Madrid impone medidas m¨¢s laxas que autonom¨ªas con menos casos
Los epidemi¨®logos coinciden en que la comunidad llega tarde a la limitaci¨®n de la vida social para contener el virus y abogan por restricciones m¨¢s f¨¦rreas y m¨¢s rastreo
La experiencia dice que incluso una transmisi¨®n del coronavirus como la de Madrid ¡ªcon m¨¢s de 473 casos por cada 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas¡ª se puede controlar sin medidas draconianas. Con algunas limitaciones sociales, atenci¨®n primaria, rastreos y responsabilidad ciudadana. Lo consigui¨® Arag¨®n, que lleg¨® a acumular en agosto 573 casos por 100.000 habitantes y este viernes puso fin a las restricciones, tras bajar a 287. La experiencia tambi¨¦n dice que esas medidas funcionaron tom¨¢ndose con mucha m¨¢s antelaci¨®n.
Madrid ha anunciado el viernes restricciones de reuniones sociales a 10 personas, limitaciones de aforos en eventos como bodas y velatorios y mayor distancia de separaci¨®n de las mesas en locales de hosteler¨ªa. Se podr¨ªa equiparar a algo similar a lo que era la fase 2; algo que en Arag¨®n se hizo cuando todav¨ªa estaba con la mitad de incidencia del virus de la que tiene ahora la comunidad que preside Isabel D¨ªaz Ayuso.
Los expertos en salud p¨²blica, prevenci¨®n y epidemiolog¨ªa consultados por este peri¨®dico coinciden: Madrid llega tarde. Deber¨ªa haber impuesto estas restricciones antes y, como ya es imposible, ahora deber¨ªan ser m¨¢s duras. Y no se trata de un problema local: como gran centro de comunicaciones del pa¨ªs, su contenci¨®n (o no) de la epidemia repercute en toda Espa?a. ¡°Se est¨¢n quedando bastante cortos, deber¨ªan volver a algo parecido a lo que era la fase 1¡±, resume Daniel L¨®pez Acu?a, exdirector de emergencias de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
La mayor¨ªa de las comunidades han aplicado limitaciones al ocio, a las reuniones y los aforos, con una incidencia del virus mucho menor que la de Madrid ahora. M¨¢s all¨¢ del paquete de actuaciones conjunto que todas las autonom¨ªas acordaron con el Ministerio de Sanidad el pasado 14 de agosto ¡ªque inclu¨ªa la prohibici¨®n de fumar o el cierre de discotecas en todo el territorio¡ª, los Gobiernos regionales con m¨¢s casos est¨¢n dando pasos adelante.
Todav¨ªa con las medidas anunciadas el viernes, con casi un tercio de todos los casos de Espa?a y con la mayor tasa de contagios, Madrid va por detr¨¢s de otras con menor propagaci¨®n. Y no es cuesti¨®n de ideolog¨ªas. Murcia, tambi¨¦n gobernada por el Partido Popular y una incidencia de 166 casos por 100.000 habitantes en 14 d¨ªas (por debajo de la media de Espa?a, que es 216) es la m¨¢s estricta: lleva todo el verano con el ocio nocturno cerrado y el pasado 24 de agosto limit¨® las reuniones sociales a seis personas. Este viernes a?adi¨® m¨¢s: el aforo m¨¢ximo para los eventos multitudinarios qued¨® reducido a 100 personas y suprimi¨® el servicio en barra y en ventana en la hosteler¨ªa en toda la comunidad aut¨®noma. Madrid solo lo ha reducido a un 50%.
Siguiendo la comparaci¨®n con Arag¨®n, el retroceso a esa especie de fase 2 lo hizo en Zaragoza el 24 de julio, con una incidencia acumulada de 237 casos. En Madrid ese es el nivel que hab¨ªa el 17 de agosto: las medidas se han tomado casi tres semanas despu¨¦s. Juan Jos¨¦ Badiola, director del Centro de Encefalopat¨ªas y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza, explica el ¨¦xito de Arag¨®n gracias a dos pilares fundamentales: una gran capacidad de rastreo y la ¡°prontitud¡± con la que se tomaron las acciones. Ninguna de las dos parece cumplirlas Madrid, que est¨¢ a la cola de Espa?a en rastreadores por habitante, aunque ha vuelto a anunciar la contrataci¨®n de un millar. La comunidad ha prometido en varias ocasiones la incorporaci¨®n de profesionales que nunca se llegaron a incorporar.
