¡°No tienen la decencia de explicarme c¨®mo una persona que ha abusado de un menor no va a la c¨¢rcel¡±
El padre del joven agredido en el colegio vasco Gaztelueta estudia seguir su batalla judicial. Cree que la rebaja de la pena de c¨¢rcel al profesor pederasta puede disuadir a otros de denunciar
El amor por su hijo parece ser el ¨²nico motivo que empuja a Juan Cuatrecasas (Bilbao, 1965) a continuar luchando en los tribunales y en los medios contra el abusador de su hijo, Jos¨¦ Mar¨ªa Mart¨ªnez, y el colegio del Opus Dei de Gaztelueta (en Leioa, Bizkaia), lugar donde ocurrieron los hechos y que contin¨²a sin reconocer la culpabilidad del docente. Se siente cansado y maltratado tras una d¨¦cada de batallas por dar a conocer la verdad de su caso, y que han estado m¨¢s cargadas de varapalos que de triunfos. El ¨²ltimo ha venido de la mano del Tribunal Supremo, cuando a comienzos de mes rebaj¨® la pena de 11 a dos a?os de c¨¢rcel que la Audiencia Provincial de Bizkaia impuso en noviembre de 2018 a Mart¨ªnez, lo que implica que no entrar¨¢ en prisi¨®n. La raz¨®n: el alto tribunal afirma que, a pesar de que hay pruebas suficientes que demuestran que el docente abus¨® del menor entre 2008 y 2010, la Audiencia de Bizkaia no respet¨® su presunci¨®n de inocencia al no haber probado suficientemente dos episodios relevantes, aquellos que le inculpaban de agresi¨®n sexual y que, seg¨²n el magistrado, la v¨ªctima incorpor¨® a su relato seis a?os despu¨¦s de haber sucedido, en 2015. De este modo, la nueva sentencia solo condena a Mart¨ªnez por un delito de abusos sexuales continuados, lo que explica la decisi¨®n del Supremo de rebajar la pena. Una decisi¨®n que parecer haber hundido de nuevo a la familia Cuatrecasas en unas arenas movedizas de impotencia de las que cre¨ªan haber salido.
¡°Las v¨ªctimas cuentan lo que han padecido cuando pueden y no cuando quieren. Es algo que la mayor¨ªa de expertos en abusos han demostrado con estudios. Adem¨¢s, mi hijo ha dado un triste r¨¦cord de credibilidad para el equipo forense del juzgado de casi el 100% y el Supremo no pone en duda que Mart¨ªnez abus¨® de ¨¦l. ?A qu¨¦ est¨¢n jugando? No lo entiendo y no tienen la decencia de explicarme c¨®mo una persona que ha abusado de un menor no vaya a la c¨¢rcel y que no se le haya inhabilitado para estar en contacto con ni?os. Es inaguantable¡±, cuenta Cuatrecasas en¨¦rgicamente en una entrevista telef¨®nica con este diario. El magistrado del Supremo, Manuel Marchena, justifica su decisi¨®n de la siguiente manera: ¡°Asumir como propia la credibilidad del testimonio de la v¨ªctima por lo que dictaminan los expertos de la acusaci¨®n supone declinar a su favor el proceso de valoraci¨®n probatoria¡±. "No basta la mera convicci¨®n de que aquello tuvo que haber pasado para sustentar una condena que asciende a 11 a?os de privaci¨®n de libertad¡±, dictamina Marchena.
Han pasado varios d¨ªas desde la publicaci¨®n del fallo y Cuatrecasas se encuentra abatido por la situaci¨®n. Su familia lleva varios d¨ªas sin pegar ojo tanto por la nueva condena como por las reacciones de varios sectores que defienden a Mart¨ªnez. Una carta que el docente ha hecho p¨²blica tras la sentencia ha dinamitado su estado de ¨¢nimo. En ella, Mart¨ªnez se declara inocente y perdona a su denunciante. ¡°?C¨®mo es posible que un condenado por abusos sexuales continuados a un menor diga que perdona a la v¨ªctima porque es buen cristiano y nadie diga nada? Esto me causa malestar. Es como si salen los de La Manada diciendo que perdonan [a la chica que agredieron sexualmente]¡±, compara el padre.
