¡°Los pol¨ªticos est¨¢n locos, no saben lo que es ser ni?o y estar encerrado¡±
Soci¨®logos, psic¨®logos y pedagogos piden que se permita a los ni?os salir como en B¨¦lgica o Francia. Otros especialistas ven riesgos
Lucas, de 8 a?os, lleva la cuenta del encierro como un preso en Alcatraz. ¡°Son 12, bueno, 12 d¨ªas y medio sin pisar la calle. Menos mal que est¨¢ Harry Potter¡±, dice. Cuando el Gobierno anunci¨® el domingo una ampliaci¨®n de 15 d¨ªas del estado de alarma se llev¨® las manos a la cabeza: ¡°?Pero est¨¢n locos estos pol¨ªticos? No saben lo que es ser ni?o y estar encerrado un mes¡±.
La inquietud de Lucas es tambi¨¦n la de las familias de los m¨¢s de ocho millones de menores que no pueden salir de casa durante el estado de alarma. Aunque el pasado 17 de marzo, una modificaci¨®n del decreto les permiti¨®, al menos, acompa?ar a su madre o padre al supermercado en caso de quedarse solos en casa.
¡°Es curioso y sintom¨¢tico que en los discursos del presidente se ha mencionado m¨¢s a las mascotas que a los ni?os¡±, apunta C¨¦sar Rendueles, profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense. ¡°Son vulnerables y deber¨ªan recibir una atenci¨®n especial. Pero han desaparecido. Ni siquiera se est¨¢ planteando si esto es sostenible para ellos¡±, alerta.
Mientras las familias espa?olas se atrincheraban en sus casas, pa¨ªses como Francia y B¨¦lgica permit¨ªan que los ni?os salieran a la calle para pasear a pesar del aislamiento. ¡°Salidas indispensables para el equilibrio de la infancia en espacios abiertos en la proximidad del domicilio, manteniendo la distancia y evitando todo encuentro¡±, recoge el decreto franc¨¦s.
CULTURA ADULTOC?NTRICA
Rendueles cree que la diferencia de estos pa¨ªses con Espa?a a este respecto es que la nuestra es una cultura adultoc¨¦ntrica: ¡°A la pobreza en las pol¨ªticas de infancia se suma una sociedad donde los ni?os lo ¨²nico que pueden hacer es no molestar. Y a ello se une el clasismo de quienes deciden los decretos: no es lo mismo vivir en un piso interior de 40 metros cuadrados, caldo de cultivo de violencia y estr¨¦s, que en un chalet de 200 metros con jard¨ªn¡±.
Pero en la vicepresidencia de Asuntos Sociales explican que s¨ª se ha tenido en cuenta la vulnerabilidad de la infancia en esta situaci¨®n y que se ha planteado un debate de forma interna. ¡°Somos conscientes de que hay un derecho del ni?o y la ni?a al esparcimiento, pero estamos en una situaci¨®n muy extrema y se est¨¢n teniendo m¨¢s en cuenta sus derechos a la salud y a la protecci¨®n. Si se siguiera prolongando esta circunstancia nos plantear¨ªamos otra respuesta para colectivos con una especial necesidad. La prioridad ahora mismo es parar la transmisi¨®n. Porque si por ejemplo permitimos la salida de los ni?os menores de 4 a?os con un adulto ser¨ªan m¨¢s de dos millones de personas por la calle lo que supondr¨ªa una nueva situaci¨®n de riesgo que no podemos permitirnos¡±, explica un portavoz.
?Cu¨¢l es el riesgo real de que los ni?os salgan a la calle, de forma controlada? ?Qu¨¦ consecuencias podr¨ªa tener para ellos y sus familias un encierro prolongado?
El argumento m¨¢s repetido para justificar la clausura estricta es que pueden contagiar el virus. La microbi¨®loga Silvia Carlos, profesora del departamento de Medicina Preventiva y Salud P¨²blica de la Universidad de Navarra, explica que ¡°el riesgo est¨¢ en la socializaci¨®n, y es dif¨ªcil controlarla en ni?os. Tenerlos encerrados permite cortar la cadena de transmisi¨®n y nos hace conscientes del peligro¡±, explica por tel¨¦fono.
#CORONAINFANCIAS
La semana pasada una petici¨®n en la plataforma Change.org solicitaba flexibilidad en las restricciones para la movilidad de los ni?os, y en pocas horas lograron m¨¢s de 5.000 firmas y hoy son casi 8.000. Esta semana Twitter se ha poblado de mensajes de ni?os en los que explican c¨®mo viven el encierro con el hagstag #Coronainfancias. La autora del texto y la iniciativa, Heike Freire, es pedagoga y psic¨®loga. ¡°Se habla de las necesidades fisiol¨®gicas de los perros, pero no de las de los ni?os. Y para desarrollarse adecuadamente necesitan la vitamina D del sol, moverse, correr y jugar. Y si este encierro se prolonga, puede tener consecuencias para ellos¡±, denuncia.
En casa de Lucas y Ana, los decibelios aumentan con los d¨ªas. ¡°Esto es muy agobiante¡±, dice el ni?o ante la en¨¦sima bronca. Freire explica que la situaci¨®n ir¨¢ a peor. ¡°Es como una olla expr¨¦s. Y muchos ni?os ni siquiera tienen ventana, viven hacinados en pisos compartidos con varias familias o en situaciones de tensi¨®n muy extremas. Y existen maneras seguras de que salgan a la calle¡±.
