo y en 2018 volvieron a aumentar. La previsi¨®n, seg¨²n los planes presentados por todos los pa¨ªses firmantes de Par¨ªs, es que para 2030 sigan creciendo, cuando lo que tendr¨ªan que hacer es reducirse radicalmente, hasta un 45% respecto a 2010, y pr¨¢cticamente desaparecer en 2050. Esa es la ruta necesaria si se quiere que el incremento de la temperatura no alcance niveles tan catastr¨®ficos: el objetivo es que el aumento medio no supere los 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. A estas alturas del siglo XXI ya ha aumentado un grado cent¨ªgrado.
Frente a esas evidencias cient¨ªficas, insiste Cavelier-Adarve, ¡°hay una falta de liderazgo de los Gobiernos¡±. Lo llamativo es que, paralelamente, la ¡°conciencia ciudadana¡± aumenta. ¡°La ciencia y los j¨®venes han cambiado el tono de la conversaci¨®n¡±, resalta esta abogada. Las protestas de los estudiantes en la calle han situado la falta de ambici¨®n de muchos gobernantes en el debate p¨²blico.
¡°Los j¨®venes est¨¢n exasperados; los pol¨ªticos t¨®xicos han hecho que se radicalicen los movimientos clim¨¢ticos¡±, opina Araya. Durante el ¨²ltimo a?o, impulsadas por la joven activista sueca Greta Thunberg y otros movimientos estudiantiles, las principales capitales del mundo han acogido multitudinarias manifestaciones contra la inacci¨®n, como las del viernes pasado y como las previstas para el viernes 27.
¡°El hilo invisible que une a dos generaciones tan diferentes como la de Greta y la del secretario general de la ONU es la defensa de la ciencia¡±, dice Araya. Ambos abrir¨¢n la cumbre clim¨¢tica del lunes. Si Thunberg se ha convertido en la l¨ªder de esta lucha de la calle, Guterres intenta llenar el vac¨ªo pol¨ªtico. ¡°El secretario general est¨¢ encabezando ahora la lucha. Y va m¨¢s all¨¢ de la neutralidad de un diplom¨¢tico¡±, valora la especialista costarricense. ¡°Est¨¢ mostrando al mundo lo que significa ser un l¨ªder de la transici¨®n y un l¨ªder del multilateralismo¡±, coincide Cavelier-Adarve. ¡°Otros secretarios generales han sido mucho m¨¢s tibios, pero la situaci¨®n es de emergencia ahora¡±, a?ade.
Guterres ha impedido incluso que mandatarios del bloque que niega la ciencia o que est¨¢n remando contra del Acuerdo de Par¨ªs ¡ªcomo Brasil o Arabia Saud¨ª¡ª puedan intervenir en la cumbre. ¡°No puede parecer que todo vale¡±, aplaude a Guterres la ministra en funciones espa?ola para la Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera. La ministra, que participar¨¢ en la cumbre junto al presidente en funciones, Pedro S¨¢nchez, espera que la reuni¨®n tenga ¡°un efecto movilizador¡± que se complemente ¡°con las protestas en las calles¡±. ¡°Porque queda mucho por hacer¡±, admite.
Cuando el Acuerdo de Par¨ªs se firm¨®, ya se sab¨ªa que los esfuerzos de reducci¨®n de emisiones que hab¨ªan presentado los casi 200 pa¨ªses que cerraron aquel pacto no eran suficientes y llevar¨ªan a un incremento de la temperatura media de m¨¢s de tres grados. Por eso, el pacto contiene una cl¨¢usula para que los Estados revisen al alza sus planes de mitigaci¨®n peri¨®dicamente. La primera revisi¨®n ¡ªy la primera prueba de fuego para el acuerdo¡ª es en 2020. De ah¨ª que Guterres haya exhortado a los mandatarios a acudir a Nueva York con el compromiso de aumentar sus esfuerzos. De momento, seg¨²n la ONU, algo m¨¢s de la mitad ¡ª112 pa¨ªses¡ª anuncian que van a revisar sus planes. El resto debe elegir a¨²n en qu¨¦ bloque quiere estar.
