Las vacunas salvan las residencias: de 771 a dos muertes semanales en dos meses
La inmunizaci¨®n reduce un 99,7% los decesos y un 98% los contagios por covid en los centros de mayores desde finales de enero. En 12 autonom¨ªas no hay infecciones
La vacunaci¨®n ha liberado las residencias del yugo de la covid. Con m¨¢s del 90% de las personas en residencias (la mayor¨ªa, ancianos) inmunizadas contra el coronavirus, el que fuera uno de los agujeros negros de la pandemia ¡ªuna cuarta parte de los muertos por esta enfermedad en Espa?a se produjeron en centros de mayores¡ª respira por fin. Seg¨²n el ¨²ltimo informe del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), que depende del Ministerio de Derechos Sociales, entre el 29 de marzo y el 4 de abril, solo se han registrado 45 contagios y dos fallecidos. Se trata de una ca¨ªda del 99,7% en la cifra de muertos ¡ªy del 98% en las infecciones¡ª respecto a la ¨²ltima semana de enero, cuando la tercera ola alcanzaba su punto ¨¢lgido y la vacunaci¨®n a¨²n no hab¨ªa surtido efecto. Desde entonces, el descenso de la ola y los efectos de la inmunizaci¨®n masiva en estos centros han provocado un desplome de casos y decesos, dejando a las residencias casi libres de covid: en 12 comunidades no ha habido contagios en la ¨²ltima semana.
Los centros de mayores eran el lugar perfecto para un virus que se crece en los espacios cerrados y se ceba con los m¨¢s a?osos. La crisis sanitaria pill¨® a las residencias desprotegidas y el coronavirus se col¨® sin resistencias. Al menos, 19.012 ancianos residentes con covid han muerto durante este a?o de pandemia. Aunque esta cifra podr¨ªa ser mayor, ya que, durante la primera ola, el acceso a pruebas diagn¨®sticas estuvo restringido y muchos ancianos con s¨ªntomas compatibles se quedaron sin diagnosticar. De hecho, el informe del Imserso recoge otros 10.492 ancianos muertos en las residencias con un cuadro cl¨ªnico compatible con la covid, aunque no se ha podido confirmar la enfermedad. ¡°La primera ola fue terrible. El virus encontr¨® ah¨ª un caldo de cultivo para intensificar su transmisi¨®n y arras¨® las residencias¡±, recuerda Daniel L¨®pez-Acu?a, exdirector de Emergencias de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
Estos centros se blindaron durante buena parte de 2020, pero no lograron zafarse del virus. Solo las vacunas, que empezaron a llegar a cuentagotas desde el 27 de diciembre y se priorizaron para trabajadores y ancianos de residencias, dieron un giro de tim¨®n a la realidad de los hogares de mayores. Al personal y a los residentes se les inocul¨® el f¨¢rmaco de Pfizer, de dos dosis (la segunda a los 21 d¨ªas de la primera). Al mes del primer pinchazo, ya estaban protegidos.
El informe del Imserso constata los efectos de la vacunaci¨®n. Durante el mes de enero, cuando se aceleraron los pinchazos en las residencias, todav¨ªa hab¨ªa contagios y muertes al alza: casi el 11% de los centros ten¨ªan casos en la tercera semana de enero ¡ªel 8%, en la cuarta¡ª y se contabilizaron entre el 18 y el 24 de ese mes 718 muertes. La semana siguiente se alcanz¨® el pico de decesos semanales de 2021, con 771. Pero a partir de febrero, sin embargo, las nuevas infecciones y las muertes cayeron radicalmente. ¡°En esta curva hay que tener en cuenta c¨®mo ha influido la evoluci¨®n de la tercera ola [a finales de enero alcanzaba su punto ¨¢lgido] y la vacunaci¨®n. Los ancianos se vacunaron en enero y necesitaban dos semanas para tener bastante protecci¨®n. A la cuarta semana, la protecci¨®n es completa, pero a partir de la segunda ya es del 80%¡±, explica Salvador Peir¨®, epidemi¨®logo de la Fundaci¨®n para el Fomento de la Investigaci¨®n Sanitaria y Biom¨¦dica de la Comunidad Valenciana.