Para la experta en microbiolog¨ªa de la Universidad de Navarra lo complicado es controlar cada movimiento de los ni?os en la calle. ¡°Ser¨ªa seguro si no se relacionan con m¨¢s gente, si no tocan el mobiliario urbano, o si van en patinete o bici, pero ?c¨®mo lo controlas?¡±, plantea. Rendueles apunta que ah¨ª hay una contradicci¨®n: ¡°Los cient¨ªficos consideran que las salidas controladas son aceptables, pero se presupone que los padres vamos a incumplir las normas. En cambio, a los paseantes de perros, o a los que van a la compra, no se les presupone esa culpabilidad¡±.
NO SER? DETERMINANTE
El neurobi¨®logo y catedr¨¢tico de la Universidad de Salamanca, Jos¨¦ Ram¨®n Alonso, explica que las carencias que va a provocar este confinamiento no van a condicionar el desarrollo de los menores: ¡°Para que tuviera consecuencias neuronales deber¨ªan pasar a?os. Les ocurri¨® a los M¨¦dici, pero pasaron su infancia encerrados en un palacio sin ver el sol, y cubiertos hasta las orejas¡±. Apunta a que el entorno familiar es el mejor para el desarrollo cerebral en un confinamiento. ¡°Tienen cari?o, est¨ªmulos y juego y es una oportunidad para estar en familia que siempre nos falta tiempo y podemos dedic¨¢rselo ahora. Es m¨¢s estresante para los adultos, que no bajan el ritmo, que para los ni?os. Si se les explica bien, lo asimilan sin problema¡±.
Pero esta escena buc¨®lica de madres y padres dedicados a contar cuentos y jugar con sus hijos dista bastante de lo que viven las familias, sobrepasadas por las tareas escolares y el teletrabajo. La psic¨®loga Beatriz Jan¨ªn, del Forum de Infancias de Madrid, reconoce que los niveles de estr¨¦s no nos permiten mantener la calma, la paciencia, ni las ganas de jugar con ellos. ¡°Los ni?os detectan los temores de los padres, y lo muestran estando muy demandantes, lloran sin motivo, se mueven sin parar, est¨¢n agresivos, enfadados y comen sin medida. Es su manera de decir que ellos tambi¨¦n lo sufren¡±, apunta. Y propone ¡°escucharlos, crear redes de adultos (virtuales), compartir con amigos lo que est¨¢ pasando, y que hablen con otros ni?os por tel¨¦fono o videoconferencia¡±.
El neurobi¨®logo recuerda que la situaci¨®n extrema actual requiere de medidas radicales. ¡°La amenaza de muerte es real, debemos ser responsables, y aprovechar para leer m¨¢s a nuestros hijos, jugar, y cambiar el chip y no tratar de trabajar como si no pasara nada. Y si la curva se aplana, se podr¨¢n relajar las medidas¡±. Y concluye: ¡°Saldremos de esta habiendo aprendido, pensado, y valorando m¨¢s el trabajo de nuestros maestros, que se pasan ocho horas al d¨ªa con nuestros hijos y a¨²n nos atrevemos a reprocharles su trabajo¡±.
Las personas con discapacidad s¨ª pueden salir
Tras decretarse el estado de alarma, varios colectivos de personas con discapacidad reclamaron que se permitiera que estas personas pudieran salir a la calle por motivos terap¨¦uticos. La vicepresidencia de Asuntos Sociales curs¨® entonces una petici¨®n al Ministerio del Interior para que se incluyera esta excepci¨®n, y as¨ª se plante¨® en la disposici¨®n adicional del 19 de marzo que contempla: ¡°Las personas con discapacidad, que tengan alteraciones conductuales, como por ejemplo personas con diagn¨®stico de espectro autista y conductas disruptivas, el cual se vea agravado por la situaci¨®n de confinamiento (...) pueden realizar los desplazamientos que sean necesarios, siempre y cuando se respeten las medidas necesarias para evitar el contagio¡±.
A¨²n as¨ª varias familias han reportado sanciones. Por eso, la plataforma Plena Inclusi¨®n recomienda solo ¡°las salidas imprescindibles que impliquen actividades de asistencia o cuidado en la v¨ªa p¨²blica y de car¨¢cter terap¨¦utico¡± y advierte de que esto no puede ser ¡°un salvoconducto para toda salida¡±. Y apunta adem¨¢s que debe ser ¡°durante el tiempo imprescindible, acompa?ados de una persona de apoyo, no se podr¨¢ entrar en contacto con otras personas para evitar el riesgo de transmisi¨®n, y se deber¨¢ presentar la documentaci¨®n acreditativa de la discapacidad y los informes sobre su situaci¨®n¡±.
Ser¨ªa el caso tambi¨¦n de los ni?os hiperactivos que el estado de confinamiento les puede agravar su estado de salud mental y tendr¨¢n las salidas permitidas. Pero siempre deben aportar el informe que garantice su diagn¨®stico.
Otro de los colectivos que preocupan en la vicepresidencia de Asuntos Sociales son los menores que puedan estar en riesgo de violencia intrafamiliar. ¡°En estos casos se est¨¢ haciendo un especial seguimiento v¨ªa telef¨®nica de tal modo que al menos haya alg¨²n tipo de contacto tanto con los menores como con sus familias¡±, concluy¨® un portavoz.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- El mapa del coronavirus: as¨ª crecen los casos d¨ªa a d¨ªa y pa¨ªs por pa¨ªs
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad
- En caso de tener s¨ªntomas, estos son los tel¨¦fonos que se han habilitado en cada comunidad
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.