Toda Espa?a entra en estado de alivio
Regresan de forma desigual el comercio y otros servicios para los 14 millones de ciudadanos m¨¢s rezagados en la desescalada. El grueso del territorio avanza hacia la normalidad y cuatro islas estrenan fase 2
Catorce millones de madrile?os, catalanes y castellanoleoneses, los que viven en los territorios m¨¢s rezagados en la desescalada, experimentaron este lunes un peque?o alivio. Pese a sus par¨¢metros sanitarios, accedieron a la llamada fase 0,5 o intermedia y pudieron acercarse a las tiendas m¨¢s peque?as, que abrieron sus puertas sin necesidad de cita previa y con un aforo del 30%. La actividad se not¨® en Madrid en el tr¨¢fico y en las colas, a veces divididas por edades (los mayores de 65 a?os tienen un horario prioritario). Tambi¨¦n en la afluencia de curiosos. La nueva era comercial asom¨® con los aforos publicitados en la entrada y frascos de soluci¨®n hidroalcoh¨®lica. Los que levantaron el cierre quer¨ªan mostrar que la experiencia no entra?ar¨ªa peligro. En Barcelona el regreso de las compras se realiz¨® a dos velocidades. Los ejes comerciales de los distintos barrios abrieron al 80% frente a un panorama generalizado de persianas bajadas en la zona centro de la capital en ausencia de turistas.
En esta fase, en la que permanecen la Comunidad de Madrid, varias ¨¢reas sanitarias de Castilla y Le¨®n incluidas ¡ªtodas sus capitales de provincia¡ª y Barcelona y su ¨¢rea metropolitana, tambi¨¦n abrieron las iglesias (con un tercio de su capacidad y con las pilas de agua bendita vac¨ªas) y los velatorios pudieron acoger a m¨¢s de 10 personas. El BOE autoriza que las bibliotecas presten libros y que se pueda acudir a los museos, que en Madrid permanecieron cerrados.
Este lunes la Generalitat pidi¨® que Barcelona pase a la fase 1 el pr¨®ximo lunes y que varias zonas de Catalu?a avancen a la fase 2.
Mientras, el grueso del territorio comenzaba la semana ya en fase 1. En un d¨ªa soleado, Granada y M¨¢laga, las dos provincias andaluzas que a¨²n no hab¨ªan accedido, estrenaron t¨ªmidamente las terrazas, porque la mayor¨ªa de los bares y restaurantes siguieron cerrados. Muchos hosteleros granadinos respetaron la recomendaci¨®n de no abrir que la semana pasada emiti¨® su patronal. En M¨¢laga se volvieron a servir pitufos, los t¨ªpicos bollos de pan que se piden con el caf¨¦. Wilson Pineda disfrutaba del mar, el sol y su desayuno junto a sus dos hijos en el bar Al Sur. ¡°Ven¨ªamos siempre que pod¨ªamos y hoy, tras hacer la compra, quer¨ªamos empezar a tener algo de normalidad¡±, aseguraba. Caf¨¦ y pitufo mixto para ¨¦l y colacaos con pan y tomate para sus dos peque?os. La propietaria, Virginia Polo, instal¨® ocho mesas en la calle de Quitapenas de El Palo, ¡°menos de la mitad¡± de las que ten¨ªa antes.
Tres provincias manchegas (Toledo, Albacete y Ciudad Real) y toda la Comunidad Valenciana tambi¨¦n se incorporaron a esta fase, en la que se permiten las reuniones de hasta 10 personas, la apertura de tiendas peque?as sin cita previa, concesionarios e ITV (con cita). En total, 32 millones de espa?oles saborearon las nuevas medidas de alivio.
Siempre en la avanzadilla, cuatro islas inauguraron la fase 2, la que m¨¢s los aproxima a la normalidad. Los 161.000 habitantes de tres islas canarias (La Gomera, El Hierro y La Graciosa) y Formentera (en Baleares) ya pudieron ba?arse en la playa, comer dentro de un restaurante (al 40% del aforo), reunirse en grupos de hasta 15 personas, celebrar bodas o volver a hacer ejercicio en los gimnasios, algunas de las novedades de este periodo, adem¨¢s de la apertura de centros comerciales, cines y teatros.