China: el gigante que titubea
Macarena Vidal Liy, Pek¨ªn
?Anunciar¨¢ China un compromiso m¨¢s ambicioso para sus metas de cambio clim¨¢tico? He ah¨ª la cuesti¨®n. El mayor emisor del mundo quiere ser, en palabras de su presidente, Xi Jinping, un ¡°referente¡± de la lucha contra esta crisis. En los ¨²ltimos cinco a?os ha dado importantes pasos. Pero desde su propio Gobierno llegan voces acerca de que la nueva realidad ¡ªy rivalidad¡ª geopol¨ªtica y econ¨®mica har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil fijarse metas m¨¢s estrictas. ¡°De un lado, China es consciente de la necesidad de apoyar el multilateralismo y mantener el impulso global sobre el clima¡±, apunta el asesor principal de Pol¨ªtica Global en Greenpeace East Asia, Li Shuo. ¡°Del otro lado, las pol¨ªticas interna e internacional no favorecen un movimiento decisivo (...). Dependiendo del clima pol¨ªtico en 2020, Pek¨ªn tomar¨¢ entonces una decisi¨®n definitiva¡±. Porque, m¨¢s all¨¢ de la cumbre de la ONU, el calendario clim¨¢tico de China fija ese a?o como fecha clave: el Estado debe decidir el pr¨®ximo plan quinquenal para 2021-2025. Incluir metas m¨¢s exigentes es esencial. Li subraya: ¡°el medioambiente global no puede permitirse titubeos hacia una mayor ambici¨®n¡±.
El vigente plan quinquenal (2016-2021) represent¨® un importante espaldarazo para convertir China, que hasta entonces hab¨ªa dado prioridad a su desarrollo econ¨®mico por encima del medio ambiente, en uno de los protagonistas en el combate contra el cambio clim¨¢tico. Pek¨ªn preve¨ªa aumentar para 2020 al 15% la proporci¨®n de combustibles no f¨®siles y reducir al 58% el consumo de carb¨®n para generar energ¨ªa ¡ªen 2017 era del 62%¡ª. Tambi¨¦n pretende reducir para entonces sus emisiones por unidad del PIB al 45% en comparaci¨®n con las de 2005. En Par¨ªs, en 2015, Pek¨ªn se comprometi¨® a alcanzar su techo de emisiones antes de 2030. Tambi¨¦n a que las energ¨ªas limpias representaran en torno al 20% de su consumo para ese a?o.
En total, ha puesto en marcha m¨¢s de un centenar de medidas, desde una fuerte inversi¨®n en energ¨ªas limpias a pol¨ªticas econ¨®micas, pasando por la imposici¨®n de l¨ªmites al consumo de carb¨®n, el cierre de plantas alimentadas por este combustible, la creaci¨®n de un mercado nacional de intercambio de derechos de emisiones o la imposici¨®n de nuevos est¨¢ndares de eficiencia para los autom¨®viles. Se da ya por hecho que China alcanzar¨¢ su techo de emisiones antes de 2030. Alg¨²n estudio especialmente optimista plantea que ser¨¢ entre 2021 y 2025. Pero Pek¨ªn se muestra cauto. La estrategia de reducir emisiones echando el freno a la industria pesada arroja retornos decrecientes; la situaci¨®n econ¨®mica, en plena guerra comercial con EE UU, ha obligado a levantar el pie. Las emisiones en 2018 volvieron a crecer tras a?os de estancamiento y sus inversiones en infraestructuras alimentadas por carb¨®n en otros pa¨ªses han sido objeto de cr¨ªticas.