Por otro lado, el condenado, que reitera su inocencia, declara en dicho escrito que el pronunciamiento del Supremo ha sido ¡°un aut¨¦ntico mazado¡±, ya que, aunque la pena de c¨¢rcel se le ha rebajado a dos a?os, la justicia lo se?ala como un abusador de menores. El abogado de Mart¨ªnez, Eduardo Ruiz de Erenchun, ha afirmado a este diario que ¡°con toda seguridad¡± su cliente interpondr¨¢ un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. ¡°Desde que se me acus¨®, hace ya nueve a?os, he vivido condenado al estigma de la culpa, de la sospecha y del rechazo. Y todo ello por un delito monstruoso que no he cometido. He tratado de llevar todo esto con visi¨®n cristiana, sin rencor y perdonando¡±, asevera en la misiva. Unas palabras que han llenado de malestar al padre de la v¨ªctima, que se?ala a la orden que gestiona el colegio de utilizar todos los recursos que tienen a su mano con el ¨²nico fin de limpiar su imagen. ¡°Al Opus Dei no le interesa ni la v¨ªctima ni el pederasta, lo que le preocupa es tener que reconocer que ha habido un delito de pederastia en su seno y pagar una indemnizaci¨®n¡±, acusa Cuatrecasas.
Las declaraciones del condenado est¨¢n empujando al padre del afectado a plantearse la posibilidad a denunciar ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. ¡°Est¨¢n vulnerando todos los principios jur¨ªdicos que hay contra la infancia. Est¨¢n faltando al respeto a una v¨ªctima de un abusador reconocido por el Tribunal Supremo de Espa?a¡±, dice. Por otro lado, afirma que ya est¨¢ estudiando junto a sus abogados acciones legales para revertir la decisi¨®n del alto tribunal. ¡°No voy a detenerme. Est¨¢ en juego la salud de mi hijo. Y yo, por ¨¦l, lo doy todo¡±, subraya tajantemente.
Cuatrecasas, tambi¨¦n presidente de la asociaci¨®n nacional de v¨ªctimas Infancias Robadas, explica que ¡°la gravedad¡± de esta decisi¨®n jur¨ªdica va m¨¢s all¨¢ de su caso. Al sentar jurisprudencia, teme que a partir de ahora cientos de abusados en Espa?a frenen sus intenciones de denunciar ante los tribunales. ¡°Est¨¢n haciendo un flaco favor a las v¨ªctimas. Todo el camino que hab¨ªamos recorrido para conseguir que la gente denunciase se ha deshecho¡±, opina.
¡°Sufr¨ª amenazas por la calle cuando denunci¨¦¡±
El relato que narra el padre de la v¨ªctima sobre los hechos que se sucedieron tras denunciar los abusos se asemejan a un purgatorio de amenazas y descr¨¦dito. Lo primero, asevera, por gente af¨ªn al profesor y lo segundo por parte del colegio. "Sufr¨ª amenazas en la calle. Dos de ellas fueran denunciadas. Una de ellas ante la Fiscal¨ªa del Pa¨ªs Vasco con foto¡±, cuenta. Despu¨¦s, el centro educativo cre¨® una web para seguir el caso y defender la inocencia del docente. Nunca ha reconocido los hechos, ni en 2018 cuando la Audiencia de Bizkaia conden¨® a Mart¨ªnez por pederastia ni ahora cuando el Supremo ha ratificado que el profesor cometi¨® abusos. ¡°El relato del menor no es cre¨ªble¡±, lleg¨® a pronunciar el director del colegio, Juan Anguisola, hace dos a?os en una entrevista a este diario. ¡°Este colegio no deber¨ªa estar recibiendo subvenciones como colegio concertado diferenciado y deber¨ªa estar cerrado. No hay derecho. Est¨¢n atentando contra una v¨ªctima¡±, comenta Cuatrecasas. De momento, el Opus Dei ha preferido guardar silencio y no se ha pronunciado sobre la condena. Por otro lado, Ruiz de Erenchun ha asegurado que el docente no forma parte del centro desde hace a?os ¡°para no perjudicarle con la causa¡± y que ¡°el Opus como instituci¨®n no ha tomado ninguna decisi¨®n¡± sobre el tema.
