El aumento de los contagios tras la Semana Santa vuelve a cuestionar las restricciones de las comunidades
La incidencia de casos de covid roza los 200 por 100.000 habitantes. Con parte de la poblaci¨®n vulnerable a¨²n sin vacunar y la amenaza de la variante brit¨¢nica, que ya supone el 90% de las infecciones en varias comunidades, los expertos reclaman medidas m¨¢s severas para contener la transmisi¨®n
La cuarta ola avanza en Espa?a. Aunque a distintas velocidades, la curva de contagios crece en casi todas las comunidades (excepto Baleares) y sit¨²a la incidencia media a 14 d¨ªas en 199 casos por 100.000 habitantes en el pa¨ªs, un 21,8% m¨¢s que hace una semana. Tambi¨¦n se recrudece la presi¨®n en los hospitales, donde m¨¢s de 10.200 personas est¨¢n ingresadas con covid y, en concreto, en las unidades de cuidados intensivos (UCI): una de cada cinco plazas (2.161) est¨¢n ocupadas por enfermos con coronavirus. La mayor¨ªa de las comunidades encaran el nuevo azote del virus con cierres perimetrales y restricciones de contacto social, pero el auge de la curva epid¨¦mica vuelve a cuestionar la escasa dureza de las medidas. Por ejemplo, Madrid, que tiene una incidencia de 336, mantiene la restauraci¨®n casi completamente abierta, pese a la recomendaci¨®n del Ministerio de Sanidad de cerrar los interiores de los bares cuando este indicador supere los 150. Los expertos consultados son tajantes: hacen falta medidas m¨¢s severas.
Un elemento en contra del control del coronavirus y que alienta m¨¢s restricciones es la presencia de la variante brit¨¢nica, m¨¢s contagiosa y predominante en Espa?a y que supone entre el 60% y el 90% de los contagios, seg¨²n la autonom¨ªa. Daniel L¨®pez-Acu?a, experto en Salud P¨²blica y exdirectivo de la OMS, avisa de que por su culpa ¡°aumentar¨¢ la velocidad de contagios y la saturaci¨®n hospitalaria¡±. Esta variante lleva meses circulando por el pa¨ªs y tambi¨¦n es la mayoritaria en el Reino Unido, donde hay un control efectivo del virus con medidas muy duras.
El Ministerio de Sanidad recoge en su informe al respecto que hay otras variantes presentes (la originaria de Sud¨¢frica, dos brasile?as, una californiana), pero es la brit¨¢nica la mayoritaria desde hace m¨¢s de un mes. Se trata de una variante con m¨¢s facilidad para contagiarse, pero que tiene como principales caracter¨ªsticas un ¡°escaso efecto sobre la inmunidad¡± con una ¡°ligera reducci¨®n de la efectividad vacunal¡±, seg¨²n la p¨¢gina web de Sanidad.
La curva de ascenso tiene varios ritmos. Avanza m¨¢s deprisa en Andaluc¨ªa, Arag¨®n y Castilla-La Mancha, donde ha crecido m¨¢s de un 40% en una semana; en Castilla y Le¨®n alcanza los 196 casos por 100.000 habitantes, un 27% m¨¢s que el lunes pasado. Y Madrid, Navarra, Cantabria, el Pa¨ªs Vasco y La Rioja tienen una incidencia en torno a un 20% mayor. El resto de las comunidades avanzan a un ritmo m¨¢s lento. La f¨ªsica Clara Prats, experta en modelos computacionales de enfermedades infecciosas y miembro del grupo de Biolog¨ªa Computacional y Sistemas Complejos (BIOCOM-SC) de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a, reflexiona: ¡°Es normal que vayan a velocidades distintas porque depende de las medidas implementadas en cada sitio, de la adherencia de la gente a estas restricciones, la historia de cada sitio y su nivel de inmunidad natural, la forma de relacionarse...¡±.
Seg¨²n el sem¨¢foro de riesgo del Ministerio de Sanidad, 11 comunidades registran una incidencia por encima del umbral de peligro alto o muy alto por el coronavirus (m¨¢s de 150 casos por 100.000 habitantes).
Y la situaci¨®n apunta a que ir¨¢ a peor, al menos durante los pr¨®ximos d¨ªas. El efecto de la Semana Santa, cuando se intensificaron la movilidad y tambi¨¦n las interacciones sociales, empieza ahora a vislumbrarse en la curva epid¨¦mica. Esta semana y la siguiente ser¨¢n clave para ver la dimensi¨®n de la cuarta ola.
