Instituciones Penitenciarias, condenada a pagar 10.000 euros a un preso al que impidi¨® operarse y perdi¨® un dedo
El recluso perdi¨® el me?ique de la mano izquierda tras cinco intentos de intervenciones quir¨²rgicas frustrados por los continuos traslados de c¨¢rceles


La Audiencia Nacional ha condenado a Instituciones Penitenciarias por impedir que un preso fuera operado hasta en cinco ocasiones ¡ªya programadas¡ª antes de perder finalmente el dedo me?ique, que le fue amputado junto a una parte de la mano debido a la enfermedad degenerativa de Dupuytren que sufr¨ªa.
¡°Los medios sanitarios para paliar la referida enfermedad sufrieron un notorio retraso, por lo que su efectividad qued¨® enervada por la demora en su aplicaci¨®n (¡) La amputaci¨®n no puede entenderse como una consecuencia directa de la enfermedad, sino de la demora en la adopci¨®n de la medida quir¨²rgica que, en principio, hubiera evitado la amputaci¨®n¡±, reza la sentencia, que condena al Ministerio del Interior a indemnizar con 10.000 euros al recluso, hoy en libertad.
¡°Para m¨ª las manos lo son todo siendo artesano. Despu¨¦s de que un cirujano pidiera que me operaran, estuve siete meses de pruebas y solo 15 d¨ªas antes de la operaci¨®n me trasladaron desde la prisi¨®n de Valdemoro. Mi problema es que protest¨¦ por torturas encubiertas a trav¨¦s de las enfermedades e hice huelgas de hambre¡±, denuncia Honorio G¨®mez desde Tobarra (Albacete), donde vive ahora, empleado como ceramista despu¨¦s de cumplir 25 a?os de condena por robos y atentado a la autoridad, entre otros delitos.
Los jueces subrayan c¨®mo la enfermedad le fue diagnosticada a G¨®mez en 2005, pero tras diversas operaciones frustradas por los continuos traslados de c¨¢rceles, los m¨¦dicos le amputaron el dedo me?ique de la mano izquierda en 2013. ¡°No se discute la procedencia de la amputaci¨®n, cuya operaci¨®n era necesaria dado el estado avanzado de la enfermedad, sino la falta de diligencia a la hora de afrontar las operaciones indicadas por los especialistas y que fueron demor¨¢ndose y frustr¨¢ndose por los continuos cambios del recurrente de centros penitenciarios¡±, describe el fallo de la Secci¨®n Quinta de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional. La sentencia, fechada el pasado 22 de enero, no es firme y admite recurso de casaci¨®n.
G¨®mez estaba clasificado como un recluso FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento), de ah¨ª sus continuos traslados de una c¨¢rcel a otra, y escribi¨® sin ¨¦xito cartas en busca de amparo al Congreso, al Senado y al Defensor del Pueblo. La Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Andaluc¨ªa (APDHA) ayud¨® a G¨®mez a denunciar su caso y este mi¨¦rcoles ha criticado la inacci¨®n de la Secretar¨ªa General de Interior: ¡°Instituciones Penitenciarias adopt¨® medidas represoras para castigar a quien le resultaba inc¨®modo. Es el ¨²ltimo ejemplo de la grave situaci¨®n de extrema precariedad en la que se encuentra la atenci¨®n m¨¦dica dentro de prisi¨®n¡±, censura Francisco Fern¨¢ndez, del ¨¢rea de c¨¢rceles de APDHA.
¡°Este caso es una muestra terrible de la precaria atenci¨®n sanitaria en las c¨¢rceles provocada por la no transferencia de las competencias a las comunidades aut¨®nomas desde el Estado¡±, resume Fern¨¢ndez. Instituciones Penitenciarias rechaza valorar la sentencia y se ha limitado a subrayar que ¡°respeta¡± la resoluci¨®n judicial de la Audiencia Nacional.
La atenci¨®n m¨¦dica en las prisiones es un grave problema por la falta de facultativos, y la plantilla que hoy forman 242 m¨¦dicos mengua a gran velocidad porque el sueldo que paga Interior es inferior al de fuera de las prisiones, entre otros factores, tal y como denunci¨® hace un a?o la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial (OMC). Solo Catalu?a -con transferencias plenas- y Pa¨ªs Vasco tienen sus propios m¨¦dicos, mientras que Navarra y Baleares tienen avanzadas las negociaciones con Instituciones Penitenciarias para asumir la atenci¨®n m¨¦dica en sus c¨¢rceles. De las 35 plazas convocadas recientemente por Interior para m¨¦dicos en prisiones, solo aprobaron 15, de los cuales 11 de ellos renunciaron y solo cuatro finalmente hicieron un curso previo para ocupar la plaza. Es decir, solo el 11% de las plazas tienen hoy un m¨¦dico al frente.
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