Algo que sorprendi¨® en Arag¨®n, precisa Badiola, es la tardanza en funcionar de las medidas. ¡°Pens¨¢bamos que a principios de agosto ya estar¨ªan remitiendo los casos¡±, reconoce. Sin embargo, el crecimiento sigui¨® y la incidencia no comenz¨® a decrecer hasta mediados de ese mes. Como si de un tren en marcha se tratara, a la epidemia le cuesta m¨¢s tiempo frenar cuanto m¨¢s extendida est¨¢. Si las t¨ªmidas medidas que adopta ahora Madrid funcionan, es probable que no se note hasta dentro de unas semanas.
Pero lo cierto es que no hay una ciencia exacta. No est¨¢ claro cu¨¢les son las medidas que funcionan y no todos los territorios tienen las mismas caracter¨ªsticas. Como recuerda Fernando Rodr¨ªguez-Artalejo, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, reducir las reuniones a 10 personas se puede intuir como eficaz, pero no est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto lo es m¨¢s que a 15. Ni que 6 sea mucho mejor. Son limitaciones dictadas por el sentido com¨²n que se aplican en paquetes, en una especie de prueba y error. Tambi¨¦n es muy distinta la distribuci¨®n poblacional de Madrid, su concentraci¨®n de ciudadanos y su movilidad, que la de Arag¨®n o Extremadura.
Pero lo que s¨ª est¨¢n haciendo la mayor¨ªa de las comunidades, en estos experimentos para tratar de contener el virus, son medidas espec¨ªficas destinadas a zonas concretas de su territorio, all¨¢ donde la epidemia m¨¢s crece. Castilla y Le¨®n impuso una vuelta a algo similar a lo que fue la fase 1 en Valladolid y Salamanca. Castilla-La Mancha tiene dos capitales con medidas especiales (Toledo y Ciudad Real) y un buen n¨²mero de localidades menores; siempre que la incidencia supere los 100 casos por 100.000 habitantes restringen a 10 personas las reuniones sociales, por ejemplo. Adem¨¢s, ha decretado confinamiento perimetral en Bola?os de Calatrava. Esto ha sucedido tambi¨¦n en Santo?a, en Cantabria, entre otros lugares. La Xunta de Galicia tambi¨¦n va adaptando las restricciones a los casos: en Lugo hay incluso limitaciones concretas por barrios. En Baleares, el pr¨®ximo lunes el Gobierno facultar¨¢ mediante un decreto a la Consejer¨ªa de Salud a que aplique medidas en barrios o municipios con mayor incidencia de casos. Se baraja un toque de queda que proh¨ªba las salidas nocturnas, la reducci¨®n del m¨¢ximo de miembros en encuentros familiares y sociales a cinco personas y la reducci¨®n de aforos en tiendas y establecimientos.
Las medidas que impone la Comunidad de Madrid, por el contrario, son uniformes en todo el territorio. No hay diferencia entre pueblos de la sierra sin apenas casos y barrios de la capital cuya incidencia se aproxima al millar de casos por 100.000 habitantes. La Comunidad se limit¨® a aconsejar a los vecinos de los barrios m¨¢s afectados que no salieran de sus casas si no era imprescindible
En opini¨®n de L¨®pez Acu?a, Madrid deber¨ªa tomar medidas m¨¢s contundentes, sobre todo en estas zonas. ¡°Se deber¨ªan hacer confinamientos perimetrales selectivos y cribados masivos de PCR. En la Rioja hicimos [Acu?a asesor¨® al Gobierno regional] un cribado perimetral en el municipio de Alfaro, que ten¨ªa una incidencia muy alta. En un fin de semana hicimos 5.000 PCR, que detectaron a 200 asintom¨¢ticos para aislarlos. De otra manera estar¨ªan por la calle. En un solo momento se puede interrumpir de forma importante la transmisi¨®n¡±, ejemplifica.
Una vez que se ¡°ha llegado tarde¡±, especialmente a los rastreos, como tambi¨¦n subraya Rafael M. Ort¨ª Lucas, presidente de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene queda, en su opini¨®n, ¡°prevenir la tercera ola, la de los colegios¡±. ¡°Las medidas cl¨¢sicas de higiene y distanciamiento no requieren ampliarse. Solo cumplirse, por lo que la clave es la responsabilidad individual. Habr¨ªa que acompa?ar la campa?a de comunicaci¨®n con una mejora de la educaci¨®n sanitaria, dotar a los centros escolares de educadores en salud que pudieran agilizar las actuaciones ante cualquier caso detectado y que coordinar¨¢n acciones con los centros de atenci¨®n sanitaria¡±, subraya.
Con informaci¨®n de Virginia Vadillo y Luc¨ªa Boh¨®rquez.
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