Con informaci¨®n de Blanca C¨ªa, Javier Arroyo, Lolo Viejo, Luc¨ªa Franco y Nacho S¨¢nchez.
Madrid, en fase 0: Cuarentena de 48 horas para camisas y pantalones
Las tiendas reabren tras dos meses con gran incertidumbre. Con tan poca gente en la calle, ven dif¨ªcil su recuperaci¨®n
Muchos comercios que han estado cerrados casi dos meses por el estado de alarma comienzan a abrir sus persianas en las zonas que contin¨²an en la fase 0 intermedia, en la que siguen 14 millones de personas (6,6 en Madrid, 4,9 en Barcelona y el resto en Castilla y Le¨®n). Sin embargo, los clientes vuelven con cuentagotas. ¡°Todav¨ªa no hay gente en la calle y as¨ª es dif¨ªcil que el comercio repunte. Necesitamos que la gente salga a pasear sin miedo, y algunos no saben si se puede ir a las tiendas o no. Los compradores est¨¢n volviendo pero muy poco a poco¡±, explica Carlos Satr¨²stegui, propietario de Lester, una tienda de ropa masculina en el barrio de Salamanca donde venden desde trajes a calcetines, pasando por camisas y pantalones.
El Gobierno flexibiliz¨® el s¨¢bado las condiciones para la reapertura de establecimientos en fase 0, que hasta entonces solo pod¨ªan abrir con cita previa -siempre que tengan menos de 400 metros cuadrados- y ya pueden hacerlo sin este requisito, sin superar el 30% de aforo, respetando la distancia y con geles hidroalcoh¨®licos para los clientes. En las tiendas de ropa, el BOE exige que los probadores se puedan usar solo por una persona y se limpien luego y, en caso de que un cliente se pruebe una prenda que no adquiera, hay que higienizar la prenda antes de que puedan usarla otros clientes, algo que se aplica tambi¨¦n a la ropa devuelta.
Estas medidas se comprueban en Lester, que tiene unos 180 metros cuadrados. A la entrada hay una mesita con jab¨®n hidroalcoh¨®lico, mascarillas y guantes. ¡°Casi todo el mundo entra ya con mascarilla. El jab¨®n se lo damos a todos los clientes para que una vez que toquen algo dentro de la tienda tengan las manos desinfectadas y los guantes dan m¨¢s seguridad¡±, dice el propietario. ¡°Limpiamos la tienda dos veces al d¨ªa y cada vez que un cliente pasa al probador, se limpia. La ropa que se prueba la gente la pasamos por la vaporeta, con agua a muy alta temperatura, y luego la dejamos 48 horas en cuarentena¡±, a?ade.
Eduardo Zam¨¢cola, presidente de la Asociaci¨®n Empresarial del Comercio Textil y Complementos de la Comunidad de Madrid (Acotex), que aglutina a 800 empresas con 15.000 tiendas en el pa¨ªs, critica el exceso de celo con estas medidas para el sector. ¡°Quitemos el estigma de que la ropa contagia, puede haber m¨¢s contagio en los supermercados y no obligan a limpiar cada producto. Tampoco tiene sentido limitar los probadores a una persona, yo tengo tiendas de ropa de ni?o y ah¨ª suelen entrar los padres con los peque?os¡±. Zam¨¢cola tiene 80 tiendas de la marca Neck&Neck, pero tan solo ha abierto ocho de ellas en ciudades que ya est¨¢n en fase 1.
Carlos Moreno Figueroa, portavoz Confederaci¨®n Espa?ola del Comercio (CEC), que aglutina a unos 450.000 comerciantes en Espa?a, estima que ha abierto en torno al 70% de los comercios de zonas contin¨²an en fase 0. ¡°Y probablemente un 20% de los comercios de Espa?a no superen la situaci¨®n econ¨®mica por la ca¨ªda de ventas, que estar¨¢ entre el 30% y el 40% a final de a?o¡±. Moreno se?ala que el comercio se ha tenido que adaptar a esta situaci¨®n adquiriendo equipos de protecci¨®n para trabajadores y clientes, adem¨¢s de hacer controles sanitarios a los empleados para evitar riesgos. Adem¨¢s, muchas tiendas han optado por instalar mamparas para asegurar la distancia entre cliente y empleado a la hora de pagar.
