Historia de una buena noticia convertida en fiasco
El Gobierno ten¨ªa desde el s¨¢bado un informe de Infancia que planteaba permitir los paseos de una hora de los ni?os pero se instal¨® en una confusi¨®n que acab¨® convirtiendo algo positivo en un problema pol¨ªtico
A media tarde del martes, el desconcierto en el Gobierno era absoluto. ?C¨®mo se hab¨ªa convertido una medida positiva como dejar salir a los ni?os en un nuevo fiasco con una pol¨¦mica enorme? Los ministros no entend¨ªan lo que hab¨ªa pasado. En el Consejo de Ministros, concentrado en un decreto ¨®mnibus con decenas de medidas econ¨®micas que pretend¨ªan ser la estrella del d¨ªa, el asunto hab¨ªa ocupado muy poco tiempo. Fue Pablo Iglesias, el vicepresidente segundo, bajo cuyo mando est¨¢ la direcci¨®n general de infancia, el que sac¨® el asunto al final de la reuni¨®n. Pidi¨® algunas aclaraciones, porque el decreto de alarma, en el que ven¨ªa que los ni?os solo podr¨ªan salir para las tareas ya autorizadas para los padres -ir al quiosco, a la farmacia, al supermercado, al banco o incluso a trabajar- hab¨ªa tenido varias versiones y hab¨ªa llegado a los ministros muy tarde, en la madrugada del lunes.
Es algo que sucede ¨²ltimamente con mucha frecuencia, en un Gobierno con t¨¦cnicos y pol¨ªticos agotados despu¨¦s de seis semanas sin descanso y una enorme producci¨®n legislativa para hacer frente a la pandemia. Los textos llegan de madrugada o a primera hora, poco antes de que empiece el Consejo de Ministros, y no da tiempo ni a mirarlos bien. Fue Mar¨ªa Jes¨²s Montero la que le aclar¨® que esa era la f¨®rmula recomendada por los t¨¦cnicos y la que iba en el decreto, que sin embargo ten¨ªa una v¨ªa de escape: el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pod¨ªa adoptar las resoluciones que quiera en la desescalada en este y otros asuntos. La vicepresidenta tercera, Nadia Calvi?o, se mostr¨® sorprendida porque se permitiera ir al supermercado, donde es muy dif¨ªcil mantener la distancia con los ni?os, y no a tomar el aire en zonas m¨¢s tranquilas. S¨¢nchez zanj¨® el debate, que fue muy breve. Iglesias no discuti¨®.
El decreto no se toc¨®, pero estaba previsto tratar el asunto esa tarde, en una reuni¨®n de los t¨¦cnicos de la vicepresidencia segunda y los de Sanidad, para poder hacer una orden a finales de semana. Nadie supo ver en el Consejo de Ministros el esc¨¢ndalo que se les ven¨ªa encima. No fue ni mucho menos el asunto central de la reuni¨®n, seg¨²n varios ministros. Tampoco hubo una discusi¨®n real. Ni siquiera un poco de tensi¨®n. Varios se quedaron con la idea de que se resolver¨ªa con criterios t¨¦cnicos entre los equipos de Illa e Iglesias y no le dieron m¨¢s importancia.
Hay que ir un poco m¨¢s atr¨¢s para entender el recorrido de una medida que era una de las estrellas de esta semana y se ha convertido en un problema de imagen para el Ejecutivo por una nueva rectificaci¨®n en pocas horas. Algunos altos cargos lo comparan con lo que sucedi¨® cuando se incluy¨® en el primer decreto de alarma a las peluquer¨ªas como un comercio esencial. La reacci¨®n social fue tan fuerte que el Ejecutivo rectific¨® tambi¨¦n en pocas horas. Pero esta vez ha sido m¨¢s grave porque tocaba una cuesti¨®n central.
