Espa?a necesita un ej¨¦rcito de 'rastreadores' que no tiene

?Buenos d¨ªas. Hoy os escribo del rastreo de contactos. Es la gran inc¨®gnita de la desescalada, porque muchos expertos subrayan su importancia pero no est¨¢ claro que Espa?a est¨¦ preparada para hacerlo.

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?? 1. Rastrear importa

Contra este virus hay diferentes armas. La mejor es conseguir una vacuna que nos inmunice, pero mientras eso llega solo tenemos dos alternativas, una bruta y otra virtuosa. La bruta es confinarnos, que sabemos que funciona pero tiene un coste enorme. La virtuosa son las estrategias sofisticadas de test, rastreo y aislamiento.

La experiencia de un pu?ado de pa¨ªses dice que es posible hacerlo, pero todos los dem¨¢s nos recuerdan que es muy dif¨ªcil. Con Espa?a, de momento, no veo motivos para ser optimista.

Rastrear consiste en buscar infectados. Cuando se detecta un caso queremos que se localice a todos sus contactos para testarlos, pedirles que se a¨ªslen y hacerles un seguimiento. Es algo que expertos como Adam Kucharski consideran fundamental: ¡°Si no rastreamos, la epidemia probablemente continuar¨¢¡±. Esta tarea es a¨²n m¨¢s importante para frenar un virus silencioso como este. Es su peor caracter¨ªstica: la mitad de los contagios ocurren desde personas que todav¨ªa no tienen s¨ªntomas (I, II, III). Si quieres frenar los contagios tienes que adelantarte y encontrar posibles infectados que est¨¢n sanos.

Los ejemplos a seguir son pa¨ªses como Taiw¨¢n o Corea del Sur (I, II), pero tambi¨¦n Islandia o Alemania. Este ¨²ltimo, como explicaba Bill Gates recientemente, quiz¨¢s sea el m¨¢s f¨¢cil de imitar: ¡°Requiere entrevistar a todo el mundo que da positivo y usar bases de datos para asegurarnos de que se sigue a todos sus contactos¡±.

?? 2. Espa?a no tiene el ej¨¦rcito que hace falta

Rastrear no es un trabajo supersofisticado, pero exige coordinaci¨®n y un ej¨¦rcito de rastreadores que Espa?a no parece tener. En condiciones normales la tarea corresponder¨ªa a los servicios de salud p¨²blica de las comunidades que, coordinadas con el Centro Nacional de Epidemiolog¨ªa, forman la red de vigilancia epidemiol¨®gica. Pero esos servicios apenas suman 500 profesionales activos y se estima que Espa?a necesitar¨ªa que fuesen varios miles. La capacidad de rastrear se vio superada en marzo y fuentes de varias comunidades me aseguran que sigue igual: parada.

La pregunta es evidente: ?cu¨¢l es el plan para la relajaci¨®n del confinamiento? La respuesta depender¨¢ de cada comunidad aut¨®noma. En muchas se dice que dos patas cobrar¨¢n protagonismo ¡ªla red de atenci¨®n primaria y los servicios de medicina preventiva en los hospitales¡ª, pero apenas circulan detalles y los plazos se agotan.

En atenci¨®n primaria se siguen casos en domicilios y se pregunta por convivientes. Pero eso no es un rastreo. No implica un registro, no se busca la fuente de exposici¨®n, etc¨¦tera. Y en los hospitales han tenido suficiente trabajo tratando un aluvi¨®n de enfermos. A menudo los casos que no ingresan, aunque sean sospechosos de covid, no se testan ni se registran. No digamos ya tomar nota de sus contactos.

Una soluci¨®n es dar recursos a atenci¨®n primaria: ¡°Me parece clave que tenga acceso a las pruebas de PCR (y anticuerpos) en la consulta para una r¨¢pida detecci¨®n y aislamiento. Y tambi¨¦n que inicien el rastreo de contactos estrechos, al menos convivientes¡±, como me explicaba Ignacio Rosell, especialista en medicina preventiva y salud p¨²blica, y miembro del Comit¨¦ de Expertos de Castilla y Le¨®n.

?? 3. Datos, datos, datos

Pero seguir¨¢ habiendo inc¨®gnitas. ¡°Nadie nos ha formado para hacer seguimiento de contactos. ?Y c¨®mo se compatibiliza eso con atender todo lo que no es covid-19?¡±, me explicaba Aser Garc¨ªa Rada, pediatra en atenci¨®n primaria. Tampoco est¨¢ claro qui¨¦n rastrear¨¢ los contactos en lugares como el trabajo.

Una posibilidad es que el rastreo se haga por diferentes servicios (atenci¨®n primaria, medicina laboral, preventiva) y que acabe reunido en una ¨²nica base de datos. Salud P¨²blica ser¨ªa la encargada de depurarla y a?adirle profundidad, como a menudo hace. Pero la escala seguir¨ªa siendo de una nueva dimensi¨®n. ¡°Debe haber un gran conexi¨®n inform¨¢tica y de recursos para que toda esa informaci¨®n llegue a Salud P¨²blica y contar con indicadores epidemiol¨®gicos r¨¢pidos que permitan vigilar la situaci¨®n¡±, dice Rosell.

Ser¨¢ un reto de gesti¨®n de datos, que est¨¢ siendo mejorable. En varias comunidades la ingesta de datos sigue haci¨¦ndose con hojas de excel. Y no est¨¢ claro si eso es suficiente para ganarle en velocidad a una epidemia que se mueve al ritmo despiadado que ya conocemos.

?? 4. Para saber m¨¢s

El art¨ªculo de hoy tiene dos partes anteriores (esta y esta). Adem¨¢s cada d¨ªa actualizamos cinco piezas con los datos fundamentales del coronavirus en Espa?a y todo el mundo (con Daniele Grasso y Borja Andrino). Los dos primeros son recientes y creo que muy ¨²tiles:

• ?La nueva curva del coronavirus? El objetivo ahora es recuperar actividad sin que rebroten los contagios. Lanzamos esta web para monitorizar ambas variables en Espa?a y 18 pa¨ªses: As¨ª evoluciona la nueva curva de actividad y contagios.
• 8.000 muertes sin contabilizar No todos los fallecidos por Covid se confirman como casos. Aqu¨ª monitorizamos las muertes totales para seguir el impacto real de la pandemia.
• La (primera) curva del coronavirus. Los datos actualizados cada d¨ªa del ritmo del virus en Espa?a y en cada autonom¨ªa.
• El mapa pa¨ªs por pa¨ªs. Cifras de casos y muertes totales, tiempos de duplicaci¨®n y n¨²mero reproductivo para 80 pa¨ªses.

EL PA?S acaba de lanzar su suscripci¨®n digital: pod¨¦is tener acceso total por 10 euros al mes. No es necesario para leer los art¨ªculos de arriba, que seguir¨¢n en abierto mientras dure la crisis, pero quiero animaros a suscribiros al peri¨®dico. Hay varios motivos para leer la prensa, pero siempre destaco uno minusvalorado: entretienen. Los leo porque me divierte discutir, tratar de entender y sorprenderme. Y eso intento ofrecer cuando soy yo el que escribe.

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N¨²meros del coronavirus

Las medidas para volver a la vida normal. El pr¨®ximo reto es que vuelva la actividad sin que el virus rebrote. Repasamos las estrategias m¨¢s prometedoras para lograr eso.