La voraz deforestaci¨®n durante la pandemia dispara las alarmas de los ambientalistas en Colombia
Fundaciones y expertos denuncian que la quema de tierras durante los primeros cuatro meses de este a?o podr¨ªa ser superior a la de todo 2019
La voraz deforestaci¨®n en Colombia, uno de los pa¨ªses m¨¢s biodiversos del mundo, no se detiene. Ni siquiera en medio de la pandemia y las medidas de confinamiento para contener la propagaci¨®n del coronavirus. Por el contrario, los ambientalistas alertan de que las mafias y los acaparadores de tierras no se han sometido a la cuarentena decretada por el Gobierno de Iv¨¢n Duque, y aprovechan que todos los focos est¨¢n sobre la emergencia sanitaria para quemar la selva sin freno ni restricciones.
Esa es la principal causa del cambio clim¨¢tico en el pa¨ªs andino, donde los bosques naturales cubren casi 60 millones de hect¨¢reas. Luego de la firma del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, la deforestaci¨®n aument¨® de manera significativa en varias regiones, hasta alcanzar un pico de cerca de 220.000 hect¨¢reas en 2017. Sin embargo, con el apoyo de Alemania, Reino Unido y Noruega ¨Cel mayor cooperante ambiental de Colombia¨C, el Ejecutivo estableci¨® metas m¨¢s agresivas para reducir el fen¨®meno en la cumbre del clima de Madrid de finales del a?o pasado: hasta 100.000 hect¨¢reas o menos para el 2025, y 155.000 hect¨¢reas o menos para el 2022.
Colombia ya redujo las cifras totales de deforestaci¨®n en 2018, y los entendidos anticipan que esa tendencia se mantendr¨¢ cuando se conozcan pr¨®ximamente los n¨²meros para el a?o pasado. Pero el panorama dista de ser esperanzador. Hay un problema estructural con la velocidad de entrega de los datos, explica Rodrigo Botero, director de la Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n y el Desarrollo Sostenible (FCDS). ¡°Desafortunadamente, como el sistema es tan lento en su medici¨®n, vamos a estar recibiendo las se?ales de lo que pas¨® en el 2019 cuando en el 2020 estamos viendo este desborde¡±, se lamenta. Hay zonas que bien podr¨ªan presentar la mayor concentraci¨®n de destrucci¨®n de bosques de Am¨¦rica, se?ala. A falta de la informaci¨®n oficial del ministerio de Ambiente, sus c¨¢lculos apuntan a que la deforestaci¨®n para los primeros cuatro meses de este a?o podr¨ªa ser superior a la de todo el a?o pasado.
Este experto advierte que, adem¨¢s de las mediciones sobre las extensiones de bosques, ¡°las carreteras que est¨¢n abriendo frontera agropecuaria son una alerta temprana de lo que se puede venir para los pr¨®ximos a?os¡±. Botero suele estar montado en una avioneta para vigilar los agujeros en la selva. En su m¨¢s reciente sobrevuelo, que debido a la pandemia se remonta al 16 de marzo, observ¨® c¨®mo se est¨¢n construyendo carreteras a un ritmo acelerado, y enfatiza la relaci¨®n directa que existe entre estas v¨ªas ¨Ctanto legales como ilegales¨C y la deforestaci¨®n. En diferentes zonas de la Amazonia se han abierto m¨¢s de 280 kil¨®metros en lo que va del a?o.
A la espera de las cifras oficiales, se acumulan pistas que han generado alarma, entre ellas los puntos activos de calor que se suelen relacionar con incendios forestales y quemas de bosques. En marzo ¨Cel mismo mes en que se puso en marcha la cuarentena nacional para frenar el contagio de la covid-19¨C se registraron 12.958 puntos de calor en los departamentos amaz¨®nicos del sur de Colombia, que en el mismo periodo de 2019 fueron apenas 4.691, de acuerdo con el Instituto Sinchi.
Esos datos se suman a las denuncias sobre distintos grupos que est¨¢n aprovechando las medidas de confinamiento ¨Cen vigor hasta el pr¨®ximo 25 de mayo¨C para tumbar bosques y amenazar comunidades involucradas en programas ambientales. En varias regiones, las disidencias de las FARC que se apartaron del proceso de paz han distribuido panfletos amenazantes en los que rechazan los proyectos de cooperaci¨®n ambiental.
¡°El control de estas acciones delictivas es dif¨ªcil, ya que las autoridades ambientales tambi¨¦n est¨¢n cobijadas por el aislamiento preventivo obligatorio que rige desde el 25 de marzo en todo el territorio nacional¡±, y que se ha prolongado en varias ocasiones, advert¨ªa desde abril un an¨¢lisis de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz sobre los impactos de la covid-19. ¡°Al no poder estas contar con las excepciones que permiten el derecho a la circulaci¨®n, el Estado colombiano depende completamente de las Fuerzas Militares y de Polic¨ªa para controlar el fen¨®meno mientras dure la cuarentena¡±. En esas din¨¢micas participan disidencias, narcotraficantes y bandas criminales, pero tambi¨¦n sectores agroindustriales, como evidencia el avance de cultivos de eucalipto y palma. En muchas ocasiones, los gobiernos locales, por acci¨®n u omisi¨®n, permiten ese proceso de acaparamiento.
A finales de abril, la Procuradur¨ªa le pidi¨® en una carta al presidente Duque declarar la emergencia ecol¨®gica y clim¨¢tica para tomar medidas contra la deforestaci¨®n. ¡°Resulta urgente proteger nuestros bosques y su biodiversidad, que son el pilar fundamental que sostiene el bienestar de una naci¨®n y su desarrollo¡±, planteaba la misiva firmada por el procurador delegado para asuntos ambientales, Diego Fernando Trujillo. ¡°La deforestaci¨®n en este pa¨ªs tiene un ritmo exagerado con o sin pandemia¡±, ha asegurado el funcionario al alertar que los delincuentes pueden aprovechar que los militares est¨¢n dedicados a otras labores durante la crisis sanitaria. La pandemia tambi¨¦n hace temer recortes en el sector, justamente en momentos en que el Gobierno colombiano ha perdido control territorial en regiones de la Amazonia en las que las disidencias han expulsado de varias ¨¢reas protegidas al personal de Parques Nacionales Naturales (PNN).
¡°En este momento tan dif¨ªcil de aislamiento es esencial que se mantengan las inversiones en comunidades campesinas e ind¨ªgenas a trav¨¦s de mecanismos como Visi¨®n Amazon¨ªa. Eso no solo para que estas comunidades no pierdan sus ingresos, sino tambi¨¦n para prevenir mayor influencia por parte de los actores al margen de la ley a trav¨¦s de sus econom¨ªas ilegales y su control social¡±, se?ala Ole Reidar Bergum, consejero de clima y bosque de la embajada de Noruega, el principal cooperante de Colombia en el ¨¢mbito de protecci¨®n de bosques. ¡°Esperamos que el Gobierno logre mantener la tendencia de reducci¨®n en deforestaci¨®n, y por eso es importante que las autoridades muestren con actos y palabras que esto sigue siendo la prioridad en este nuevo contexto¡±, a?ade. Tambi¨¦n subraya la importancia de que la reactivaci¨®n econ¨®mica ¡°tenga un sello verde, por ejemplo a trav¨¦s de la aplicaci¨®n masiva de esquemas de pago por servicios ambientales y de contrataci¨®n de mano de obra rural para lograr la meta de sembrar 180 millones de ¨¢rboles durante este Gobierno¡±.
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