Seg¨²n Lauri Myllyvirta, de Greenpeace, en la primera mitad de 2019 China aument¨® sus emisiones procedentes del consumo de combustibles f¨®siles y de la producci¨®n de cemento en un 4%. Y Li Gao, responsable de cambio clim¨¢tico en el Ministerio de Ecolog¨ªa chino, ha lanzado mensajes de advertencia. Ha explicado que ¡°elementos externos, como la guerra comercial, han acarreado impactos negativos e incertidumbres crecientes a la econom¨ªa global, lo que ha hecho m¨¢s dif¨ªcil que China ataje el cambio clim¨¢tico¡±.
Estados Unidos: La batalla dom¨¦stica
Amanda Mars, Washington
?Acab¨® el liderazgo estadounidense en la lucha por el clima el mismo d¨ªa en que Barack Obama sali¨® de la Casa Blanca? La respuesta corta es que s¨ª. La larga, sin embargo, tiene muchos protagonistas y episodios. Donald Trump confirm¨® al poco de llegar a la presidencia, en enero de 2017, que sus andanadas contra las pol¨ªticas medioambientales de su predecesor y el discurso de corte negacionista sobre los estragos de la contaminaci¨®n no eran fanfarria electoral. En junio anunci¨® su ruptura con el Acuerdo de Par¨ªs y, aunque formalmente no se haya producido, para Washington supuso el entierro pol¨ªtico de sus compromisos. El republicano esgrimi¨® argumentos econ¨®micos, consideraba los requisitos demandados a EE UU lesivos para su industria y una fuente de competencia desleal. Pero m¨¢s all¨¢ de ese pacto multilateral, firmado por casi 200 pa¨ªses, tambi¨¦n dio marcha atr¨¢s en decenas de ¨®rdenes y programas medioambientales de Obama. Ha decidido eliminar las protecciones de las perforaciones offshore (es decir, de parte de las aguas continentales para extraer petr¨®leo); ha eliminado los controles de emisiones de metano en pozos de petr¨®leo y gas, y ha rebajado la protecci¨®n de especies amenazadas, entre otros.
Pero, en paralelo, m¨²ltiples ciudades y Estados se han puesto a la cabeza de la lucha por el clima. El anuncio de Trump de la ruptura con Par¨ªs provoc¨® una rebeli¨®n de alcaldes y gobernadores dem¨®cratas que avanzaron que cumplir¨ªan y fomentar¨ªan el cumplimiento de los objetivos del acuerdo. La Cumbre de Acci¨®n Global por el Clima, celebrada hace un a?o en San Francisco, mostr¨® este empuje. En agosto, una coalici¨®n de 29 ciudades y Estados tambi¨¦n demand¨® a Trump por sus medidas en las plantas de carb¨®n. Hasta grandes empresas han decidido impulsar sus propios planes muy por encima de lo que les reclama el Gobierno (sin evitar muchas contradicciones internas, claro).
La ONU es muy consciente de esta doble realidad. ¡°Una de las mejores cosas de la sociedad estadounidense es que tiene un pa¨ªs federal en el que las decisiones est¨¢n descentralizadas, as¨ª que siempre estamos a favor de mantener las decisiones en materia de cambio clim¨¢tico tan descentralizadas como sea posible¡±, se?alaba Ant¨®nio Guterres esta semana en una entrevista.
Trump, precisamente, acababa de tomar una decisi¨®n en sentido contrario. El republicano ha anunciado su intenci¨®n de rescindir la autoridad de California para fijar sus propios l¨ªmites de gases contaminantes, una competencia con la que el Estado de la costa oeste cuenta desde hace medio siglo, lo que ha derivado ya en una batalla en los tribunales. El viernes, California present¨® junto a otros 13 Estados una demanda contra la intenci¨®n del presidente de recortar su margen de maniobra. La falta de apoyo de pol¨ªticas de ¨¢mbito nacional, sin embargo, supone un lastre, porque no todos los Estados tienen el poder¨ªo de mercado y empresas que California.
