Timmermans, contra el cambio clim¨¢tico: ¡°Si un cometa se precipitara hacia la Tierra, lo resolver¨ªamos¡±
El vicepresidente de la Comisi¨®n Europea responde a los que critican el coste de la transici¨®n verde
Una pregunta sobrevuela, con aire de aguafiestas, los ambiciosos planes verdes que prepara Bruselas para las pr¨®ximas d¨¦cadas. "?Cu¨¢nto va a costar esto?", emerge, una y otra vez, la cuesti¨®n. La transici¨®n hacia una econom¨ªa menos dependiente del carbono no saldr¨¢ gratis.?Con una industria del autom¨®vil todav¨ªa muy dependiente de los combustibles f¨®siles, y una implantaci¨®n de las energ¨ªas renovables todav¨ªa residual, el objetivo de alcanzar un horizonte de neutralidad clim¨¢tica para 2050 se antoja todav¨ªa lejano y costoso.
El vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Frans Timmermans, encargado de dar forma al Green Deal esbozado por el nuevo Ejecutivo de Ursula Von der Leyen, es interrogado sobre su impacto econ¨®mico con frecuencia. Y en la rueda de prensa de este jueves, tras reconocer que ser¨¢n necesarias inversiones p¨²blicas y privadas de "cientos de miles de millones de euros anuales", ha estallado ante las dudas que suscita la senda ambiental emprendida por Bruselas. "D¨¦jeme ser muy claro. ?Qu¨¦ pasa si no hacemos nada? ?Qu¨¦ pasa si no son 400.000 personas las que mueren prematuramente cada a?o en Europa por la mala calidad del aire sino un mill¨®n? ?Cu¨¢l ser¨¢ el coste de la inacci¨®n y de tener cat¨¢strofes naturales m¨¢s frecuentes? ?Qu¨¦ pasa si las gotas fr¨ªas en Espa?a no llegan cada 15 a?os sino cada cinco meses? Es muy urgente no solo hablar del coste de esa transici¨®n, sino del coste de no hacer esa transici¨®n".
El socialdem¨®crata holand¨¦s es uno de los hombres de m¨¢s alto perfil del nuevo equipo de Von der Leyen. Fue ministro de Exteriores en su pa¨ªs, vicepresidente bajo el mandato de Jean-Claude Juncker y un firme candidato a sustituirle al mando de la Comisi¨®n Europea hasta que el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, dio un giro de tim¨®n y decant¨® la balanza hacia la democristiana alemana. Frente a los tediosos discursos milim¨¦tricamente esculpidos por asesores, Timmermans tira de anecdotario personal para hacer sus declaraciones menos abstractas, y es capaz de combinar broma y autocr¨ªtica al recordar c¨®mo su hijo a veces emula en tono jocoso a los que culpan a la burbuja de Bruselas de todos sus males y le llama "bur¨®crata no electo sin rostro".
Este jueves, preguntado de nuevo por el coste de sus planes, compar¨® la crisis clim¨¢tica con un meteorito para defender la necesidad de invertir. "Solo imaginemos que un gran cometa se precipita hacia la Tierra y que va a golpearnos en una d¨¦cada. ?Dir¨ªamos entonces, 's¨ª, hagamos algo, pero que no altere demasiado las cosas, por favor'? No, lo resolver¨ªamos, y lo mismo sirve para la transici¨®n verde, podemos solucionarlo".?
El vicepresidente ha advertido de que el cambio de paradigma ser¨¢ "doloroso" y "complicado", pero cree que Europa puede salir fortalecida al erigirse en l¨ªder medioambiental gracias a la creaci¨®n de nuevos empleos. Por encima del balance econ¨®mico, antepuso los beneficios de la transformaci¨®n. "Como padre, veo inaceptable que haya ni?os que crecen en ciudades con mala calidad del aire, da?ina para su salud, o que la calidad del agua est¨¦ por debajo de los est¨¢ndares de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Veo impensable que permitamos la desaparici¨®n de especies al ritmo al que lo hacen ahora", insisti¨®.
M¨¢s all¨¢ de discrepancias sobre objetivos puntuales, el discurso de la nueva Comisi¨®n Europea se ha tornado en la materia pr¨¢cticamente indistinguible del propugnado por Los Verdes en el Parlamento Europeo. Por eso, la exigencia de coherencia tambi¨¦n se ha elevado. Y la recurrente pol¨¦mica por el uso de dos sedes por parte de los eurodiputados ¡ªen Bruselas y Estrasburgo¡ª, con el consiguiente coste ambiental y econ¨®mico que conllevan los desplazamientos de los 751 europarlamentarios, ha regresado en la rueda de prensa de Timmermans, quien ha evitado tomar partido y ha dicho que est¨¢ en manos de los Estados miembros decidir al respecto.
El list¨®n ambiental llega incluso a la vida personal de los pol¨ªticos comunitarios. En un momento en que la activista sueca Greta Thunberg evita tomar el avi¨®n para viajar por su impacto contaminante, Timmermans ha defendido el mayor uso del tren, eso s¨ª, sin sobrepasar ciertos l¨ªmites. "Me preguntaron si ir¨ªa en tren a Madrid. No lo hago porque en distancias de m¨¢s de 1.500 kil¨®metros pasar¨ªa m¨¢s tiempo en el tren que haciendo mi trabajo. No ser¨ªa una decisi¨®n racional".
El l¨ªder socialdem¨®crata cree que el avi¨®n tiene menos sentido para trayectos como el Bruselas-Par¨ªs, que no supera las dos horas, y ha lamentado la desaparici¨®n de muchos trenes nocturnos. Tambi¨¦n aludi¨® al cambio de cultura que vive la sociedad con un menor consumo de carne, la proliferaci¨®n de la bicicleta y la p¨¦rdida de importancia del coche. "No s¨¦ su caso, pero mis hijos ya no est¨¢n interesados en tener coche. Para mis abuelos tener un coche era imposible porque entre la gente de clase trabajadora un coche era cosa de ricos. Para mis padres, tener un coche indicaba que se hab¨ªa tenido ¨¦xito en la vida. Para m¨ª, un coche era algo bueno de tener. Para mis hijos es movilidad. Y eso va a cambiar la sociedad y cambiar¨¢ la industria del autom¨®vil", augur¨®.
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