La semana pasada solo Andaluc¨ªa y Catalu?a reportaron fallecidos, uno en cada comunidad, aunque el informe del Imserso aclara que los datos andaluces corresponden con casos notificados, es decir, que la muerte pudo haber ocurrido en semanas anteriores, pero se inform¨® la pasada. En cualquier caso, el matiz no modifica la tendencia descendente cada semana, con alguna subida puntual: la semana anterior, del 22 al 28 de marzo, fueron 24 los residentes fallecidos con covid; del 15 al 21, se registraron 17; del 8 al 14, fueron 22; entre el 1 y el 7 de marzo, 33.
Con los contagios sucede lo mismo: las residencias llevan desde mediados de marzo en torno a los 45 contagios a la semana, unas cifras muy lejanas de los m¨¢s de 4.000 semanales que se llegaron a contabilizar en enero. ¡°Nos alegra confirmar las esperanzas puestas en las vacunas. Ten¨ªamos claro que iban a cortar los contagios y as¨ª ha sido. Ahora estamos mucho m¨¢s tranquilos, pero no se nos puede ir la cabeza. Estamos recuperando las actividades en los centros y las visitas, pero con prudencia¡±, explica Jes¨²s Cubero, de la patronal Aeste.
Despu¨¦s de meses confinadas, las residencias han empezado a abrirse, aceptan visitas y los ancianos pueden salir. Pero se mantienen las medidas de seguridad, como las mascarillas y tambi¨¦n los equipos de protecci¨®n individual entre el personal. Est¨¢n m¨¢s tranquilos, pero atentos. ¡°Hemos sufrido mucho y da miedo hablar de que todo va bien, pero la verdad es que el efecto de la vacuna ha sido una pasada¡±, apunta Cinta Pascual, presidenta de la patronal Ceaps. En uno de sus centros, admite, el viernes hicieron una fiesta para celebrar el 25? aniversario: ¡°Nos atrevimos a poner alegr¨ªa al cuerpo. Con medidas, en cuatro comedores diferentes, con mascarillas y distancia, pero hicimos chocolate con churros, tomamos el vermut y hubo actuaciones musicales. Nos tenemos que ir atreviendo a abrir. Es una terapia que necesitamos todos¡±, asegura.
Contagios al exterior
Los expertos consultados celebran los buenos datos epidemiol¨®gicos de las residencias, pero apelan a la cautela. La pandemia no ha terminado y el riesgo cero no existe, ni dentro ni fuera de las residencias. ¡°Hay que ir con precauci¨®n al abrir los centros. No hay suficiente poblaci¨®n vacunada fuera de las burbujas que son esas residencias. Cuando tengamos m¨¢s inmunizados en la poblaci¨®n general, estaremos en un territorio m¨¢s seguro¡±, tercia L¨®pez-Acu?a.
Coincide Peir¨®, quien asegura que teme tambi¨¦n que los residentes vacunados puedan contagiar a personas no inmunizadas ¡ªla vacuna no evita la infecci¨®n, solo las formas graves de la enfermedad¡ª. Fuera de las residencias, la cobertura vacunal es m¨ªnima en los grupos etarios m¨¢s vulnerables y el riesgo de infectarse, en su caso, sigue siendo elevado: solo la mitad de los mayores de 80 tienen la pauta vacunal completa, una cifra que baja al 3% entre las personas de 70 y 79 a?os y se sit¨²a en el 5% en la poblaci¨®n de 60 a 69.