Poco a poco, varias personas entran en la tienda de Satr¨²stegui. ¡°He venido a recoger una chaqueta que me hab¨ªa regalado mi mujer hace dos meses. Soy cliente habitual y estaba deseando volver¡±, explica Joaqu¨ªn Cort¨¦s, de 70 a?os, a quien han arreglado una chaqueta, regalo de su mujer. ¡°Hay que apoyar el comercio, es fundamental que siga abierto¡±, apunta por su parte Jaime ?lvarez, de 47 a?os, que se lleva varias prendas. ¡°Si en alg¨²n momento entran m¨¢s de 10 personas en la tienda cerraremos la puerta para evitar aglomeraciones, pero no estamos en ese punto¡±, se?ala el propietario, que ve el futuro con preocupaci¨®n: ¡°Este a?o no se salva seguro, la bajada de ventas ser¨¢ del 35% como m¨ªnimo. Todo pasar¨¢ pero creo que har¨¢ falta un a?o para volver a estar como antes¡±.
Texto de Miguel ?ngel Medina
Valencia, en fase 1: ¡°?Ya tocaba una paella frente al mar!¡±
Clientes m¨¢s distanciados en las terrazas de Valencia y menos proclives que anta?o a comer del mismo caldero
Comer una paella en alguno de los casi 40 restaurantes que forman el frente mar¨ªtimo del arroz en Valencia es una antigua tradici¨®n solo interrumpida por la pandemia. Tras dos meses de confinamiento, se vuelve a servir el plato t¨ªpico, con muchas prevenciones, en las terrazas que van a dar a las playas de las Arenas y de la Malva-rosa. En el primer d¨ªa en la ciudad m¨¢s poblada de Espa?a que ha avanzado a la fase 1 de desescalada no hay el estr¨¦pito de anta?o. No solo porque buena parte de los establecimientos permanecen cerrados, sino tambi¨¦n porque la gente se lo toma en serio y guarda su turno para entrar y tomar asiento en unas mesas separadas al menos dos metros.
Los clientes se limpian las manos con asiduidad. Esperan pacientes a que se desinfecte la mesa. Ya no se oyen los aplausos de asentimiento cuando sale el camarero para exhibir la paella. Ya no se comparten tantos platos. Se hace todo con m¨¢s distanciamiento, con un ruido m¨¢s amortiguado, si bien, conforme avanza la comida, el tono de las voces se va elevando, y los comensales, que antes se mostraban indiferentes entre s¨ª, acaban cantando al un¨ªsono el cumplea?os feliz a uno de ellos.
¡°S¨ª, pon que cumplo 30, eso est¨¢ bien¡±, dice Carlos, el celebrante. ¡°S¨ª, s¨ª, a m¨ª tambi¨¦n me conviene que lo pongas¡±, apostilla la madre mientras a su lado su hija r¨ªe. Los tres se han reencontrado en torno a una mesa dos meses despu¨¦s. Estaban separados, ahora se los nota emocionados. Ellos s¨ª que han compartido la paella (nombre de la sart¨¦n en que se cocina el popular plato) aunque han pedido fideu¨¤. Una excepci¨®n. ¡°La gente tiene muchas ganas y se muestra muy respetuosa con la nueva se?al¨ªtica. Lo tenemos todo reservado hasta el fin de semana. Ahora lo normal es servir los platos nosotros, a no ser que sea una familia que, entones, ponemos la paella en medio. El virus ha llegado para quedarse¡±, explica Jos¨¦ Miralles, propietario del establecimiento desde hace 25 a?os y presidente de los hosteleros de la Malva-rosa.
