¡°Nos hemos contagiado toda la familia por una negligencia¡±
La funcionaria Cristina G. relata la odisea que est¨¢n sufriendo tras contagiarse en el hospital de Txagorritxu al que acud¨ªan a visitar a su padre
Cristina G. sali¨® a la calle este martes, en Vitoria, despu¨¦s de 22 d¨ªas de aislamiento. Es la ¨²nica buena noticia que puede contar tras superar dos positivos consecutivos en SARS-CoV-2. Acaba de comprar el pan en un mundo muy diferente al que dej¨® cuando le comunicaron, a principios de marzo, que toda su familia estaba contagiada. Su padre ingres¨® en el hospital vitoriano de Txagorritxu el 17 de febrero con una hemorragia en el est¨®mago y ahora est¨¢ aislado con el coronavirus, tras sufrir una ¡°neumon¨ªa salvaje¡± la noche del 1 al 2 de marzo, en el hospital de Eibar, Gipuzkoa. Su madre dio positivo el 7 de marzo y est¨¢ aislada en su casa desde entonces, y su hermana ha vivido 20 d¨ªas muy duros con fiebre muy alta. Todos se han contagiado en la habitaci¨®n 731 a la que iban a visitar a su padre. ¡°Salgo al balc¨®n todos los d¨ªas a homenajear a los sanitarios por su esfuerzo, pero mi padre se contagi¨® en Txagorritxu por una decisi¨®n negligente, y despu¨¦s hemos ca¨ªdo toda la familia¡±, dice emocionada. El 29 de febrero trasladaron a su habitaci¨®n a un enfermo tratado por uno de los m¨¦dicos que 24 horas antes hab¨ªa dado positivo en el virus.
Solo ha pasado un mes, pero a este mujer, funcionaria foral de 53 a?os, le ha parecido una eternidad. A finales de febrero hab¨ªa dos positivos en ?lava, dos m¨¦dicos, y ahora son ya m¨¢s de 3.946 los infectados en Euskadi y 180 han fallecido. Solo en Vitoria hay m¨¢s de 325 hospitalizados, de los que 37 est¨¢n en la UCI. El aislamiento, los equipos de protecci¨®n y los geles y guantes que ahora son imprescindibles, no formaban parte de las rutinas, ni siquiera de los sanitarios. Un miembro del equipo de urgencias ha confirmado que el d¨ªa 29 de febrero, 24 horas despu¨¦s de los dos primeros positivos en el centro hospitalario, una de las directrices fue la de no utilizar, en general, las mascarillas, porque ¡°iban a generar alarma entre los usuarios del servicio¡±. ¡°Mi padre se tuvo que contagiar ese mismo d¨ªa 29¡±, relata la funcionaria, porque apenas 24 horas despu¨¦s de llevarle a su nuevo compa?ero comenzaron los problemas. El departamento de Salud del Gobierno vasco ha rehusado hacer comentarios: ¡°No podemos entrar a analizar casos particulares cuando tenemos 3.946 infectados¡±, han asegurado fuentes oficiales del departamento.
¡°Mercedes, unos gigantes me est¨¢n haciendo pruebas, aqu¨ª pasa algo raro¡±. Jes¨²s G, de 81 a?os de edad, el padre de Cristina, llam¨® a su mujer a las dos de la madrugada del 2 de marzo mientras sanitarios con trajes especiales que describi¨® como gigantes, le tomaban muestras. Ten¨ªa una fiebre muy alta y problemas para respirar cuando, solo unas horas antes, le hab¨ªan confirmado la fecha para intervenirle del tumor de est¨®mago: el 11 de marzo. Lo ¨²nico que hab¨ªa cambiado en la 731 era el ocupante de la otra cama el ¨²ltimo d¨ªa de febrero, el mismo d¨ªa que se hizo p¨²blico el contagio de dos m¨¦dicos internistas de la sexta planta. ¡°El nuevo compa?ero de mi padre subi¨® de la sexta planta¡±, lamenta.