El director del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Sim¨®n, se?al¨® el lunes: ¡°Ahora estamos viendo la transmisi¨®n que se produjo en Semana Santa. Frenar lo que ya pas¨® no podemos hacerlo. Podemos frenar lo que pueda pasar de aqu¨ª en adelante. Podemos evitar llegar a los 300 casos por 100.000 [habitantes]. Nos ayudar¨¢n a controlar la epidemia las medidas que han impuesto las comunidades y la vacunaci¨®n¡±.
Cierres perimetrales y toques de queda
Para frenar el envite del virus, la mayor¨ªa de las comunidades han optado por mantener las restricciones sociales pactadas para la Semana Santa, como el cierre perimetral (solo Madrid y las islas han abierto fronteras tras los festivos). El toque de queda ¡ªdesde las 22.00 o las 23.00, seg¨²n el territorio¡ª y la limitaci¨®n de las reuniones tambi¨¦n se mantiene en todas las autonom¨ªas, pero el resto de las restricciones var¨ªan seg¨²n la comunidad o, incluso, el municipio. Y no necesariamente las zonas m¨¢s castigadas son las m¨¢s severas con sus medidas: frente al caso de Madrid y su pol¨ªtica de restricciones m¨¢s laxas, la Comunidad Valenciana, que pas¨® una tercera ola muy dura, ha mantenido limitaciones sociales muy estrictas pese a tener la incidencia m¨¢s baja de Espa?a (36,34): el aforo de los bares es del 30% en el interior y cierran a las 18.00 (en Madrid el aforo es del 50% y cierran a las 23.00).
Daniel L¨®pez-Acu?a, exdirector de Emergencias de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, apunta: ¡°El problema de base viene de antes de Semana Santa. Eran medidas de m¨ªnimos que se tendr¨ªan que haber aumentado al subir la incidencia. Apostamos demasiado a que lo que nos iba a ayudar eran los cierres perimetrales y el toque de queda. Esas dos medidas pueden reducir un 50% los contagios, pero el resto depende de lo que hagas dentro de los per¨ªmetros. Hay que tener una actitud m¨¢s restrictiva en el interior de bares y en los aforos de gimnasios y centros comerciales¡±.
Algunas comunidades han endurecido las restricciones ante el auge de contagios: Catalu?a (227 casos por 100.000 habitantes) ha decretado el cierre comarcal; Cantabria (161) ha clausurado el interior de la hosteler¨ªa; y Castilla y Le¨®n, la restauraci¨®n de varias ciudades, como Salamanca.
Jes¨²s Molina Cabrillana, epidemi¨®logo de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene, insiste: ¡°Hay que ser m¨¢s agresivo con las medidas. Adem¨¢s de limitar la movilidad, la clave es cerrar el interior de los bares. No se trata del interior de los locales, sino de lo que se hace dentro de esos locales¡±. Coincide Juan Pablo Horcajada, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona: ¡°Para evitar este desastre, hay que aumentar la distancia social. El virus tiene a¨²n mucha gasolina para quemar a millones de personas¡±.
La amenaza de la variante brit¨¢nica
Otro elemento en contra y que alienta m¨¢s restricciones es la presencia de la variante brit¨¢nica, m¨¢s contagiosa y predominante en Espa?a desde hace semanas. Un informe del Ministerio de Sanidad estima, seg¨²n las muestras secuenciadas por las comunidades (no son todos los casos notificados), que esta variante ya supone entre el 60% y el 90% de los contagios: en Navarra, Galicia, la Comunidad Valenciana y Asturias est¨¢ por encima del 90%.
L¨®pez-Acu?a avisa de que esta variante ¡°aumentar¨¢ la velocidad de contagios y la saturaci¨®n hospitalaria¡±. Horcajada, por su parte, alerta de que, aunque el aumento de la presi¨®n asistencial ¡°no es espectacular¡±, ¡°la impresi¨®n no es buena¡±. ¡°El tipo de pacientes ha cambiado: casi no tenemos ancianos de residencias porque el efecto de la vacuna es espectacular, pero ahora tenemos pacientes de entre 40 y 70 a?os hospitalizados y en las UCI, de entre 50 y 70. Parece que vienen m¨¢s grave y creemos que es por la variante brit¨¢nica¡±, apunta.
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