¡°?Ya tocaba comerse una paella frente al mar! Nosotros lo hac¨ªamos cada lunes, como hoy¡±, apunta Juanjo, sentado junto a Isabel. ¡°Hay que disfrutar de la vida cuando se pueda, si no, qu¨¦ sentido tiene. Nosotros decidimos que el primer d¨ªa fuera de casa comer¨ªamos aqu¨ª, frente al mar, como hac¨ªamos antes. Yo estoy con un ERTE en mi trabajo, en fin, a ver qu¨¦ pasa¡±, a?ade encogiendo los hombros. M¨¢s cerca del mar, se encuentran dos amigas, Carolina y Valeria, que est¨¢n preparando las oposiciones a la Polic¨ªa Nacional. Comen tambi¨¦n una paella de pollo y conejo, la valenciana, la tradicional, como se hab¨ªan conjurado desde hace tiempo. ¡°El arroz, el sol, la playa. Esto es un placer que como valencianas no pod¨ªamos perdernos¡±, dice Carolina.
Hay movimiento en la Malva-rosa, pero mucho menos que en la vida antes de la pandemia, aunque m¨¢s que en la vecina playa de Las Arenas. La mayor¨ªa de los m¨¢s de 30 establecimientos de este popular enclave tiene techumbre en sus terrazas y, por tanto, no se consideran como tales y no han podido abrir en la fase 1.
Texto de Ferr¨¢n Bono
Formentera, en fase 2: Sin turismo no hay normalidad
La principal expectativa de la isla es que las dem¨¢s avancen en la desescalada para poder recibir visitantes
Formentera se sigue desconfinando paulatinamente, por delante del resto del archipi¨¦lago y con una prudencia que es lo que les ha permitido a los formenteranos tener una incidencia baj¨ªsima de la covid-19. Tambi¨¦n sigue habiendo confusi¨®n acerca de qu¨¦ supone la nueva fase, la 2. Como sucedi¨® con la 1, las instrucciones y, sobre todo, de qu¨¦ manera se aplican a la vida cotidiana contin¨²an siendo motivo de debate e interpretaci¨®n. ¡°Ahora ya est¨¢ claro por lo menos que podemos ba?arnos¡±, explica con un suspiro audible al otro lado del tel¨¦fono Joan Mari Tur que tuvo que ver c¨®mo alg¨²n avispado no residente de la isla se pudo dar un ba?o en fase 1 y ¨¦l no lo consigui¨® porque la fugaz ventana de libertad se cerr¨® el mismo d¨ªa.
Ahora s¨ª. Joan pensaba ir en seguida, este lunes, a la m¨ªtica zona de Illetes y sus aguas turquesas con Dol?a, una perra que ha adoptado y que ha podido arribarle desde Ibiza. Se dar¨¢ un ba?o mientras ella corre por las playas, que han permanecido cerradas durante todo el confinamiento. Poco m¨¢s. ¡°Esto es un proceso y vamos pasito a pasito¡±.
Los habitantes de Formentera observan los cambios con prevenci¨®n y cierta suspicacia. La mayor¨ªa de los formenteranos han interiorizado que es preciso ir con mucho cuidado y despacio. ¡°Fase 2, pues bien, aunque hay gente que empieza a ir a bares, yo desde luego todav¨ªa no pienso hacerlo¡±, contin¨²a Joan.
Ya han abierto, con restricciones, lugares de restauraci¨®n. Se ve m¨¢s movimiento de gente, sobre todo personas que trabajan poniendo a punto bares, restaurantes, comercios y alojamientos en previsi¨®n de que se pueda abrir la isla al turismo. Mientras tanto, mucha gente cree que no tiene sentido iniciar todav¨ªa una actividad para la que no hay clientes. ¡°Hay expectativas, sobre todo si se abre la posibilidad de que vengan de las otras islas, lo que podr¨ªa ocurrir este fin de semana ya¡±, reflexiona Karina, del hostal Illes Pitiuses de Sant Ferran. ¡°Hasta que no pasen de fase los dem¨¢s¡¡±.
Aunque la incertidumbre acerca de la temporada planea sombr¨ªamente sobre la soleada Formentera, hay quienes piensan que es un privilegio tener la isla as¨ª y que ¡°se est¨¢ de cine¡±. Para Mart¨ª Mayans, que tampoco se ha ba?ado a¨²n, la libertad de movimiento de la fase 1 ha normalizado mucho la vida en la isla.
Texto de Jacinto Ant¨®n
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