El feminismo aparca sus diferencias en el 8-M de la pandemia
El movimiento se une para reivindicar el fin de la violencia machista o el reparto de los cuidados, aunque mantiene un agitado debate a prop¨®sito de la futura ¡®ley trans¡¯
Esta vez la gran cita no es en la calle. La pandemia obliga tambi¨¦n a reivindicar el D¨ªa Internacional de la Mujer, en Espa?a y en el mundo, sin las manifestaciones multitudinarias de las ¨²ltimas ediciones. En Madrid, los tribunales han prohibido hasta las peque?as concentraciones en un a?o en el que el movimiento feminista tiene m¨¢s reivindicaciones que nunca: los efectos de la crisis sanitaria se suman a las brechas laborales, la violencia machista, la falta de conciliaci¨®n, el avance de la ultraderecha que niega las desigualdades o la precariedad. ¡°Las mujeres en Espa?a hoy trabajan m¨¢s que los hombres, pero son m¨¢s pobres¡±, resumi¨® el Gobierno en su declaraci¨®n institucional. El Instituto Europeo de Igualdad de G¨¦nero (EIGE, por sus siglas en ingl¨¦s), alerta de 2,2 millones de empleos de mujeres perdidos en Europa, sobre todo en Espa?a, con un descenso del 9,2% entre el segundo trimestre de 2019 y el de 2020. Ellas han conformado el 70% de sanitarios y cuidadores que han estado en primera l¨ªnea para combatir al virus, seg¨²n la ONU, que alerta de que la violencia contra las mujeres se ha convertido ¡°en una pandemia en la sombra¡±. Una de cada cinco ha renunciado al trabajo en esta crisis para cuidar, seg¨²n una encuesta de MalasMadres.
El feminismo reivindica unido una soluci¨®n a todas esas cuestiones, pero arrastra hasta este 8-M una divisi¨®n que no es nueva y que ha supuesto en los ¨²ltimos meses un enfrentamiento muy virulento, escenificado sobre todo en las redes sociales: el debate sobre el borrador de una nueva ley trans y su posible efecto sobre las pol¨ªticas de igualdad.
El pasado febrero, el Ministerio de Igualdad hizo p¨²blico el borrador de esa ley, que prev¨¦ la libre autodeterminaci¨®n de g¨¦nero (cambiar el sexo en el DNI sin m¨¢s requisito que la declaraci¨®n expresa). Parte del movimiento feminista, agrupado en plataformas como Contra el Borrado de las Mujeres o Confluencia Movimiento Feminista, considera que entender que el sexo se elige pone en riesgo los logros y leyes que se basan en la desigualdad. Hay divisi¨®n dentro del Gobierno. El PSOE no ha permitido de momento que el borrador avance. Y tambi¨¦n dentro de los partidos: la postura no es cerrada entre los socialistas y tampoco dentro de Unidas Podemos. Militantes y concejales de este partido lanzaron el domingo un manifiesto en el que exig¨ªan un debate ¡°p¨²blico e interno sobre las implicaciones de las pol¨ªticas¡± de la autodeterminaci¨®n.
El feminismo ¡°es la teor¨ªa m¨¢s atacada en la historia; eso ha ocurrido siempre, no es algo nuevo¡±, explica Rosa Sansegundo, presidenta de la Plataforma Universitaria de Estudios Feministas y de G¨¦nero y catedr¨¢tica de la Universidad Carlos III. ¡°Dividirlo es un gran triunfo patriarcal y se intenta para frenar sus grandes avances sociales y de convocatoria¡±, a?ade esta experta, que ahonda en la historia para quitar hierro a este ¨²ltimo desencuentro: ¡°Cuanto m¨¢s conoces el pasado, mejor interpretas el presente. En la Revoluci¨®n Francesa guillotinaron a las mujeres. Y en 1931, cuando Clara Campoamor y muchas otras defend¨ªan el divorcio, el movimiento se fractur¨® dentro de los partidos pol¨ªticos. No hay nada nuevo, solo avances y retrocesos. Despu¨¦s de la II Rep¨²blica, las mujeres no imaginaban que en la dictadura se les iba a considerar menores de edad. A lo mejor ahora no imaginamos que podemos perder derechos alcanzados¡±.
¡°Sobra el mutuo reproche¡±, considera sobre el desencuentro Soledad Murillo, feminista y ex secretaria de Estado de Igualdad con el anterior Gobierno socialista. Aplaude la parte positiva de la ley, que ¡°incluye una garant¨ªa para no estigmatizar a las personas trans¡±. Pero est¨¢ entre las que reclaman un debate sosegado: ¡°No pueden decir que hay una fobia si pedimos que a las mujeres nacidas mujer no nos denominen cis o personas binarias, gestantes o sangrantes. En Naciones Unidas, los pa¨ªses m¨¢s conservadores hablan de personas y as¨ª evitan reconocer la brecha de g¨¦nero o la existencia de discriminaci¨®n. Es necesario analizar las consecuencias¡±. Lo mismo reclama la escritora y periodista feminista Nuria Varela: ¡°El borrador de esa ley pone en cuesti¨®n todas las pol¨ªticas de igualdad y contra la violencia de g¨¦nero desarrolladas en Espa?a¡±. Varela denuncia ¡°debates falsos¡± en el desencuentro a prop¨®sito de la ley trans. ¡°Se est¨¢ hablando de una bronca entre dos partidos pol¨ªticos sin tener en cuenta que hay mucho feminismo fuera de ellos. Tampoco es una discusi¨®n generacional ni creo que sea tan grande dentro del feminismo, sino entre cierta militancia trans y parte LGTBI contra la mayor¨ªa del movimiento¡±.
La activista feminista Justa Montero defiende el borrador y asegura que le sorprende ¡°tanta agresividad¡± en un tema que consideraban ya integrado, porque las mujeres trans forman parte del feminismo: ¡°Puede haber debate sobre distintas concepciones, pero que se niegue el derecho de las personas trans es incomprensible¡±. Montero, como el resto de las expertas consultadas, no cree que este choque debilite al feminismo, que este a?o tendr¨¢ que reivindicarse m¨¢s all¨¢ de las calles: ¡°Es un movimiento potente y fuerte, que considera a las mujeres como sujetos en su lucha. Pero s¨ª nos hace da?o a nosotras mismas. Por emitir una opini¨®n reciben cr¨ªticas, descalificaciones e insultos. Es hostil¡±.
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