El muy lento y minoritario regreso a las aulas en Francia
A las clases de la escuela Infantil Chanteloup, al sur de Par¨ªs, han vuelto seis de sus 101 alumnos. Son los pioneros de la lenta y minoritaria reapertura escolar en Francia
Al principio los ni?os se sent¨ªan raros. El aula hab¨ªa cambiado: ahora hab¨ªa cinta adhesiva en el suelo que separaba el territorio de un ni?o y de otro. Cada uno deb¨ªa quedarse en su rinc¨®n. Los compa?eros de siempre no estaban, eran tres en clase. La maestra iba enmascarada. ¡°Las mascarillas son impresionantes para un ni?o. Significan que hay un peligro. Todo esto da miedo¡±, dice Fanny Mallard, una de las maestras de la escuela infantil Chanteloup de Moissy-Cramayel, un municipio de 17.000 habitantes al sur de Par¨ªs.
Las escuelas se han convertido en el campo de pruebas de la desescalada en Francia, despu¨¦s de dos meses de confinamiento para frenar la epidemia de coronavirus. No se trata de retomar los programas escolares, ni recuperar el tiempo perdido, sino de retomar el contacto y dar los primeros pasos en el aprendizaje de un nuevo mundo. Los peque?os son la vanguardia: los pioneros.
El Gobierno franc¨¦s considera que la educaci¨®n es la clave de b¨®veda de la primera fase de la desescalada, que empez¨® el 11 de mayo. El argumento es social: el riesgo de que dos meses sin salir agravasen, para los m¨¢s desfavorecidos, la exclusi¨®n y las desigualdades. Hay otro motivo: sin escuela, los padres no pueden ir a trabajar y la econom¨ªa dif¨ªcilmente se pondr¨ªa en marcha De ah¨ª que el presidente Emmanuel Macron desoyese en abril la recomendaci¨®n del Consejo Cient¨ªfico, favorable a mantener cerradas las escuelas hasta septiembre. Y que decretase la apertura de los centros de manera voluntaria y progresiva.
¡°Cuando los padres me preguntan qu¨¦ hacer, yo les explico c¨®mo nos organizamos para que tengan toda la informaci¨®n y puedan decidir¡±, dice Caroline Chatelot, la directora de la escuela infantil Chanteloup. De los 101 alumnos del centro, han vuelto seis. La escuela ¡ªun edificio nuevo y luminoso en un apacible pueblo de clase media en los confines del Gran Par¨ªs¡ª tiene estos d¨ªas un aire fantasmal. Los toboganes y otros juegos est¨¢n sellados. Las aulas, vac¨ªas. En los pasillos reina el silencio.
¡°Cada ni?o tiene su casita¡±, dice Chatelot mientras ense?a una de las aulas. La ¡°casita¡± es un espacio delimitado por un banco, un armario y una mesa en el que el alumno ¡ªen Chanteloup, entre tres y seis a?os¡ª trabaja y juega durante el horario lectivo de seis horas.
¡°Habr¨¢ que hacer rotaciones, no habr¨¢ otra opci¨®n"
Cuando el Gobierno franc¨¦s decidi¨® reabrir las escuelas, dio prioridad a la infantil y la primaria, los primeros en retomar los cursos. En la semana del 18, lleg¨® el turno en buena parte del pa¨ªs de las escuelas intermedias o coll¨¨ges, donde los alumnos tienen entre 11 y 14 a?os. A partir del 2 junio, cuando arranca la segunda fase de la desescalada, abrir¨¢n los institutos.
El balance oficial se?ala que se han reabierto 40.000 escuelas infantiles y primarias, un 80% del total. Han ido a clase 1,3 millones de alumnos, un 20%, adem¨¢s de 200.000 profesores, un 55%. Cien escuelas han cerrado al detectarse un caso entre el personal o los alumnos, o en el municipio. El pretendido regreso de los alumnos m¨¢s desfavorecidos ¡ªlos que durante la clausura desconectaron del sistema escolar¡ª no es f¨¢cil. ¡°Querr¨ªamos que ciertos ni?os fuesen a la escuela y no lo logramos¡±, ha admitido el ministro de Educaci¨®n, Jean-Michel Blanquer.
En Chanteloup, ning¨²n alumno ha desconectado durante el confinamiento. Todo est¨¢ milimetrado aqu¨ª, cada alumno tiene un lavabo propio y un triciclo, lo que permite evitar una proximidad excesiva en el patio. El aula vieja ¡ªla que abandonaron en marzo, con sus mesas, sus dibujos en el muro, sus juguetes¡ª parece congelada. ¡°Si quieren un juguete, se lo traemos y despu¨¦s lo lavamos¡±, dice la directora.
El d¨ªa que el ritmo habitual regrese queja lejos. ?Y qu¨¦ ocurrir¨¢ en septiembre? ?C¨®mo se organizar¨¢n las aulas para guardar las distancias seguras? ¡°Es el gran interrogante¡±, responde la maestra Magali Levoir. ¡°Habr¨¢ que hacer rotaciones, no habr¨¢ otra opci¨®n", apunta en a biblioteca de la escuela Hanane Moughamir, inspectora del Ministerio de Educaci¨®n responsable de Moissy-Cramayel. "Quiz¨¢ acogiendo medias clases, uno de cada dos d¨ªas. O quiz¨¢ los ni?os vendr¨¢n dos d¨ªas por semana y otros dos d¨ªas har¨¢n clases a distancia¡±. Como despu¨¦s de los atentados o de cat¨¢strofes naturales, la escuela educa para la seguridad. ¡°Cuanto antes se aprenda a protegerse ante cualquier situaci¨®n, mejor se construir¨¢ el ciudadano ilustrado del ma?ana¡±, dice Moughamir.
En la clase de Madame Levoir, Jordan, de 4 a?os, escribe la palabra escargot: caracol. A unos metros, Nassim, de 5, construye un cohete de legos. Thais, de la misma edad, juega con dinosaurios de pl¨¢stico. ¡°Todo es individualizado¡±, dice la maestra. Cada uno en su ¡®casita¡¯, a lo suyo. Son las 15.00, hora de recreo. Los ni?os se ponen en fila, un metro el uno del otro, ante la pila para levarse las manos. Met¨®dicamente, sin prisas. Jordan, Nassim, Thais han integrado los gestos, los tienen bien aprendidos. Los guardar¨¢n toda la vida.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en Espa?a y en cada autonom¨ªa
- Buscador: La desescalada por municipios
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad
- Pinche aqu¨ª para suscribirse a la newsletter diaria sobre la pandemia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.