Los anillos de 15.000 ¨¢rboles revelan las sequ¨ªas de 600 a?os en Sudam¨¦rica
Una investigaci¨®n revela que los eventos clim¨¢ticos extremos se han multiplicado desde la d¨¦cada de los sesenta
Cuando hay sequ¨ªa, los ¨¢rboles concentran todas sus energ¨ªas en sobrevivir. Sin agua, no crecen y eso se refleja en los anillos que forman su tronco a?o a a?o. Los c¨ªrculos conc¨¦ntricos casi se superponen en los per¨ªodos dif¨ªciles, mientras que en condiciones ¨®ptimas se engrosan. El an¨¢lisis de los bosques realizado en el primer Atlas de sequ¨ªas de Sudam¨¦rica (SADA, en sus siglas en ingl¨¦s) muestra que desde 1400 hasta la actualidad nunca hab¨ªan crecido tan poco, una nueva voz de alarma sobre los efectos del cambio clim¨¢tico en la naturaleza.
¡°Desde la d¨¦cada del sesenta, los eventos hidroclim¨¢ticos extremos est¨¢n aumentando en el tiempo. Antes era uno cada 20 a?os, ahora aproximadamente cada 10 a?os hay una sequ¨ªa extrema¡±, afirma Mariano Morales, director del proyecto en el que participaron cient¨ªficos de Argentina, Chile, Bolivia, Estados Unidos, Francia e Inglaterra. ¡°El atlas por s¨ª solo no proporciona evidencia sobre cu¨¢nto de los cambios observados se deben a los efectos provocados por las actividades humanas, pero s¨ª sabemos que hay una asociaci¨®n estrecha. Las emisiones de gases de efecto invernadero est¨¢n provocando mayores eventos extremos y podemos predecir que va a seguir en el tiempo¡±, agrega el investigador del Laboratorio de Dendrocronolog¨ªa del Instituto Argentino de Nivolog¨ªa, Glaciolog¨ªa y Ciencias Ambientales (Ianigla).
El atlas recopila datos de m¨¢s de 15.000 ¨¢rboles de doce especies diferentes ubicados en unos 300 bosques a los dos lados de la cordillera de los Andes, desde el sur de Per¨² hasta Tierra del Fuego, en el extremo sur del continente sudamericano. Las especies elegidas tienen en com¨²n una alta sensibilidad a los cambios hidroclim¨¢ticos y su gran longevidad, en ocasiones superior a los mil a?os, como en el caso del alerce y el cipr¨¦s de la cordillera.
Los dendrocron¨®logos llegan a los bosques e introducen una barrena en el tronco de los ¨¢rboles elegidos para extraer una muestra. En ella analizar¨¢n los anillos de crecimiento, que les permitir¨¢ mirar hacia atr¨¢s y reconstruir su historia. La distancia entre los anillos refleja cambios anuales en la humedad del suelo y el estudio muestra que se correlacionan con las sequ¨ªas e inundaciones registradas al inicio del periodo colonial espa?ol y con las mediciones instrumentales actuales. El proyecto, fruto de a?os de colaboraci¨®n, se suma a los atlas ya existentes en Am¨¦rica del Norte, Asia, Europa, Nueva Zelanda y Australia para entender las consecuencias negativas de las sequ¨ªas en el pasado y la incidencia cada vez m¨¢s documentada de los seres humanos en el calentamiento global.
Clima e historia
¡°El atlas proporciona evidencia de que los a?os de la rebeli¨®n de Tupac Catari y Tupac Amaru en 1780-81 estuvieron precedidos por casi una d¨¦cada de sequ¨ªa persistente y la consiguiente escasez potencial de alimentos en toda la regi¨®n del Altiplano¡±, describe Morales. En el otro extremo est¨¢n, por ejemplo, las inundaciones del r¨ªo Paran¨¢ a mitad del siglo XVII, que destruyeron casi la mitad de de Santa Fe y obligaron a relocalizar esta ciudad, hoy capital de la provincia hom¨®nima ¡°Cuando vemos en el Atlas de sequ¨ªas el a?o 1651, vemos que las condiciones fueron extremadamente h¨²medas en toda la regi¨®n de la cuenca del Plata y zona pampeana, consistente con los datos hist¨®ricos¡±, detalla.
M¨¢s cerca en el tiempo, los bosques andinos quedaron marcados por la gran sequ¨ªa de 1968, que tuvo un gran impacto en Chile: la producci¨®n agr¨ªcola se desplom¨® un 65% y el ganado del pa¨ªs se redujo a casi la mitad. La ausencia severa de precipitaciones se ha repetido desde entonces en 1976-77, 1996-97, 2007-2008 y desde 2010 hasta 2019.
La combinaci¨®n del atlas sudamericano con el de Australia y Nueva Zelanda permite conocer m¨¢s sobre la evoluci¨®n clim¨¢tica del Hemisferio Sur, menos estudiada que la del Norte, y los cambios en las precipitaciones vinculados a la circulaci¨®n atmosf¨¦rica. Cuando coinciden eventos como El Ni?o o La Ni?a con circulaci¨®n de vientos en latitudes medias a 40 y 50 grados producen sequ¨ªas o condiciones h¨²medas muy extendidas en todo el territorio.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, seg¨²n el investigador del Ianigla, la disminuci¨®n de ozono ha hecho que el cintur¨®n de vientos del oeste que rodea la Ant¨¢rtida se desplace hacia la periferia y que esos vientos cargados de humedad no entren al continente sudamericano, lo que ha provocado menos lluvias en el oeste de la Patagonia y que los ¨¢rboles sufran esa sequ¨ªa y crezcan menos.
¡°Sudam¨¦rica tiene una gran vulnerabilidad a los eventos clim¨¢ticos extremos¡±, advierte Morales, quien cree que el atlas deber¨ªa saltar el cerco de la comunidad cient¨ªfica e interesar tambi¨¦n a los responsables de elaborar pol¨ªticas sobre el impacto social, econ¨®mico y ambiental del cambio clim¨¢tico. Los investigadores trabajan ya en una segunda versi¨®n, que incluir¨¢ cronolog¨ªas de ¨¢rboles de Per¨², Brasil y Colombia.
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