La cuarentena infinita de Buenos Aires
El ¨¦xito contra la pandemia tiene para los argentinos un alto coste econ¨®mico y psicol¨®gico
Buenos Aires lleva m¨¢s de tres meses, 98 d¨ªas, en cuarentena. Ahora, hasta el 17 de julio, se someter¨¢ a un confinamiento a¨²n m¨¢s estricto. Nadie espera una relajaci¨®n apreciable al menos hasta septiembre. Ser¨¢n, en el mejor de los casos, seis meses. Gracias a esa disciplina, las cifras de fallecimientos por coronavirus (1.167 hasta el viernes) figuran entre las m¨¢s bajas de Latinoam¨¦rica. Pero todo lo dem¨¢s est¨¢ en una situaci¨®n cr¨ªtica: la econom¨ªa se hunde, muchos ciudadanos sufren depresi¨®n y ansiedad y decenas de miles de comercios van cerrando sus puertas para siempre. Empresarios y psic¨®logos dicen que la falta de horizonte causa da?os grav¨ªsimos.
En Argentina, la pandemia azota sobre todo a la ciudad de Buenos Aires y su enorme conurbano. Ah¨ª, donde se concentra la mitad de la producci¨®n econ¨®mica, se concentran tambi¨¦n la gran mayor¨ªa de los contagios. La situaci¨®n sanitaria se acerca a su punto cr¨ªtico. Ante el riesgo de que los hospitales lleguen al colapso en agosto, el presidente Alberto Fern¨¢ndez pide ¡°un ¨²ltimo esfuerzo¡± y reconoce que la cuarentena, iniciada casi al mismo tiempo que en Espa?a o Francia, resulta agotadora.
La psiquiatra Elsa Wolfberg cree que la ¡°extenuaci¨®n emocional¡± por el encierro forzado se agrava de forma sustancial por la incertidumbre econ¨®mica. Mientras dure la emergencia estar¨¢n prohibidos los despidos. Luego llegar¨¢n en masa. ¡°Hasta hace no mucho admiraba la cooperaci¨®n colectiva en el cumplimiento de la cuarentena¡±, dice Wolfberg, ¡°pero ya no, porque estamos viendo c¨®mo el pa¨ªs se cae, asistimos a una especie de suicidio nacional, y la gente teme menos a la enfermedad porque la mortalidad es baja, ahora teme m¨¢s las consecuencias de la paralizaci¨®n¡±.
Uno de los temores del presidente, del gobernador de la provincia de Buenos Aires y del jefe de gobierno de la ciudad se centra en el riesgo de rebeli¨®n social. La disciplina decae. Seg¨²n un sondeo de la Universidad de Buenos Aires, 27 de cada cien argentinos dicen no soportar ni un d¨ªa m¨¢s de cuarentena. Aunque el apoyo al encierro sigue siendo mayoritario, un poco por encima del 50%, quienes han dejado de percibir ingresos, o ven c¨®mo se hunde su negocio, muestran cuadros generalizados de depresi¨®n y ansiedad. ¡°Es muy dif¨ªcil tolerar tanta incertidumbre¡±, dice la psiquiatra Elsa Wolfberg. En un pa¨ªs adicto al psicoan¨¢lisis, el n¨²mero de consultas, por tel¨¦fono o videollamada, no deja de aumentar desde el 20 de marzo, fecha de inicio del confinamiento.
Todos los indicadores macroecon¨®micos est¨¢n en rojo. Argentina negocia con sus acreedores pero no consigue por ahora salir de la suspensi¨®n de pagos (default) en su deuda soberana. El FMI pronostica que la producci¨®n caer¨¢ un 9,9% en 2020, lo que se acumular¨¢ a una recesi¨®n que dura ya tres a?os. El desempleo afecta a 2,1 millones de personas. La inflaci¨®n se mantiene por encima del 45% anual. Se prev¨¦n nuevas devaluaciones. El presidente Alberto Fern¨¢ndez dijo el jueves que ¡°en no mucho tiempo, la econom¨ªa volver¨¢ a funcionar a pleno¡±. ?Cu¨¢nto tiempo? No se sabe.