El asunto de los ni?os ven¨ªa coleando desde hace al menos dos semanas. Lo estudi¨® el comit¨¦ de expertos para el desescalamiento, que coordina Teresa Ribera. Pero no hab¨ªa decisiones tomadas. El s¨¢bado, la direcci¨®n general de Infancia traslad¨® a La Moncloa y Sanidad un informe detallado en el que hab¨ªa una propuesta clara: permitir a los ni?os dar paseos con uno de sus padres o la persona con la que convivan -es clave que no vaya alguien distinto a pasearlos, otro familiar por ejemplo, porque eso generar¨ªa riesgo de contagio- alrededor de sus casas, manteniendo la distancia, sin ir a parques, sin jugar con otros ni?os, por un m¨¢ximo de una hora. Se permit¨ªa en ese informe hasta tres hermanos juntos, pero siempre que fueran con un solo padre. No dec¨ªa nada de dejarles ir a los supermercados llenos de gente con sus padres. Al contrario, hablaba de espacios abiertos.
Ese informe, que se hab¨ªa redactado con la asesor¨ªa de t¨¦cnicos de Sanidad, se coment¨® el s¨¢bado de forma informal en la reuni¨®n t¨¦cnica habitual, con el presidente al frente, cuando se habl¨® de las salidas de los ni?os, aunque no se hizo un an¨¢lisis detallado. Parec¨ªa haber un consenso importante alrededor de la medida, pero no estaba cerrada. Lo que no estaba previsto es que lo anunciara S¨¢nchez el s¨¢bado, porque hab¨ªa a¨²n una semana de tiempo para rematarlo. Pero el presidente decidi¨® dar la buena noticia por la noche, y habl¨® de 12 a?os, la edad que ven¨ªa en el informe de Infancia, aunque luego Sanidad recomend¨® ampliarlo a 14. Todo parec¨ªa ir bien.
A partir de aqu¨ª, las cosas empiezan a tornarse m¨¢s confusas en el habitual secretismo de La Moncloa, que siempre toma sus decisiones de una forma opaca en la que nadie sabe bien qui¨¦n es el padre de las ideas ni mucho menos de los errores. En La Moncloa se decidi¨® que el asunto de los ni?os ten¨ªa que ir en el decreto de alarma. Pero la redacci¨®n no se trabaj¨® con Infancia. De hecho el informe no se tuvo en cuenta, porque el decreto dice casi lo contrario.
El decreto de alarma tiene cinco coproponentes: los cuatro ministerios de las autoridades delegadas -Sanidad, Interior, Transportes, Defensa- y el ministerio de Presidencia. Y la idea que manejaron ellos, y por eso hicieron as¨ª el decreto, es que en un primer momento los ni?os pudieran salir con los padres a hacer recados y m¨¢s adelante se pudiera abrir la mano para paseos. Mucho m¨¢s restrictivo pues que el informe de Infancia.
En la comisi¨®n de subsecretarios del lunes, presidida de forma telem¨¢tica por Carmen Calvo, se dijo que el decreto de alarma llevar¨ªa lo de los ni?os, pero fue una breve menci¨®n, no se analiz¨® a fondo el redactado, al contrario de lo que sucede otras veces. Nadie abri¨® una discusi¨®n t¨¦cnica sobre este asunto, enfrascados como estaban en el decreto ¨®mnibus con medidas econ¨®micas complejas. Tampoco ten¨ªan el texto, que iba a ir directamente al Consejo de Ministros. Lo llevaba ¡°en mano¡± el presidente, en la jerga administrativa. La versi¨®n final se envi¨® a los ministerios pasadas las doce de la noche del lunes al martes, con muy poco margen. A¨²n as¨ª, el consejo empez¨® tarde, pasadas las 10.30, y nadie dio la voz de alarma antes de que comenzara.
?Por qu¨¦ se meti¨® en el decreto el asunto de los ni?os en vez de dejarlo para que lo desarrollaran bien Sanidad e Infancia en una orden ministerial? Las fuentes consultadas se?alan que fue por la enorme presi¨®n social que hab¨ªa, que forzaba a meter el asunto en el Consejo de Ministros, aunque se hizo de tal manera que gener¨® a¨²n m¨¢s problemas. Lo cierto es que nadie a esas horas vio que este era un asunto conflictivo.
