La negociaci¨®n de Argentina con sus acreedores encalla en el ¨²ltimo tramo

Las negociaciones del gobierno argentino con sus acreedores parecen haber llegado a un punto muerto. El principal grupo de bonistas, encabezado por BlackRock, habla incluso de ¡°fracaso¡±. Las posiciones se hab¨ªan aproximado en las ¨²ltimas semanas y ambas partes pronosticaban un acuerdo inminente, pero el mi¨¦rcoles algo se torci¨®. El presidente Alberto Fern¨¢ndez dijo que no entend¨ªa la ¡°dureza¡± de los acreedores y prometi¨® mostrarse ¡°inflexible¡± en la defensa de los intereses argentinos. Los acreedores, por su parte, expresaron su perplejidad por la negativa gubernamental a aceptar sus ¨²ltimas propuestas ¡°sensatas y sostenibles¡±. Lo ¨²nico seguro en este momento es que el proceso de di¨¢logo para reestructurar la deuda soberana experimentar¨¢ una nueva pr¨®rroga.

Los principales tenedores de bonos argentinos formaron tres grupos. El Gobierno argentino afirma que el principal problema para cerrar un acuerdo es la falta de entendimiento entre esos tres grupos. Los acreedores, sin embargo, aseguran que no hay divergencias sustanciales entre ellos y que es el gobierno quien ha pisado el freno cuando las diferencias eran m¨ªnimas. Seg¨²n un c¨¢lculo de Ad Hoc, el mayor grupo de bonistas, al que pertenece BlackRock (el mayor inversor del mundo), solo un 0,3% del Producto Interior Bruto anual (poco m¨¢s de mil millones de d¨®lares) separa las posiciones del deudor y los acreedores. Seg¨²n otro de los grupos, Exchange Bondholders, la falta de un acuerdo le cuesta a Argentina 11 millones de d¨®lares diarios en intereses. ¡°No entendemos por qu¨¦ el gobierno no da el ¨²ltimo paso¡±, dijo un inversor no integrado en ninguno de los tres grandes grupos.

Argentina ya cay¨® en default, o incumplimiento de pagos en su deuda soberana, el pasado 22 de mayo, cuando no satisfizo un vencimiento por 503 millones de d¨®lares. En realidad, se encontraba en una situaci¨®n definible como default virtual desde finales del mandato del anterior presidente, Mauricio Macri: la brutal devaluaci¨®n y el desplome de los mercados registrados en agosto de 2019 hicieron evidente que, tras casi tres a?os en recesi¨®n, el pa¨ªs no pod¨ªa devolver su deuda en los plazos previstos.

En cuanto Alberto Fern¨¢ndez lleg¨® en diciembre a la Casa Rosada encarg¨® a su joven ministro de Econom¨ªa, Mart¨ªn Guzm¨¢n, que organizara una negociaci¨®n r¨¢pida para reestructurar la deuda. Esa negociaci¨®n comenz¨® en marzo y deb¨ªa durar un mes. Ahora, Fern¨¢ndez repite que la ¨²ltima reestructuraci¨®n de este tipo, la de 2005, dur¨® un a?o, y sugiere que no hay prisa para cerrar un acuerdo.

Aunque algunos analistas admiten que el frenazo en la negociaci¨®n les resulta incomprensible, casi todos consideran que se trata de una escenificaci¨®n. Ambas partes estar¨ªan mostr¨¢ndose intransigentes en el ¨²ltimo tramo para ara?ar alguna ventaja. Pero hay riesgos. Para Argentina, seguir sin acceso a los mercados internacionales de cr¨¦dito cuando la pandemia ha destrozado su ya fr¨¢gil econom¨ªa y cuando el dinero se presta casi sin inter¨¦s tendr¨ªa efectos muy nocivos. Para los acreedores, dar un portazo, recurrir a los tribunales neoyorquinos (como dice estar sopesando BlackRock) y fiar la resoluci¨®n del problema a la sentencia de un juez podr¨ªa resultar contraproducente.