El menor revel¨® todo lo sucedido cuando ten¨ªa 14 a?os y los padres ya le hab¨ªan cambiado de colegio tras no estar de acuerdo con la l¨ªnea educativa del centro del Opus Dei. Junto a los abusos, tambi¨¦n relat¨® que, durante sus a?os en el Gaztelueta, sus antiguos compa?eros le hac¨ªan bullying. El acoso escolar, cuentan, sigui¨® a?os despu¨¦s a trav¨¦s de la red. ¡°Sufrimos aislamiento e incluso tuvimos que cambiar de localidad. En cuanto denunciamos, nuestra vida cambi¨® por completo¡±, narra el padre. Comunicaron lo sucedido al director del colegio, ante la Inspecci¨®n de Educaci¨®n del Gobierno Vasco y a la Fiscal¨ªa de Menores, pero no denunciaron los abusos ¡°por prescripci¨®n facultativa¡± ya que afrontar un proceso judicial podr¨ªa traer graves consecuencias de salud al menor. Durante ese tiempo, el centro envi¨® al docente a Australia para ¡°aprender ingl¨¦s¡±. En 2012, la Fiscal¨ªa activ¨® una mediaci¨®n y encontr¨® culpables de acoso escolar a dos antiguos compa?eros de la v¨ªctima. Ese mismo a?o, tras destaparse el caso en una investigaci¨®n de El Mundo, el fiscal superior del Pa¨ªs Vasco abri¨® el caso de abusos, pero lo archiv¨® provisionalmente por falta de pruebas.
Paralelamente, en 2014, el papa Francisco escribi¨® una carta al menor e inici¨® un proceso can¨®nico. Tras una corta investigaci¨®n eclesi¨¢stica envuelta en pol¨¦mica por la intermediaci¨®n de el sacerdote Silverio Nieto como interrogador, la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe decidi¨® cerrar el caso por no ver delito. El Vaticano pidi¨® entonces que ¡°se restableciera el buen nombre del profesor¡±. Finalmente, en 2015, cuando la v¨ªctima cumpli¨® la mayor¨ªa de edad, present¨® una denuncia y el Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 5 de Getxo (Bizkaia) imput¨® a Mart¨ªnez por pederastia. En estos ¨²ltimos a?os, se ha demostrado hasta en dos ocasiones la culpabilidad del docente en los tribunales, pero tanto el Opus Dei como la Iglesia no ha pedido perd¨®n a la v¨ªctima ni ha reabierto el caso can¨®nico. La postura y las acciones que ha tomado la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica hasta ahora, cuenta Cuatrecasas, no van a frenar que su familia siga pidiendo justicia. ¡°No s¨¦ qu¨¦ trampas trucadas est¨¢ jugando esta gente, pero este tipo de presiones a las que nos han sometido durante a?os, este juego sucio y esta chuler¨ªa del pederasta no lo voy a consentir. No tengo miedo. No me pienso callar. Si me cortan la lengua, hablar¨¢n las piedras", exclama el entrevistado.
Si conoce alg¨²n caso que no ha sido denunciado puede hac¨¦rnoslo llegar a trav¨¦s de la direcci¨®n de correo abusos@elpais.es
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