Por qu¨¦ M¨¦xico ha salido casi indemne de este sismo y el efecto galleta
La fuerza con la que rompen y se quiebran las placas tect¨®nicas as¨ª como el suelo que encuentran a su paso las ondas expansivas explican la virulencia de los temblores
Pruebe a partir con la mano una galleta casera, crujiente, desigual. Fragmentos horneados se desprender¨¢n en varias direcciones o quiz¨¢ en una sola. De igual forma se comportan los terremotos, como el que este martes sacudi¨® M¨¦xico con epicentro en el sure?o Estado de Oaxaca, y esa es la raz¨®n de que se sientan a kil¨®metros de all¨ª, de forma caprichosa. Algunos emiten ondas por todos lados, como los rayos del sol en un dibujo infantil. Otros concentran su intensidad en una sola direcci¨®n. Este ¨²ltimo, que ha causado la muerte de siete personas, fue multidireccional y se sinti¨® en varios Estados.
Muchos se han preguntado, sin embargo, por qu¨¦ si la intensidad era tan alta, de 7,5, la Ciudad de M¨¦xico, por poner un ejemplo, se vio apenas afectada. Ten¨ªan en mente el ¨²ltimo temblor, de septiembre de 2017 cuando la capital cont¨® m¨¢s de 90 muertos, la cifra m¨¢s alta en todo el pa¨ªs. La raz¨®n primera es la distancia. Aquel tuvo su origen en Morelos, a unos 100 kil¨®metros. Mucho m¨¢s cercano que este ¨²ltimo, a 500, por tanto, las ondas expansivas llegaron con mayor fuerza destructiva. Influyen, adem¨¢s, otros factores, sobre todo el suelo que encuentran las ondas s¨ªsmicas en su trayecto, de distinta consistencia, forma, elasticidad, lo que las llevar¨¢ m¨¢s lejos o las detendr¨¢ antes y modificar¨¢ su poder da?ino. Y esto sirve para todo el pa¨ªs. Incluido Oaxaca, que a pesar del ser el centro del temblor no ha tenido que lamentar el enorme desastre que se present¨ªa.
Para explicar las variables consecuencias del golpe, otros mencionan el ¨¢ngulo en que chocan las placas tect¨®nicas. ¡°Eso es materia de estudio, conocer si hay un ¨¢ngulo concreto que determine la expansi¨®n de las ondas hacia un lado u otro¡±, dice la jefa del Servicio Sismol¨®gico Nacional, Xyoli P¨¦rez Campos, doctora en Geof¨ªsica. As¨ª pues, que el temblor se sienta en Puebla o en Guerrero depende por ¨²ltimo del efecto galleta, algo arbitrario. D¨®nde y c¨®mo rompen al chocar las placas tect¨®nicas. ¡°Para nosotros es arbitrario, quiz¨¢ para la naturaleza no. Que las ondas se extiendan en todas las direcciones o quiz¨¢ en una sola tiene que ver con las condiciones del material, la ruptura del choque no es homog¨¦nea¡±, explica P¨¦rez Campo.
La bola del mundo tiene un n¨²cleo central a alt¨ªsima temperatura que va perdiendo calor a medida que se alcanza la superficie terrestre. Manuel Mena, ge¨®logo, ya jubilado, del Instituto Geogr¨¢fico de la UNAM, explica que ¡°esas diferencias t¨¦rmicas son el motor de las placas tect¨®nicas, que se deslizan constantemente unas bajo las otras, las oce¨¢nicas y las terrestres¡±, hasta que un d¨ªa el mecanismo da un traspi¨¦s y chocan entre s¨ª. Con suerte, los servicios s¨ªsmicos lo detectar¨¢n y sonar¨¢n las alertas, como ocurri¨® este martes: todo el mundo esper¨® en la calle el enfado de la naturaleza. Cuando los fen¨®menos naturales se desmadran, uno tiende a refugiarse en casa, aunque no sea lo m¨¢s conveniente. En M¨¦xico ya saben que hay que salir puertas afuera cuanto antes, con coronavirus o sin ¨¦l. Y esa exposici¨®n vulnerable en la calle es caracter¨ªstica de los terremotos: la ciudadan¨ªa parece autoinmolarse en el centro de la nada, en los medios de la plaza de toros, a merced, en este caso, de la naturaleza. No hay un burladero para los temblores.
M¨¦xico est¨¢ entre los 10 pa¨ªses con m¨¢s frecuencia de terremotos. El campe¨®n, para su desgracia, es Chile, donde se registr¨®, en 1960, el m¨¢s intenso del que se tiene noticia: 9,5 de intensidad. Nueve o m¨¢s de nueve es sobresaliente y eso lo pueden contar tambi¨¦n Jap¨®n o Sumatra, entre otros. Pero si alguien piensa que 10 es el l¨ªmite se equivoca. ¡°Esto es una escala logar¨ªtmica, tambi¨¦n los hay de -1 o -2. La ¨²nica limitaci¨®n es f¨ªsica, es decir, la magnitud del terremoto est¨¢ relacionada con el tama?o de la falla que rompe. Es dif¨ªcil imaginar algo m¨¢s all¨¢ de 9,5¡±, dice la doctora P¨¦rez Campos. Pero el registro mundial tiene apenas 120 a?os y eso es apenas un aleteo de mariposa en la dimensi¨®n geol¨®gica. ¡°Un 10 no parece probable¡±, tranquiliza la jefa del Sismol¨®gico mexicano.
Pero igual o mayor a 7 en la escala de intensidad ya es una cifra notable. Este a?o, el mundo ha sufrido ya cinco de esa magnitud. ¡°El promedio suele ser el mismo cada a?o desde que se tienen datos¡±. Bueno, una cosa que no var¨ªa con el cambio clim¨¢tico. Que se sepa.
Si un sismo de epicentro en M¨¦xico puede notarse donde no han o¨ªdo hablar la lengua de Octavio Paz, ?cabe imaginar uno de magnitud 20? A esta barbaridad de ciencia ficci¨®n responde P¨¦rez Campos: ¡°No har¨ªa falta tanto, porque los saltos se cuentan de 32 en 32 en liberaci¨®n de energ¨ªa, con un 10 ya ser¨ªa una brutalidad¡±. Y ya puestos, ?podr¨ªa darse alguno que abriese la Tierra como una granada? ¡°No se puede afectar al globo entero¡±. Si sirve para tranquilizar, ah¨ª queda.
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