Singapur, encumbrado como ¡°el mejor lugar del mundo¡± para pasar la pandemia, vuelve a imponer un cierre nacional
La isla que fue aclamada por su eficacia en contener los contagios paga ahora las consecuencias de una lenta vacunaci¨®n y un enfoque centrado en eliminar el virus en vez de gestionarlo
Singapur regresa casi al mismo escenario en el que se encontraba hace un a?o. Entonces, la pr¨®spera ciudad-Estado asi¨¢tica se hallaba inmersa en lo que eufem¨ªsticamente denomin¨® ¡°cortacircuitos¡±, en la pr¨¢ctica el cierre de la isla ante el aumento de casos de coronavirus. Este viernes el Gobierno singapurense anunci¨® un nuevo paquete de dr¨¢sticas medidas, entre ellas la clausura de restaurantes y la limitaci¨®n de la socializaci¨®n a un m¨¢ximo de dos personas durante un mes, que se suman al endurecimiento del cierre de sus fronteras. El motivo alegado por las autoridades es la aparici¨®n de varios brotes tras meses sin apenas contagios, mientras el plan de vacunaci¨®n va m¨¢s lento de lo esperado por supuestos retrasos en el env¨ªo de dosis y una aparente renuencia de la poblaci¨®n local a recibir las inyecciones.
La isla ha anunciado las medidas m¨¢s radicales sobre sus 5,7 millones de habitantes de los pasados 12 meses. Desde el 16 de mayo y hasta el 13 de junio, las reuniones est¨¢n limitadas a un m¨¢ximo de dos personas, ahora son cinco; los restaurantes solo pueden servir a domicilio y algunos establecimientos permanecer¨¢n cerrados, como los gimnasios; se deber¨¢ trabajar de forma remota, salvo imposibilidad, y, en general, se exhorta a los ciudadanos a permanecer en casa el m¨¢ximo tiempo posible. El pa¨ªs contin¨²a cerrado a turistas y se ha suspendido al menos hasta julio el sistema que permit¨ªa a sus residentes salir y regresar cumpliendo una cuarentena en un hotel extendida recientemente de 15 a 21 d¨ªas.
Las medidas se dan a conocer despu¨¦s de un rebrote de infecciones, casi duplic¨¢ndose en la pasada semana, cuando se ha pasado de 48 nuevos contagios a 95, lo que eleva el total desde que empez¨® la pandemia a 61.505. Con unos 10.000 casos por mill¨®n de habitantes ¡ªseg¨²n los datos de Our World in Data¡ª desde el inicio de la crisis, es una cifra muy baja en comparaci¨®n con pa¨ªses como Estados Unidos (99.000), Espa?a (77.000) o Reino Unido (65.000), pero similar a la vecina Malasia (14.000) y superior a otros Estados asi¨¢ticos como Jap¨®n (5.000) o Corea del Sur (2.500). ¡°Un patr¨®n de contagios locales no vinculados a previos casos se repite y es persistente¡±, subraya el comunicado del Ministerio de Salud isle?o. ¡°Necesitamos actuar de forma decisiva para contener cualquier riesgo que pueda resultar en un resurgimiento incontrolable de casos¡±, a?ade.
Singapur teme que los brotes actuales y la existencia de nuevas variantes ¡ªentre ellas la procedente de la India, de la que se han detectado casos en la isla¡ª pongan de nuevo al pa¨ªs en aprietos, como el pasado a?o. Entonces, tras una gesti¨®n inicialmente exitosa, brotes en los barracones donde viven cientos de miles de trabajadores migrantes, procedentes sobre todo del sur de Asia, estuvieron cerca de desbordar al pa¨ªs y expusieron el tratamiento y condiciones de hacinamiento y pobreza en los dormitorios del rico Estado. Un a?o despu¨¦s, y pese a la pr¨¢ctica ausencia de contagios en estos lugares desde hace meses, sus residentes solo tienen permitido abandonarlos para acudir a sus puestos de trabajo, siendo obligados a permanecer en ellos tambi¨¦n en sus d¨ªas libres.
Pese a ese trance, Singapur recuper¨® su reputaci¨®n como uno de los lugares del mundo que mejor hab¨ªan actuado frente a la enfermedad, con una de las tasas de mortalidad m¨¢s bajas del planeta (un total de 31 fallecidos hasta la fecha, adem¨¢s de 15 personas que dieron positivo y murieron por otras causas, seg¨²n datos oficiales). Un Ranking de Resistencia al COVID-19 realizado por la agencia Bloomberg lo lleg¨® a encumbrar en abril como ¡°el mejor lugar del mundo¡± para vivir durante la pandemia. Su ofrecimiento a hospedar encuentros de alto nivel, como el Foro Econ¨®mico Mundial (Davos), previsto para el pr¨®ximo agosto, contribuyeron a esa imagen de ¡°para¨ªso¡± a salvo del virus.
Adem¨¢s de poner en entredicho la celebraci¨®n de estas citas internacionales, las nuevas medidas cuestionan el ¨¦xito a largo plazo del enfoque de Singapur. Junto a lugares como Hong Kong y Australia, la isla se centra en reducir a cero el n¨²mero de casos, en vez del enfoque de Estados Unidos, Reino Unido y otros pa¨ªses europeos de aliviar la congesti¨®n de hospitales y reanudar una cierta normalidad inmunizando a la poblaci¨®n a trav¨¦s de vacunas, asumiendo la convivencia con el virus en el futuro.
Al coste econ¨®mico y social de un pa¨ªs como Singapur, sin recursos naturales y dependiente de su estatus como centro financiero regional ¡ªcon uno de los aeropuertos m¨¢s transitados del mundo pre-pand¨¦mico¡ª, se suma la preocupaci¨®n porque esa sensaci¨®n de falsa seguridad ¡ªaislados del mundo exterior¡ª se vuelva en su contra a la larga. Y que en parte explique por qu¨¦ un pa¨ªs peque?o y con sobrada capacidad para adquirir vacunas, con uno de los PIB per c¨¢pita m¨¢s altos del mundo, se sit¨²a casi a la par que Espa?a en ritmo de vacunaci¨®n (con un 31,67% de poblaci¨®n parcialmente vacunada, frente al 31,1% espa?ol, seg¨²n Our World in Data).
El ritmo de vacunaci¨®n, m¨¢s lento del esperado, ha sido apenas abordado por un Gobierno que ejerce un firme control sobre la prensa local. Si bien hace dos meses el ministro de Salud, Gan Kim Yong, previno un retraso en el env¨ªo de dosis de Pfizer-BioNTech, una de las vacunas aprobadas por las autoridades isle?as, se considera que, como en Hong Kong y otros lugares m¨¢s conservadores en su enfoque hacia el virus, tambi¨¦n se debe al rechazo de parte de la poblaci¨®n a recibir las inyecciones. Sin admitir de forma expl¨ªcita el problema, hace dos semanas el Ejecutivo lanz¨® una canci¨®n entonada por uno de sus comediantes estrella, Gurmit Singh, que trataba de disipar el temor a los posibles efectos secundarios de la vacuna y exhortaba: ¡°?R¨¢pido, ve y vac¨²nate!¡±.
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