Los que estaban m¨¢s al tanto de la cuesti¨®n de los ni?os pensaron que lo importante no era el decreto, sino la orden que se iba a trabajar entre Illa e Iglesias. Pero lo que desat¨® la tormenta fue el decreto. Algunos miembros del Gobierno se?alan que lo importante del texto era que facultaba a Illa a tomar la decisi¨®n que quisiera con los ni?os y otras cuestiones que vendr¨¢n a partir de ahora. Pero lleg¨® la rueda de prensa, y el foco se puso en que las salidas se limitar¨ªan a ir con sus padres al supermercado, a la farmacia o al banco, y no en ese margen que ten¨ªa Illa. Mar¨ªa Jes¨²s Montero, la portavoz, detall¨® lo que ven¨ªa en el decreto, que era eso. Y lo explic¨® como si esa fuera la ¨²nica posibilidad cerrada. Incluso defendi¨® que los supermercados son lugares ¡°muy controlados¡±.
El esc¨¢ndalo que se arm¨® descoloc¨® a todos los ministros. Algunos de ellos creen que Sanidad se asust¨® en el ¨²ltimo momento y quiso limitar las salidas de los ni?os. Otros se?alan que ni siquiera fue eso, que hubo un error de coordinaci¨®n y lo que pas¨® fue que se retras¨® la medida de los paseos porque no estaba ultimada cuando hab¨ªa que haberla cerrado antes para evitar la confusi¨®n. El a?adido de la enorme sensibilidad social con este asunto y la tensi¨®n por las cinco semanas de encierro hizo el resto.
Durante toda la tarde, varios ministros trasladaron el mensaje a La Moncloa de que hab¨ªa que rectificar. Iglesias defend¨ªa el informe de Infancia que ten¨ªa desde el viernes con los paseos. Illa tambi¨¦n lo vio claro a media tarde. Y el presidente dio finalmente la orden despu¨¦s de cinco horas de pol¨¦mica. El primero en adelantarlo fue Pablo Echenique, portavoz parlamentario de Unidas Podemos, que ya sab¨ªa por Iglesias que la marcha atr¨¢s estaba decidida.
Finalmente hubo que improvisar una rueda de prensa para que Illa tratara de frenar la pol¨¦mica, y admitiera que habr¨¢ paseos, adelantando as¨ª la decisi¨®n. ¡°Este es un Gobierno que escucha¡±, dijo admitiendo el error, aunque neg¨® contra toda evidencia que fuera una rectificaci¨®n. La f¨®rmula a¨²n est¨¢ sin definir, aunque la base ser¨¢ con toda probabilidad el informe de Infancia que estaba terminado desde el viernes, y al que los redactores del decreto no hicieron caso, que permite las salidas de hasta tres ni?os con la persona con la que convivan a paseos cerca del domicilio de un m¨¢ximo de una hora.
Varios ministros consultados miran atr¨¢s y siguen sin entender c¨®mo el Ejecutivo se ha pegado un tiro en el pie tan evidente con la primera buena noticia sobre el confinamiento en un mes y medio. La forma de funcionar de La Moncloa, con un secretismo absoluto, se ve por muchos como uno de los grandes responsables de este y otros errores. Pero lo cierto es que en esta cuesti¨®n la culpa est¨¢ muy repartida, porque en el Consejo de Ministros hab¨ªa 23 personas, y nadie vio la que se les ven¨ªa encima con un decreto como el que estaban aprobando. Los m¨¢s optimistas conf¨ªan en que este fiasco sirva al menos para cambiar la forma de tomar las decisiones en las pr¨®ximas semanas, porque esta era solo la primera de una largu¨ªsima lista de medidas de desescalamiento, y habr¨¢ algunas mucho m¨¢s delicadas.
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