Chavalas y chavales de 15 a?os que charlan de ¨¢tomos, c¨¦lulas y mitocondrias
La ovetense Luc¨ªa Aparicio gana una medalla en la olimpiada cient¨ªfica internacional celebrada en Qatar. Al equipo, de seis alumnos de 4? de la ESO, le cost¨® encontrar financiaci¨®n
Cuando dijeron Spain, todos nos pusimos de puntillas esperando a que anunciaran el ganador. Y de repente... ?dijeron mi nombre!". Mar¨ªa Luc¨ªa Aparicio, de 15 a?os, a¨²n se emociona al recordar el momento en el que le dieron una medalla de bronce en la XVI Olimpiada Cient¨ªfica Juvenil Internacional (IJSO, por sus siglas en ingl¨¦s), celebrada del 3 al 12 de diciembre en Doha (Qatar), en la que se evaluaron conocimientos en matem¨¢ticas, biolog¨ªa, f¨ªsica y qu¨ªmica. Aparicio formaba parte de la delegaci¨®n espa?ola, formada por tres estudiantes del IES Aramo de Oviedo, donde ella estudia, y tres del colegio Buen Pastor de Sevilla. Seis estudiantes de 4? de ESO que, en menos de un mes, absorbieron el temario equivalente al repertorio cient¨ªfico de 2? de Bachillerato y pusieron rumbo a Qatar, donde compitieron contra m¨¢s de 700 alumnos de 70 pa¨ªses. "En Espa?a hay muchos j¨®venes con talento e inter¨¦s por la ciencia", cuenta Zaida Fern¨¢ndez, profesora de biolog¨ªa del IES Aramo. "Ojal¨¢ lo pusi¨¦ramos en valor", a?ade.
Es la primera vez que Espa?a compite en la IJSO, aunque la dificultad para encontrar la financiaci¨®n casi lo impide. Fernando Castro Prado, matem¨¢tico y presidente de la asociaci¨®n Quintescience, que organiz¨® la selecci¨®n de los alumnos participantes, lamenta la falta de voluntad de apoyar la ciencia: "Yo tuve que ir con la gorra a varias instituciones auton¨®micas, delegaciones, fundaciones... Es muy frustrante buscar promotores y que te traten con un desd¨¦n impresionante, casi como si estuvieras pidiendo el dinero para ti".
La asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro a la que representa el cient¨ªfico gallego, de 24 a?os, comenz¨® siendo un grupo de unos 130 participantes de anteriores olimpiadas cient¨ªficas. Desde 2017 se unieron para "apoyar la divulgaci¨®n cient¨ªfica y motivar a los j¨®venes interesados en la ciencia". "Es una pena que en Espa?a alguien que quiera dedicarse a la ciencia tenga que replante¨¢rselo o emigrar", critica. El equipo del IES Aramo consigui¨® los casi 10.000 euros necesarios de cinco entidades: la Consejer¨ªa de educaci¨®n de Asturias, el Colegio de veterinarios asturiano, la Fundaci¨®n EDP, Media Interactiva y la colaboraci¨®n de un fil¨¢ntropo sueco.
"Quintescience fue imprescindible para que pudi¨¦ramos competir. Se han esforzado much¨ªsimo y dedicado demasiadas horas sin cobrar nada", cuenta la docente Fern¨¢ndez. Castro y otros 25 cient¨ªficos del colectivo se encargaron de hacer las pruebas de selecci¨®n de los j¨®venes espa?oles en nueve comunidades aut¨®nomas y de crear una plataforma online con el contenido de la Olimpiada que luego impartir¨ªan los profesores. "Tuvimos que adaptar ese temario tan avanzado en apenas tres semanas", explica. En el tiempo de los recreos y estirando los huecos libres entre las extraescolares, los asturianos encontraron la forma de prepararse para las tres fases en las que se dividi¨® el certamen, que combinaba pruebas te¨®ricas y pr¨¢cticas en ex¨¢menes de cuatro horas.
El matem¨¢tico destaca la paridad en las pruebas de selecci¨®n. En la fase nacional, de los casi mil seleccionados, la mitad eran ni?as. Y de los seis alumnos espa?oles que finalmente compitieron en Qatar, dos son chicas, las dos del IES Aramo. Fern¨¢ndez, quien lleva m¨¢s de 27 a?os en el mundo de la docencia en la ESO y Bachiller, nota que las inseguridades en las ni?as en el terreno cient¨ªfico empiezan m¨¢s tarde. "Cuando les propuse apuntarse al concurso hubo muchas que se animaron. Me da la sensaci¨®n de que estos complejos empiezan cuando son m¨¢s mayores, a partir de bachiller. Antes todas se sienten igual de capaces que ellos", comenta.?
No es la primera vez que Aparicio compite. Ha participado en otras dos olimpiadas: de qu¨ªmica y matem¨¢ticas. "Me imagino que me gusta tanto la ciencia en parte por mi madre, pero siempre me han gustado las mates y experimentar", cuenta la adolescente, que duda entre estudiar un grado en Inform¨¢tica o Qu¨ªmica. Su madre, Mar¨ªa Garc¨ªa, es ingeniera industrial y reconoce que se pens¨® mucho si dejarla ir a Qatar. "Nunca se hab¨ªa subido a un avi¨®n y menos sin nosotros, pero era una gran oportunidad. Era un equipo con muchas posibilidades de ganar", narra.?
Y para su profesora ganaron. "No pretendo quitarle m¨¦rito alguno a la medalla de Luc¨ªa, pero los tres han funcionado genial en equipo", asegura Fern¨¢ndez, quien considera que el secreto es la ilusi¨®n. La asturiana destaca la manera en la que se involucraron y lo f¨¢cil que es trabajar con gente con ganas. "Si a la gente joven la escuchas, te transmiten esa ilusi¨®n. Las ganas por aprender est¨¢n", insiste. "Y luego la comparten entre ellos. Fue una gozada verles relacion¨¢ndose con ni?os a los que le interesa la ciencia. No es muy com¨²n que hablen de los ¨¢tomos, las c¨¦lulas, la mitocondria, de la herencia gen¨¦tica...".?
Todos repetir¨ªan. Aunque Castro apostilla: "Las cosas se consiguen con apoyo institucional y econ¨®mico. Por mucho que estemos cuatro pelagatos rompi¨¦ndonos los cuernos, es luchar contra molinos. Para volver, necesitamos financiaci¨®n". Y Fern¨¢ndez se cuestiona:?"?C¨®mo vamos a abandonar al talento y el esfuerzo en nuestro pa¨ªs?¡±.?
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