Con todo, los expertos avisan de que, pese a la protecci¨®n global en las residencias, quedan resquicios para producirse infecciones con mal pron¨®stico. ¡°El peligro y el potencial de contagio sigue existiendo: hay personas no vacunadas tambi¨¦n en los centros y hay que protegerlas¡±, avisa L¨®pez-Acu?a. Seg¨²n el ¨²ltimo informe de vacunaci¨®n del Ministerio de Sanidad, el 90,8% de las personas institucionalizadas ¡ªaqu¨ª se contemplan los usuarios de todos los centros sociales, aunque la mayor¨ªa son ancianos de residencias¡ª han completado la pauta de vacunaci¨®n. Pero hay usuarios que no se han inmunizado porque no quieren, tienen contraindicaciones o han estado enfermos y no han podido, ejemplifican los epidemi¨®logos. Adem¨¢s, el informe de Sanidad no recoge cu¨¢l es el porcentaje de inmunizaci¨®n entre los trabajadores de los centros. ¡°Al inicio de la campa?a, hubo negativas a vacunarse de muchos trabajadores. Me preocupa que tengamos personas que interact¨²an con estas burbujas de residentes que no se han inmunizado¡±, sostiene L¨®pez-Acu?a.
Quedan, por otra parte, varias inc¨®gnitas por resolver a prop¨®sito de la vacunaci¨®n y que pueden influir en la evoluci¨®n de la curva epidemiol¨®gica en los centros. Por ejemplo, cu¨¢nto dura la inmunidad y el papel de las nuevas variantes, para las que las vacunas disponibles no son igual de efectivas. ¡°Sabemos que las vacunas est¨¢n protegiendo al menos seis, siete u ocho meses, pero hay que ir vigilando. Y las variantes podr¨ªan llegar a jugar un papel. No la brit¨¢nica [predominante en Espa?a], pero la brasile?a o la sudafricana es posible que s¨ª. En el laboratorio, la vacuna de Pfizer aguanta bien estas dos variantes, pero el laboratorio no es la vida real y habr¨¢ que verlo¡±, se?ala Peir¨®.
Tras un a?o con el coronavirus dentro de las residencias, los centros tratan ahora de hacer balance de da?os y fijar tareas para el futuro. Los expertos coinciden en que hay que mejorar la coordinaci¨®n entre la administraci¨®n sanitaria y la de servicios sociales, pero tambi¨¦n repensar el modelo de residencias. ¡°Este modelo actual, con congregaciones de personas tan grandes, representa un riesgo para las enfermedades infecciosas de car¨¢cter epid¨¦mico que puedan venir. Si ocurre, tendr¨ªamos la misma susceptibilidad que con el coronavirus¡±, zanja L¨®pez-Acu?a.
Para las familias, la vacunaci¨®n ha sido el alivio a un a?o para olvidar. Pero temen que el virus vuelva a entrar en los centros. ¡°Estamos m¨¢s tranquilos, pero nos preocupan los trabajadores sin vacunar y que bajen los cribados al personal para detectar asintom¨¢ticos¡±, apunta Mar¨ªa Jos¨¦ Carcel¨¦n, de la Coordinadora de residencias 5+1. ¡°Nuestros mayores est¨¢n m¨¢s tranquilos, pero porque pueden vernos m¨¢s. Mi madre tiene 94 a?os y asume el riesgo porque no tiene un ma?ana. Solo quiere pasar el tiempo que le queda conmigo. Pero cada contagio significa aislamiento. ?Les queremos dar un final de vida de absoluta soledad?¡±, lamenta.
¡°Estamos m¨¢s tranquilos, pero me preocupan las variantes¡±
Los trabajadores y ancianos de la residencia Gravi de Poliny¨¤ (Barcelona) sortearon los momentos m¨¢s aciagos de la pandemia libres de covid. Vieron venir el virus, se protegieron y aguantaron un mes y medio sin contagios. Pero un falso negativo en una PCR de una de sus residentes tras un ingreso hospitalario precipit¨® la entrada del virus, que arras¨® la residencia. Se infectaron los 33 ancianos ¡ªfallecieron cuatro¡ª y solo tres de los 18 trabajadores se libraron. Hasta su director, I?aki Ant¨®n (Bilbao, 66 a?os), sucumbi¨® al envite del virus. Con la residencia ahora plenamente inmunizada, este m¨¦dico geront¨®logo respira m¨¢s tranquilo, pero mira con recelo al futuro y teme que el virus vuelva a colarse en su centro.