¡°El gran problema es ese, la falta de horizonte, la inc¨®gnita sobre cu¨¢nto durar¨¢ esto¡±, explica Carlos Guti¨¦rrez, nacido en Le¨®n (Espa?a), que empez¨® a trabajar en La Biela en 1966, a¨²n adolescente, y hoy dirige el negocio. La Biela, fundada a mediados del siglo XIX como La Veredita, frente al cementerio de la Recoleta, es uno de los caf¨¦s m¨¢s c¨¦lebres de Buenos Aires. Ah¨ª ten¨ªan mesa fija Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Genera una cierta angustia el vac¨ªo de un local con 400 asientos que sol¨ªa estar siempre lleno. ¡°Tenemos 54 empleados y gracias a que somos propietarios del local creo que podremos sobrevivir¡±, explica Guti¨¦rrez, ¡°pero necesitamos que nos den alguna esperanza, alguna expectativa¡±.
El gerente de La Biela subraya que los negocios gastron¨®micos son muy caros de mantener. ¡°Para muchos, no tiene sentido seguir pagando sueldos y alquileres y seguir endeud¨¢ndose sin saber cu¨¢l es el l¨ªmite¡±, dice. Calcula que en Buenos Aires cerrar¨¢n para siempre el 25% de los caf¨¦s y restaurantes, unos 2.000 establecimientos.
Durante unos d¨ªas se rumore¨® que una de las v¨ªctimas del confinamiento ser¨ªa la m¨ªtica pizzer¨ªa G¨¹errin, en la Avenida Corrientes, pero su propietario, un gran grupo de restauraci¨®n, asegur¨® que volver¨ªa a abrir en cuanto fuera posible. Las zonas comerciales de Buenos Aires, en torno a Corrientes o la calle Florida, son las m¨¢s da?adas por la cuarentena y la falta de turistas. Palermo Soho y Puerto Madero, las zonas donde la vida nocturna registraba la m¨¢xima animaci¨®n, se ha convertido en desiertos y asisten a un continuo goteo de cierres definitivos. El paisaje urbano de la capital saldr¨¢ de la cuarentena, el d¨ªa que se salga, mucho m¨¢s gris.
Los ni?os figuran entre los m¨¢s afectados por la situaci¨®n. Muchos de ellos temen salir a la calle, donde las personas circulan con el rostro cubierto por la mascarilla. ¡°Esto les dejar¨¢ secuelas, pero no s¨¦ cu¨¢les. Hay quien habla de traumas. Yo prefiero no ir tan lejos por ahora¡±, explica el psic¨®logo Sebasti¨¢n Sequeira, especializado en la infancia. ¡°Para los m¨¢s j¨®venes es muy importante la regularidad y ahora todo es irregular, la cuarentena ha dejado de parecer transitoria¡±, se?ala. ¡°Los adolescentes pueden comunicarse virtualmente con sus amigos, pero a los ni?os peque?os eso no les sirve, necesitan contacto f¨ªsico, juego, peleas¡±, a?ade Sequeira.
¡°Los padres, aunque no quieran, transmiten angustia, y todos los problemas familiares se magnifican¡±, seg¨²n el psic¨®logo. Las circunstancias socioecon¨®micas, por supuesto, influyen. Pero el encierro ha agravado los casos de violencia dom¨¦stica (en promedio, una mujer argentina muere asesinada por su pareja cada 33 horas) y un estudio de la Universidad de Buenos Aires indica un agravamiento en los casos de alcoholismo, tabaquismo y automedicaci¨®n. ¡°Esta medida de protecci¨®n de la salud p¨²blica¡±, se?ala Sequeira, en referencia a la cuarentena, ¡°est¨¢ perjudicando la salud mental¡±.
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