La batalla por el pulm¨®n verde de Bombay
Un plan para ampliar el metro enfrenta al Gobierno y a ciudadanos por la tala masiva en el ¨²nico bosque de la capital financiera de India, hogar de una tribu aborigen
¡°Quieren acabar con el pulm¨®n de la ciudad a toda costa¡±, clama el profesor Sandeep Parab, liberado este lunes tras pasar el fin de semana en una comisar¨ªa de Bombay junto a otras 28 personas. A ¨²ltima hora del viernes, las redes reunieron a centenares de personas en Aarey, la mayor zona verde de la metr¨®poli india, alertados porque las autoridades aprovecharon la noche para derribar los ¨¢rboles que las protestas de los ¨²ltimos fines de semana intentaban proteger. La medida obedece a una orden judicial que desestima la petici¨®n de detener una tala masiva para desarrollar el metro de Bombay. Un plan que enfrenta desde hace a?os a autoridades y ciudadanos en una megal¨®polis que necesita mejorar su transporte p¨²blico tanto como preservar sus espacios verdes para sobrevivir a la contaminaci¨®n, y de la que tambi¨¦n depende la supervivencia de los warli, la ¨²ltima tribu de Bombay.
¡°Alrededor de 500 ¨¢rboles fueron talados este fin de semana. Es una desgracia, pero seguiremos nuestra lucha para evitar que el ¨²nico bosque de Bombay acabe asfaltado¡±, dice Amrita Bhattacharjee, poco despu¨¦s de conocer, el lunes, la decisi¨®n del Tribunal Supremo de parar la tala hasta finales de mes, cuando escuchar¨¢ sus demandas. Como portavoz del Grupo por la Conservation de Aarey (ACG, en ingl¨¦s), Amrita ha capitaneado la indignaci¨®n ciudadana en las calles y en los tribunales desde que, en noviembre de 2014, se anunciase el derribo de 2.700 ¨¢rboles para edificar un aparcamiento multi-nivel para el metro de Bombay.
Los activistas critican que el proyecto urban¨ªstico hace peligrar Aarey, una vasta zona verde de 1.300 hect¨¢reas, vital para los 22 millones de habitantes de Bombay y ¨²nica dentro de la jungla de asfalto india. Subrayan no solo su riqueza ecol¨®gica, sino su papel regulador del clima y del drenaje de la capa fre¨¢tica del principal centro econ¨®mico nacional, cuya actividad es paralizada por las inundaciones anuales del monz¨®n. Tambi¨¦n es hogar de los warli, una tribu aborigen que teme que se les expulse de este bosque, y cuyos miembros participan tambi¨¦n en las protestas. Las autoridades, por su parte, alegan que la futura l¨ªnea de metro transportar¨¢ a 1,7 millones de personas cada d¨ªa, reduciendo en 650.000 el n¨²mero de veh¨ªculos que colapsan el contaminante tr¨¢fico de la capital financiera de India, aligerando sus viejos trenes locales que mueven a 7,5 millones diariamente.
¡°No estamos en contra del desarrollo urbano ni de la expansi¨®n del metro, pero creemos que hay otros intereses detr¨¢s¡±, explica Amrita Bhattacharjee: ¡°Hay otras opciones¡±. En 2015, el Gobierno cre¨® una comisi¨®n para analizar la viabilidad del proyecto tras las protestas de 1.200 ciudadanos frente a sus oficinas en el paseo mar¨ªtimo de la ciudad. Los ¨²nicos dos cient¨ªficos independientes de aquel comit¨¦ se opusieron a que se emplazara en Aarey por su importancia ecol¨®gica. Pero las autoridades rechazaron los cuatro lugares alternativos para las cocheras del metro y otros dos m¨¢s propuestos por las plataformas ciudadanas. La negativa y posteriores decisiones del Gobierno regional hacen que los cr¨ªticos se?alen intereses ocultos.