Pregunta. ?La covid se ha ido de las residencias?
Respuesta. La variante china se ha ido, pero quedan el resto de covid pululando. Son variantes diferentes y relajarse porque estemos cubiertos para una de ellas es asumir un riesgo tremendo.
P. ?Pero est¨¢n m¨¢s tranquilos tras la vacunaci¨®n?
R. Estamos m¨¢s tranquilos, relativamente. Me preocupan las nuevas variantes, que cada vez son m¨¢s numerosas. Seguimos trabajando como si no estuvi¨¦semos vacunados por ese riesgo. Yo me pongo a temblar cuando mando a alg¨²n residente al hospital o me viene de all¨ª porque es de donde puede llegar alguna variante nueva.
P. ?C¨®mo est¨¢n viviendo los ancianos la situaci¨®n actual?
R. Est¨¢n tranquilos y concienciados. Nosotros tenemos jard¨ªn y salen a hacer actividades, as¨ª que no a?oran salir fuera de una casa: ellos ya toman el sol o juegan a la petanca. Tampoco echan de menos a la familia porque vienen a verlos. Y dir¨ªa que no echan en falta salir fuera porque los que est¨¢n cognitivamente bien dicen que no quieren ponerse en riesgo a s¨ª mismos o a la residencia.
P. ?Cu¨¢l ha sido el impacto psicosocial de este a?o de pandemia en los residentes?
R. Cada centro es un mundo. No puedes comparar una residencia en el centro de Barcelona, que no pueden salir a la calle, con un centro como este, que pueden salir al exterior. El factor fundamental para m¨ª que ha podido condicionar una situaci¨®n de estr¨¦s o trastorno depresivo es el aislamiento en la habitaci¨®n. Ahora otro problema en los centros grandes son las burbujas de convivencia. A lo mejor, una persona de una burbuja se sol¨ªa relacionar con otra que ahora est¨¢ en una burbuja diferente. Se les corta esta libertad.
P. ?Qu¨¦ lecciones saca de la pandemia?
R. Fall¨® la responsabilidad de los pol¨ªticos y la obligaci¨®n del sistema sanitario de atender a las personas que estaban en las residencias. El hecho de residir en un centro no le priva a un anciano de tener la asistencia que le corresponde por el sistema sanitario, pero por estar en una residencia, el centro de salud se desentendi¨®. Aunque esto ahora lo han reconocido y ha cambiado.
¡°Necesitamos un plan de choque para llenar los centros¡±
Cinta Pascual, presidenta de la patronal C¨ªrculo Empresarial de Atenci¨®n a las Personas (Ceaps), alerta de la alta desocupaci¨®n que hay en las residencias. ¡°Estamos con una desocupaci¨®n que llega al 25%. Esto es, por un lado, a causa de la mortalidad por la covid, pero tambi¨¦n porque la media de espera para tramitar un expediente y dar una ayuda a un dependiente son 430 d¨ªas¡±, lamenta. Pascual propone ¡°una prestaci¨®n express, en 30 d¨ªas¡± para los m¨¢s vulnerables: los grandes dependientes que tienen una esperanza de vida de menos de a?o. ¡°Para que no mueran en el limbo¡±, se?ala.
Seg¨²n Jes¨²s Cubero, presidente de la patronal Aeste, han comenzado los nuevos ingresos y ¡°las familias conf¨ªan en la seguridad de las residencias¡±, pero Pascual cree que hay que ir un paso m¨¢s all¨¢ y agilizar las nuevas entradas a los centros. ¡°Necesitamos un plan de choque para llenar las residencias y una campa?a de comunicaci¨®n para explicar que las residencias son ahora el lugar m¨¢s seguro¡±, se?ala.
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