Ratzinger pide que se retire su nombre del libro que defiende el celibato
La publicaci¨®n, firmada junto al cardenal conservador Robert Sarah, ha puesto en cuesti¨®n la relaci¨®n entre los dos papas
El rocambolesco caso protagonizado por Benedicto XVI y la publicaci¨®n de un libro en el que cuestionaba la posible ordenaci¨®n de hombres casados, a pocas semanas de que el Papa tenga que decidir sobre el asunto, dio el martes un nuevo giro de guion. El pont¨ªfice, tras el revuelo medi¨¢tico generado, pidi¨® que se retire su nombre como coautor del controvertido libro que amenaza su relaci¨®n con Francisco y ha vuelto a convertirle en la bandera de los opositores al Papa en una guerra ideol¨®gica que dura ya varios a?os. Seg¨²n el entorno de Ratzinger, el alem¨¢n, de 92 a?os, no dio su autorizaci¨®n para aparecer en la portada como cofirmante. Los documentos aportados y el comunicado que lanz¨® por la ma?ana Sarah, prefecto de la Congregaci¨®n para el Culto Divino, dicen lo contrario. El contenido del libro, tambi¨¦n la parte del libro escrita por el Papa em¨¦rito, se mantiene.
La publicaci¨®n, firmada junto al cardenal preferido por la ultraderecha para el pr¨®ximo c¨®nclave, se opone frontalmente al celibato opcional y, sobre todo, a la ordenaci¨®n de hombres casados (algo que el S¨ªnodo de la Amazon¨ªa aprob¨® el pasado octubre y en lo que Francisco se encuentra estos d¨ªas reflexionando). El Vaticano, que no sab¨ªa nada de la aparici¨®n del libro (se publica hoy en Francia), quit¨® hierro al principio asegurando que se trataba de una contribuci¨®n desde ¡°la obediencia filial al papa Francisco¡±. Al d¨ªa siguiente public¨® en su propia web las palabras del secretario personal de Ratzinger, Georg Ganswein, desvinculando al pont¨ªfice em¨¦rito y dando a entender que hab¨ªa sido enga?ado.
G?nswein, secretario y filtro de Ratzinger con el exterior en los ¨²ltimos a?os, asegur¨® que no conoc¨ªan el formato en el que se presentar¨ªa la contribuci¨®n de Benedicto XVI. La noche anterior, una fuente cercana a Benedicto cont¨® a una serie de medios que el Papa em¨¦rito ¡°solo puso a disposici¨®n de Sarah un texto sobre el sacerdocio que estaba escribiendo¡± y que ¡°no sab¨ªa nada de la portada de un libro, ni la hab¨ªa aprobado¡±. El cardenal, sin embargo, respondi¨® en Twitter aportando la correspondencia entre ¨¦l y Ratzinger en la que se demuestra que estaba al corriente de c¨®mo hab¨ªa quedado el texto final y daba su autorizaci¨®n para que el cardenal lo usase tal y como le hab¨ªa descrito en conversaciones anteriores.
El martes volvi¨® a asegurar en un comunicado que Ratzinger conoc¨ªa la existencia del volumen, el contenido y su fecha de publicaci¨®n. El cardenal insiste en que el Papa em¨¦rito pudo ver el pasado 19 de noviembre el volumen, la portada ¡ªen la que aparece la foto de los dos¡ª y su contenido. El 25 de noviembre, seg¨²n dichas misivas, Benedicto XVI expres¨® su aprobaci¨®n para la publicaci¨®n ¡°seg¨²n la forma que hab¨ªa previsto¡±. Tambi¨¦n se?ala que el 3 de diciembre visit¨® a Joseph Ratzinger en su residencia Mater Ecclesiae, en el interior del Vaticano y donde vive desde su renuncia, y que entonces le comunic¨® que el libro se publicar¨ªa el 15 de enero.
Sarah, sin embargo, ha decidido pedir a la editorial que retire la firma de Ratzinger de la portada del libro en las futuras ediciones y que el Papa em¨¦rito figure nada m¨¢s como colaborador. Pero la cuesti¨®n de fondo sigue presentando algunos interrogantes. Si Sarah ha mentido y abusado de la confianza de Benedicto XVI, ?deber¨ªa dimitir como prefecto de la Congregaci¨®n para el Culto Divino? En la Santa Sede preocupa tambi¨¦n la gesti¨®n llevada a cabo por el entorno de Ratzinger y el hecho de que no est¨¦ protegido de este tipo de sainetes. La renuncia al papado en 2013 y su convivencia con otro pont¨ªfice no ten¨ªa antecedentes en la era moderna y carece de una l¨ªnea clara sobre c¨®mo debe comportarse un papa em¨¦rito. Tampoco del paraguas institucional bajo el que debe estar la tutela de su legado teol¨®gico y su propia figura.
Los ¨²ltimos d¨ªas de Benedicto XVI como Papa fueron enormemente turbulentos. Los de su retiro, un experimento hist¨®rico que iniciado de forma impecable, empiezan tambi¨¦n a serlo.
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