Uni¨®n Europea: A por el pacto verde
Llu¨ªs Pellicer, Bruselas
Ahora o nunca. Los pr¨®ximos a?os ser¨¢n cruciales para que Europa pueda asumir el liderazgo mundial en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Bruselas ha desplegado en la ¨²ltima legislatura un arsenal de medidas con las que prev¨¦ reducir para 2030 las emisiones de di¨®xido de carbono en un 45% respecto a 1990. La emergencia ha unido al norte y el sur del continente ¡ªcon Alemania por fin a bordo¡ª para imprimir m¨¢s ambici¨®n a las actuaciones a medio plazo y fijar una fecha para el fin de la era de los combustibles f¨®siles: 2050. Pero la Uni¨®n Europea debe romper la resistencia de un grupo de pa¨ªses del Este que impidieron que el conjunto del bloque avalara ese calendario en junio.
¡°Nuestro mensaje es simple: Europa cumple¡±, valora el todav¨ªa comisario de Acci¨®n Clim¨¢tica, Miguel ?ngel Arias Ca?ete, ante la cumbre. El Acuerdo de Par¨ªs marc¨® el rumbo de la pol¨ªtica comunitaria. A partir de ah¨ª, Bruselas cerr¨®, sector por sector, todos los compromisos necesarios para lograr una reducci¨®n significativa para 2030. ¡°En Europa estamos haciendo nuestra parte¡±, a?adi¨® Arias Ca?ete en la Euroc¨¢mara. Pero la Comisi¨®n saliente no pudo amarrar de los pa¨ªses miembros un acuerdo para alcanzar la neutralidad clim¨¢tica para 2050 despu¨¦s de que Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa y Estonia se apearan del consenso del resto de los socios.
Con una Administraci¨®n norteamericana hostil a esas pol¨ªticas, las organizaciones ecologistas se?alan a la UE como pieza clave en el tablero mundial. El director para Europa de la Red para la Acci¨®n Clim¨¢tica, Wendel Trio, advierte de que gigantes como China o India est¨¢n siguiendo los pasos que da Europa antes de asumir m¨¢s compromisos. El fracaso en cerrar un acuerdo para 2050 fue todo un tropiezo para su liderazgo. ¡°Si los pa¨ªses son incapaces de incrementar su nivel de acci¨®n en los pr¨®ximos diez a?os, limitar el aumento de la temperatura de 1,5 grados ser¨¢ imposible¡±, avisa.
La futura presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, se ha fijado como primera prioridad de su ejecutivo alcanzar lo que ha denominado un ¡°New Green Deal¡±. Para ello, ha dispuesto una vicepresidencia primera con poderes ejecutivos para el laborista holand¨¦s Frans Timmermans, quien deber¨¢ emplearse en dos frentes. Con la vista fijada en 2030, deber¨¢ incrementar los esfuerzos de los pa¨ªses miembros para que estos reduzcan sus emisiones en un 55% respecto a 1990 ¡ªlo que supone 15 puntos m¨¢s de lo comprometido cuando se firm¨® el Acuerdo de Par¨ªs¡ª. Y a la vez, lidiar con el Este para lograr la descarbonizaci¨®n total de la econom¨ªa europea en 2050. ¡°La UE entiende que el tiempo para solo hablar se ha terminado, y que los pr¨®ximos cinco a?os ser¨¢n decisivos para fijar las inversiones, infraestructuras e innovaciones necesarias para una Europa descarbonizada y para un tr¨¢nsito competitivo hacia la emergente econom¨ªa limpia global¡±, sostiene Martin Porter, presidente ejecutivo en Bruselas del Programa de Liderazgo Sostenible de la Universidad de Cambridge. Von der Leyen se ha dado 100 d¨ªas para tener la propuesta de ese gran pacto europeo. Quedar¨¢ por ver la urgencia que se dan luego los pa¨ªses miembros.
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