Una nueva crisis de las peluquer¨ªas: ¡®¡®?Para qu¨¦ voy a abrir si no viene nadie?¡¯¡¯
El coronavirus empuja al borde del precipicio a un sector mayoritariamente femenino con la facturaci¨®n desplomada, los aforos limitados a la mitad y el IVA del 21%
La peluquera Monique Moreira de Lima, de 40 a?os, est¨¢ con la soga al cuello. Sin citas, bodas ni comuniones y los aforos reducidos al 50%, apenas tiene ingresos para sobrevivir. En el caso de esta empresaria, la facturaci¨®n se ha desplomado cerca de un 80%. Ahora, de los 1.500 euros mensuales que ingresa, 1.200 van destinados al alquiler del local, en el barrio de Retiro, en Madrid. ''A veces me pregunto para qu¨¦ voy a abrir si no viene nadie'', se lamenta esta brasile?a afincada desde hace varios a?os en Espa?a. El Instituto de la Mujer advierte en el estudio titulado La perspectiva de g¨¦nero, esencial en la respuesta a la Covid-19 que los sectores m¨¢s feminizados son los m¨¢s vulnerables ante la crisis del coronavirus.
Es una ma?ana tranquila de octubre y Moreira de Lima, ataviada con su mascarilla, termina de arreglarle el pelo a Ana Mar¨ªa (67 a?os). La mujer es clienta habitual, pero ha recortado sus visitas a una al mes. ''Ya no vengo todas las semanas'', comenta. Seg¨²n un informe de la Asociaci¨®n Nacional de Perfumer¨ªa y de Est¨¦tica (STANPA), los clientes comenzaron a cambiar de h¨¢bitos y a reducir la frecuencia de las visitas desde la crisis de 2008, situaci¨®n que se agudiz¨® a partir de 2012 con la subida del IVA del 8% al 21%. Sus datos muestran c¨®mo entre 2015 y 2019, las visitas semanales y mensuales se redujeron 12 y 8 puntos, respectivamente, a favor de las ocasionales. La pandemia ha agravado esta situaci¨®n.
Una vez levantado el estado de alarma, 10 de las antiguas clientas de Moreira de Lima nunca volvieron a sentarse en sus tocadores. Seg¨²n la peluquera, fallecieron por coronavirus. Otras, dada su avanzada edad, no se atreven a pasar adentro pese a que Moreira de Lima invierte al menos 200 euros al mes en los productos de limpieza. El descenso de facturaci¨®n es notable: antes de la pandemia, la empresaria llegaba incluso a 600 euros en un d¨ªa bueno. Actualmente, no llega ni a 100. Para esta madre soltera que tiene que sacar adelante a sus tres hijos, es un aut¨¦ntico drama. Seg¨²n el estudio de Oxfam titulado Voces contra la precariedad: mujeres y pobreza laboral en Europa, en 2016, el 32% de las familias monoparentales con hijos padec¨ªan pobreza. De ellas, el 85% ten¨ªan como cabezas de familia mujeres.
De vez en cuando suena el tel¨¦fono, y Moreira de Lima sabe que cualquier llamada puede ser la ¨²ltima antes de tener que entregar las llaves de su sal¨®n. Despu¨¦s de meses en los que ha conseguido pagar, aunque poco a poco, la renta completa, en octubre solo ha podido abonar una parte. Tiene miedo de que la casera la obligue a marcharse.
La incertidumbre tambi¨¦n se cierne sobre el local que Nelly Caballero Alborta, de 50 a?os, regenta en el barrio madrile?o de Vallecas. Es la una del mediod¨ªa y solo ha atendido a cuatro clientes. ''Mira, este mes apenas he utilizado las capas desechables'', comenta. A ra¨ªz de la anterior debacle econ¨®mica, la mujer estuvo a punto de regresar a su pa¨ªs de origen, Bolivia, porque en Espa?a no hab¨ªa trabajo. Entonces consigui¨® no tirar la toalla, pero este mes el virus no la va a dejar ni con 600 euros. La encuesta de Oxfam tambi¨¦n arroja datos preocupantes sobre la pobreza entre las mujeres migrantes en 2016. Seg¨²n el texto, en Espa?a el 40% de ellas se enfrentaban a la pobreza extrema.
Las cancelaciones de eventos tambi¨¦n han hecho mella en las finanzas de Caballero Alborta. Sentada al lado de sus tocadores sin usar, la mujer cuenta que esperaba remontar un poco en el mes de junio. Lo que promet¨ªa ser una intensa ma?ana de verano, acab¨® en papel mojado por el miedo al coronavirus. El plan era trabajar a destajo de 7.00 a 11.00 para dejar impecables a 15 ni?as para una fiesta de quincea?eras, eventos populares en muchos pa¨ªses latinoamericanos. Sin embargo, la familia de la cumplea?era suspendi¨® las citas por temer a contagios. ''Con las bodas, comuniones y las fiestas de 15 a?os, antes de la pandemia en un mes pod¨ªa facturar hasta 4.000 euros'', se lamenta la peluquera.
Por su parte, Gemma Nieva Mart¨ªnez, una peluquera de 47 a?os de Miranda de Ebro (Burgos), aprovecha las horas muertas para limpiar a fondo su local. A¨²n lleva las marcas que los productos de limpieza le han dejado en las manos. Tras el boom de clientes en el mes de mayo, cuando las peluquer¨ªas pudieron reabrir al inicio de la desescalada, volvieron los meses de agon¨ªa, sobre todo ahora que por la reducci¨®n de los aforos no puede atender a m¨¢s de una persona a la vez. Por ello, sali¨® el pasado 20 de octubre a la calle para unirse a las reivindicaciones del grupo Creer en nosotros, colectivo que ha reclamado la bajada del IVA del 21% al 10% en nombre de todos los peluqueros espa?oles, de los cuales el 85% son mujeres aut¨®nomas. ''Sigo pagando los mismos impuestos, pero no he recibido ninguna subvenci¨®n para cubrir los gastos derivados de los EPI ni del alquiler'', cuenta con la voz quebrada.
Mientras tanto, Moreira de Lima alberga la esperanza de que va a poder salvar su sal¨®n. Actualmente est¨¢ buscando un trabajo extra por las tardes. Cuando abre la libreta en la que apunta todo lo que cobra, suspira: ''Mira, he cerrado la ma?ana con 45,50 euros''.
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