Desarrollo urban¨ªstico contra medio ambiente
El pasado 6 de junio, justo despu¨¦s del D¨ªa Internacional del Medio Ambiente, el Estado de Maharashtra, cuya capital es Bombay, autoriz¨® el uso de 40 hect¨¢reas de Aarey ¡ªadem¨¢s de las 30 adjudicadas al metro¡ª para la construcci¨®n de un zoo y un safari nocturno. ¡°El Gobierno est¨¢ al servicio de promotores y agentes inmobiliarios, no de los ciudadanos¡±, resume Stalin Dayanand, director de la ONG medioambiental Vanashakti. En 2015, este grupo pidi¨® al Tribunal Verde Nacional que Aarey fuese declarada y protegida como zona ecosensible. Despu¨¦s de tres a?os de litigios y violaciones de las ¨®rdenes judiciales contra las excavaciones ilegales de MMRCL, la empresa que gestiona el metro, el tribunal decidi¨® que la cuesti¨®n estaba fuera de su jurisdicci¨®n.
Aarey tiene una ubicaci¨®n preferencial en Bombay, una megaurbe cuyo crecimiento est¨¢ limitado por el mar y donde el precio del suelo est¨¢ entre los m¨¢s caros del mundo. Pese a acoger una media de 570 ¨¢rboles por hect¨¢rea y una biodiversidad de 80 tipos de mariposas, 77 especies aviares o una docena de mam¨ªferos diferentes, incluidos leopardos, esta rica y frondosa parcela de tierra verde no es considerada un bosque. De ah¨ª el conflicto legal para el que Dayanand solo tiene una explicaci¨®n: ¡°Si Aarey no es declarado legalmente un bosque es porque es la mejor forma de que los especuladores extiendan sus tent¨¢culos hacia el Parque Nacional de Sanjay Gandhi¡±. Su grupo, Vanakshakti, llev¨® esta cuesti¨®n ante el Supremo de India alegando que parte de Aarey fue concedido a este parque nacional, lo que demostrar¨ªa su estatus si se guardase constancia del registro.
Esta zona verde es un peque?o ap¨¦ndice de tierra al sur del parque de Sanjay Gandhi, que se extiende 109 kil¨®metros cuadrados al norte de Bombay. Pero su estatus est¨¢ legalmente cuestionado. La mayor parte se don¨® al departamento de l¨¢cteos ganaderos de la regi¨®n en 1951 y desde entonces se conoce como Colonia Lechera de Aarey. Pero solo una peque?a fracci¨®n se destina al ganado; el resto es un ¨¢rea selv¨¢tica, sembrada de lagos y riachuelos. Despu¨¦s, otros trabajadores se asentaron junto a los granjeros; uni¨¦ndose as¨ª a los adivasis (abor¨ªgenes) del bosque. De los 10.000 miembros de diferentes tribus que habitan Sanjay Gandhi desde hace generaciones, los warli de Aarey ahora temen por su existencia desde que se conoci¨® el proyecto del metro y el plan de desahucio contra los 1.500 miembros de su comunidad.
La ¨²ltima tribu de Bombay
¡°Ni nos van a echar de aqu¨ª ni van a acabar con el bosque¡±, dice Prakash Bhoir, marido de una de las arrestadas el viernes. Como miembros warli que habitan las 27 padas (poblados tribales), Prakash y su familia temen el desahucio por ser considerados ocupantes ilegales de Aarey tras la creaci¨®n de la colonia lechera, como ha ocurrido con otras familias tribales desde que se anunci¨® la llegada del metro.
La Ley de Derechos Forestales legitima que tribus abor¨ªgenes tengan servicios y derechos. Pero los warli no solo han vivido en Aarey sin agua y electricidad durante d¨¦cadas, sino que podr¨ªan ser obligados a abandonar su hogar por falta de papeles que les acrediten como moradores leg¨ªtimos del bosque.
¡°No entiendo por qu¨¦ no importa la naturaleza¡±, se pregunta Prakash, junto a su caba?a decorada con los trazos que representan la interacci¨®n del hombre con el medio ambiente. Curiosamente, esta pintura tambi¨¦n adorna la mayor¨ªa de las oficinas del Gobierno de Maharashtra. El mismo que quiere poner fin al h¨¢bitat de esta tribu mediante la deforestaci¨®n del ¨²nico pulm¨®n de Bombay.
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