Jordi Garc¨ªa-Soler, los empe?os de un periodista
El compromiso y la pasi¨®n por lo que le importaba marcaron su labor profesional
¡°?Se puede ser catal¨¢n en Espa?a y no morir en el intento?¡± se preguntaba el periodista Jordi Garc¨ªa-Soler en un art¨ªculo de 2005 publicado en este diario. Tras a?os de pesimismo, su respuesta entonces era positiva. Ve¨ªa una oportunidad en los gobiernos de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Pasqual Maragall. ¡°Si no somos capaces de aprovechar¡±, escrib¨ªa, ¡°esta oportunidad hist¨®rica (...) nos vamos a quedar de nuevo encerrados con un solo juguete¡±. A pesar de todo lo que vino despu¨¦s, o precisamente por ello, en 2014 persist¨ªa en esta idea. Fue uno de los promotores de la asociaci¨®n Tercera V¨ªa, cuyo manifiesto proclamaba la necesidad de un di¨¢logo que superara los ¡°radicalismos de unos y el inmovilismo de otros¡±. Garc¨ªa-Soler falleci¨® este pasado 31 de mayo sosteniendo el mismo empe?o.
Ha sido una vida (73 a?os) de compromiso y apasionamiento por las cosas que le importaban. El t¨ªtulo de uno de sus libros, Cr¨°nica apassionada de la Nova Can?¨® (1996), lo refleja. En abril de 2007, cuando el Parlament otorg¨® su medalla de oro a Els Setze Jutges, para recordar el 45 aniversario de su fundaci¨®n, Garc¨ªa-Soler escrib¨ªa lamentando el injusto olvido institucional que padeci¨® con creciente intensidad esta apuesta que apoy¨® como periodista, por oficio y por vocaci¨®n. En 2009 insist¨ªa en advertir, desde la Revista d¡¯Igualada, de que una lengua sin canci¨®n est¨¢ condenada a la extinci¨®n o a la conversi¨®n en una lengua fosilizada.
Pero su trayectoria period¨ªstica no se explica ¨²nicamente como experto en la nova can?¨® y otras expresiones de la m¨²sica popular. En 1975, como enviado especial de Diario de Barcelona, por ejemplo, vivi¨® de forma intensa y con ilusi¨®n creciente, como ¨¦l mismo escribi¨®, las primeras elecciones democr¨¢ticas celebradas en Portugal tras la ca¨ªda de la dictadura fascista. Tambi¨¦n es autor, otro ejemplo bien distinto, de una biograf¨ªa sobre el que fue vicepresidente del Bar?a, Nicolau Casaus.
Pol¨ªticamente, ayud¨® a la evoluci¨®n del Moviment Socialista de Catalunya hacia la fundaci¨®n del PSC, junto a su amigo y l¨ªder del partido Joan Revent¨®s. Como militante del PSC cre¨® el departamento de comunicaci¨®n, del que se responsabiliz¨® hasta 1982. En representaci¨®n de este partido fue elegido miembro del Consejo de Administraci¨®n de la Corporaci¨®n Catalana de Radio y Televisi¨®n (1983-1996). Defensor de que los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos mantengan el empe?o por la veracidad y reflejen la pluralidad de la sociedad a la que sirven, su paso por el consejo no estuvo exento de pol¨¦mica. En 1992, critic¨® el programa L¡¯orquestra de Catalunya R¨¤dio por una emisi¨®n dedicada a las supuestas torturas a los detenidos en la Operaci¨®n Garz¨®n. El programa cay¨® fulminado de la parrilla.
La lista de cabeceras, tanto de prensa escrita como audiovisual, en los que trabaj¨® como periodista o colabor¨® en espacios de opini¨®n es notable. Desde Serra d¡¯Or o Cuadernos para el di¨¢logo a El Correo Catal¨¢n o Tele/eXpres. El lunes 1 de junio, El Plural, medio digital en el que ahora escrib¨ªa, publicaba su art¨ªculo p¨®stumo.
Uno de los espacios que persiste en el recuerdo de sus oyentes es Converses amb que emiti¨® Catalunya R¨¤dio. Eran conversaciones reposadas que se presentaban sin solemnidad, por el placer de la charla. En 2016, la direcci¨®n de la emisora cancel¨® vergonzosamente el programa alegando su coste econ¨®mico ¨Cque algunas informaciones de entonces fijaron en 350 euros por programa-.
Esta semana, algunos tertulianos de distintos territorios ideol¨®gicos que participaron con ¨¦l en diferentes emisiones han recordado la convicci¨®n con que defend¨ªa sus tesis, pero tambi¨¦n la cordialidad y respeto hacia el otro con que lo hac¨ªa. Persona de intereses poli¨¦dricos ¨Cmis dos ¨²ltimos encuentros casuales con ¨¦l fueron en teatros ¨C, Garc¨ªa-Soler se ajusta a la principal condici¨®n que pon¨ªa Ryszard Kapu?ci¨½ski para ser periodista: ser buena persona, en el sentido de ser capaz de escuchar al otro.
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