¡°Ese d¨ªa comenzamos una aut¨¦ntica odisea¡±, recuerda. Todo se descontrol¨®. El enemigo estaba en el coraz¨®n del sistema sanitario y los directores del centro daban palos de ciego. La familia continu¨® con un r¨¦gimen de visitas normal, accediendo a la habitaci¨®n de Jes¨²s sin restricciones. El primer susto lleg¨® cuando sus temores comenzaron a hacerse realidad. El 2 de marzo se llevaron al compa?ero de habitaci¨®n. ¡°Nos dijeron que lo aislaban porque hab¨ªa sido tratado por uno de los m¨¦dicos contagiados¡±. Ya era tarde.
La familia de Jes¨²s sigui¨® visit¨¢ndole sin ninguna restricci¨®n hasta que el d¨ªa 3, pasadas 48 horas de la crisis respiratoria que le fue diagnosticada como una neumon¨ªa, lo aislaron con car¨¢cter de urgencia. Los facultativos les comunicaron que el origen de los problemas respiratorios, de las placas y de la fiebre alta se deb¨ªa a que hab¨ªa dado positivo en coronavirus; que se aplazaba la intervenci¨®n y que su situaci¨®n era grave. Tambi¨¦n les recomendaron que por precauci¨®n se pusieran en cuarentena. ¡°Quiero saber quien tom¨® la decisi¨®n de trasladar los enfermos de la sexta planta cuando ya se sab¨ªa que all¨ª hab¨ªa un foco. Voy a quejarme, de momento en el Servicio vasco de Salud, valorar¨¦ si voy al defensor del paciente y dios quiera que mi padre no se muera, pero si sucede lo denunciar¨¦ en el juzgado¡±, asegura la hija de Jes¨²s, reclamando una explicaci¨®n a la sanidad alavesa.
La indignaci¨®n se sum¨® pronto al miedo y a la soledad. El positivo de Jes¨²s y su aislamiento coincidi¨® en el tiempo con los primeros s¨ªntomas en las dos hijas, Cristina y Merche. Pasaron esa noche con fiebre y dolores musculares. El d¨ªa 4 llamaron cada una desde su casa al tel¨¦fono habilitado para comunicar las sospechas de contagio y el 5 de marzo, tras hacerles la prueba, les comunicaron que estaban contagiadas. ¡°Mi madre que tiene 78 a?os empez¨® con fiebre ese mismo d¨ªa 5, y el 7 le confirmaron que tambi¨¦n era positiva. No par¨¢bamos de llorar¡±, recuerda. Cada una encerrada en su casa y sin noticias de su padre.
En este mes en el que todo ha cambiado en sus vidas, el virus ha dejado un rastro diferente. Los especialistas de Txagorritxu aplicaron con Jes¨²s varios tratamientos experimentales, y el d¨ªa 20 de marzo lo trasladaron al gimnasio del hospital de Eibar donde ha estado hasta este jueves, que le subieron a planta, pero sigue aislado. Ya no tiene la ropa en una bolsa como en el gimnasio. La hermana mayor de Cristina, de 55 a?os, ha estado 20 d¨ªas con fiebre que no bajaba de 38 grados, con diarreas, dolores de cabeza y musculares, adem¨¢s de tos. Los m¨¦dicos la llamaban por tel¨¦fono. ¡°Ahora lleva dos o tres d¨ªas solo con unas d¨¦cimas¡±, y se encuentra mejor, describe Cristina. Ella misma pas¨® tres d¨ªas con 37,8 grados y dolores de cabeza y musculares. Es la ¨²nica de momento que tiene el alta despu¨¦s de dos an¨¢lisis positivos. A su madre, que tambi¨¦n ha tenido episodios de fiebre y cefaleas, espera que le den el alta en breve.
¡°Mi padre sigue aislado, no sabemos qu¨¦ tratamientos experimentales le han dado, o las posibilidades que tiene de salir adelante, si tiene neumon¨ªa o no. Gracias a una enfermera que le cuida podemos hablar con ¨¦l¡±, explica con la voz entrecortada. Jes¨²s ya no ve gigantes con trajes espaciales, pero su familia est¨¢ muy preocupada porque le cuesta mantener una conversaci¨®n m¨ªnimamente coherente. ¡°Voy a seguir aplaudiendo cada d¨ªa a los servicios sanitarios porque s¨¦ por lo que est¨¢n pasando, pero en cuanto tenga fuerzas voy a luchar para que quien dirige el sistema nos explique por qu¨¦ hemos enfermado en el sitio al que vamos a curarnos¡±, dice.
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